Con menos frecuencias y una demanda sostenida, los micros de larga distancia recuperaron su operatividad
Las dos empresas que operan en la ciudad pudieron volver a conectar diferentes destinos y registran un buen número de usuarios, pese a las reducciones de capacidad y de horarios. A nivel nacional, los servicios de larga distancia funcionan al 20 por ciento de lo que trabajaban antes de la pandemia. En plena temporada, pican en punta las ciudades de la costa.

Transitando a pleno la segunda quincena de enero y a poco de más de un mes de la reactivación del transporte de larga distancia en la ciudad, las dos empresas que brindan servicios, registran una demanda sostenida pese a los vaivenes sufridos por la pandemia.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailCon frecuencias recortadas, un cupo de pasajeros reducido al 70 y 80 por ciento y bajo los protocolos establecidos por las autoridades, los micros volvieron a la carga a mediados de diciembre y en todo este tiempo se han ido ajustando algunos detalles que permitieron aceitar todo el esquema.
Fueron casi nueve meses de parálisis total hasta que se les dio el visto bueno para circular. Por los riesgos que, se temían, podían acarrear los viajes en sí mismos y el desplazamiento de gente, el sector fue de los últimos en recobrar su operatividad.
De a poco fue despegando y recién ahora, en medio de la temporada de verano y con un escenario pandémico que forma parte de la cotidianeidad, se recuperó cierto ritmo y la gente volvió a animarse a viajar en micros.
Rutas argentinas
El Eco de Tandil recorrió la Terminal y el panorama expuesto por Vía Tac y Plusmar –las dos únicas firmas que operan en Tandil- fue similar y alentador en cuanto a la cantidad de público que se atreve a usar el servicio.
Mientras que Plusmar maneja únicamente dos frecuencias diarias a Capital Federal, pasando por Rauch, Vía Tac se ocupa de conectar Tandil con destinos de la Costa Atlántica tan populares como Necochea y Mar del Plata, también Tres Arroyos (Claromecó), La Plata, Tucumán, Córdoba, todos los puntos que une la Ruta Nacional 226 y mantiene, además, algunos días, dos horarios fijos a la ciudad de Buenos Aires. También se incrementaron las consultas por pueblos o ciudades más pequeñas, un fenómeno que guarda correlación con la necesidad de acercarse a lugares no tan concurridos y así evitar las multitudes.
Según los protocolos a los que tuvieron que adaptarse, las unidades no pueden viajar completas y se debe mantener a los pasajeros distanciados, a menos que pertenezcan al mismo grupo familiar o se trasladen juntos. Hay alcohol en gel en cada ómnibus, se debe desinfectar y limpiar adecuadamente cada micro, no puede usarse el aire acondicionado ni tampoco entregar viandas de comida. Es obligatorio el uso de tapabocas durante todo el trayecto. También se priorizaron los canales digitales para la venta y acreditación del pasaje, y los certificados de circulación, con miras a reducir el contacto con el papel.
Desde Vía Tac explicaron que destinos como La Plata tienen una escasa demanda, pero que eso siempre fue así. Al ser un lugar preferentemente de estudiantes, en verano cae la venta de pasajes. Como era de esperarse, se mantiene el flujo de pasajeros hacia la Costa, aunque debe considerarse que, por ejemplo, en el caso de Mar del Plata, se pasó de 15 frecuencias diarias a sólo 6.
“La gente sigue viajando, menos que antes, sí, pero se dieron cuenta de que no es peligroso y de que se puede igualmente viajar bien”, confiaron. Y aseveraron que hasta ahora no se han registrado problemas de contagios al brindar los servicios.
Los ánimos, tanto de los trabajadores del sector como de los ocasionales usuarios, demuestran que, lo que antes parecía insólito, hoy es apenas una rutina simple que hay que cumplir para respetar las pautas sanitarias, que ya se hizo costumbre y seguirá acompañando el devenir cotidiano.
Menos frecuencias y servicios
Por su lado, el presidente de la Cámara de empresas de Larga Distancia (Celadi), Gustavo Gaona, refirió que hay dos lecturas posibles de la situación. Por una parte, el hecho de haber vuelto a conectar múltiples destinos en todo el país es un logro muy importante para todas las empresas y para el sistema de transporte como un servicio esencial. Pero señaló que cuando se analiza la demanda y el nivel de operatividad estas variables se ubican en un 20 por ciento con respecto a la temporada anterior.
A su vez, indicó que en CABA (en este momento se usa la Terminal Dellepiane, Retiro está cerrada por reformas) estableció un máximo de 135 servicios diarios, mientras que el año pasado, en un cambio de quincena, circulaban cerca de 1500 micros por día. El recorte de horarios y servicios sin duda impacta de forma directa en la demanda y la facturación, que al ser nula durante casi todo 2020, subsistió gracias a los aportes del gobierno Nacional a través del ATP para el pago de sueldos.
“Lejos estábamos de esperar una buena temporada y esto se explica con varios motivos: el coronavirus, la economía, la logística para no aglomerar gente. Se vio al ómnibus como un espacio de alto nivel de contagio y con los protocolos el riesgo es bajo, pero el temor a veces se siente igual”, aseguró.