Desde Río Paraná dicen que traerán nuevas unidades que permitirán destrabar el conflicto con UTA definitivamente
Según aseguraron los choferes, luego de una reunión llevada a cabo en la tarde de ayer, el motivo de la falta de pago de los salarios habría sido una excusa de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) para detener nuevamente la circulación de los colectivos de Río Paraná. Ahora, aparentemente, el móvil estaría ligado al mal estado de las unidades, que es un reclamo de larga data, no solamente de la UTA sino de los usuarios.
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En este sentido, y haciéndose cargo una vez más de la situación, su dueño, Mario Morel, se reunió con cerca de 70 de los 130 trabajadores de la firma en las inmediaciones de la sede ubicada en la avenida Marconi.
El encuentro se llevó adelante con la intención de comunicar al equipo que está encaminado el 95 por ciento de un arreglo que tiene que ver con la incorporación de nuevas unidades. De acuerdo a lo que adelantó José Suarez, empleado desde hace 22 años de Río Paraná y vocero del taller, se trataría de entre 10 y 20 nuevos micros que estarían llegando desde Buenos Aires a Tandil alrededor del martes próximo.
“La empresa sigue adelante”, enfatizó, entusiasmado, decidido y lo repitió: “La empresa sigue”. “Estamos en estos días de paro porque están negociando traer los nuevos colectivos, porque los sueldos están bien, eso fue una excusa”, explayó.
Suarez contó que Morel se dedicó a explicar detalladamente la situación y que está trabajando duramente para destrabar el conflicto y mejorar la empresa. “Nosotros sabemos que lo está haciendo y lo apoyamos”. Además, agregó que quizás el lunes por la mañana, a más tardar, podrían reactivarse los recorridos.
Ante la consulta de si el titular de la firma se encontraba en negociaciones con la UTA, respondió que no. “El está negociando con la gente que le va a proveer las líneas para poder seguir”.
Si bien los colectivos que van a sumarse a la flota de la empresa de transportes tandilense no son cero kilómetro, son modelo 2012/13 y aseguran que “están en excelentes condiciones”.
Varados y apoyando
Debido a que al momento en que llegó la orden de detención de los servicios muchos de los choferes se encontraban en diferentes destinos como Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca, allí han quedado varados y no pudieron estar todos presentes en la reunión. Vale recordar que, según lo que este diario pudo averiguar, todos los servicios de la empresa para los distintos destinos están suspendidos. Solo se mantuvieron en circulación aquellos coches que ya estaban encaminados hacia su destino.
Aunque desde la Unión Tranviarios Automotor se dispuso que desde las 20 del viernes las unidades estaban imposibilitadas para salir hasta nuevo aviso, Suárez dijo que a más tardar el lunes por la mañana ya podrían volver a las rutas.
“Estamos acatando una orden impuesta por UTA de Mar del Plata para no generar un nuevo conflicto y podremos volver a circular cerca de esta noche o mañana por la mañana”, aseguró el trabajador con la clara intención de que no sigan surgiendo otros tipos de rispideces con el gremio.
Según se supone, después de renovar algunas unidades de la flota, ya no habría motivos para que intercedan en la empresa, puesto que los sueldos están al día y la renovación no daría lugar a un nuevo paro de servicios.
“Nosotros apoyamos al patrón porque sabemos lo que está haciendo, el esfuerzo que pone en esto, solamente hay que darle tiempo. Que la gente se quede tranquila que el servicio se va a normalizar”, tranquilizó Suárez.
El motivo de
los sueldos
Otra vez desde la UTA se presentaron en las oficinas de la empresa Río Paraná con la expresa orden de suspender todos los servicios programados, quedando vigentes solo los que estaban transitando en ese momento. Según expusieron, habrían corroborado el incumplimiento de la promesa dada por parte de Mario Morel de abonar la totalidad de los sueldos que faltaban. Afirmación que los trabajadores desmintieron, alegando que ahora el problema estaría ligado al mal estado de los colectivos.
Hace apenas unos días, uno de los inconvenientes era que el personal había cobrado el 90 por ciento del sueldo. En sintonía con el magro presente de la casi centenaria empresa tandilense, hubo nuevos reclamos por parte de la gente y otra vez apareció en escena la UTA-Mar del Plata para decretar otro paro de actividades por encontrar entre 10 y 15 sueldos que no fueron abonados en su totalidad.
Hace ocho días atrás el sindicato adujo que el paro fue por sueldos impagos de febrero, que no estaban totalmente abonados.
La historia
La historia cuenta que la determinación de la UTA Mar del Plata llegó tras el acuerdo sellado con la empresa en febrero pasado, en la dependencia de la cartera laboral bonaerense, que logró destrabar el conflicto y reanudar el servicio luego de arduas negociaciones.
En aquella oportunidad, Morel se comprometió, entre varios puntos, a cambiar la forma y tiempos de pago de los salarios, lo que habría sido incumplido y por ello la decisión del gremio de volver a paralizar la empresa.
Sin embargo, los mismos empleados salieron rápidamente a aclarar que la situación no era tal y que pretendían seguir trabajando. Dejaron entrever además que, al igual que en la anterior ocasión, las verdaderas razones que motivaron el paro no son tales, sino que responden a otros intereses que estarían vinculados a otra empresa transportista interesada en “voltear” a Río Paraná. Apenas unos días después, la situación y los actores siguen siendo los mismos.
Atravesada por
turbulencias
Río Paraná venía atravesando una difícil situación, pero sufrió un gran impacto cuando la empresa Plusmar decidió meterse a competir en la misma ruta, anexándole una parada alternativa para poder cubrir la ciudad de La Plata y luego llegar a Tandil.
A partir de ahí, Morel vio cómo la empresa familiar que tanta ayuda social había brindado quedaba en inferioridad para pelear, ya que cuenta con grandes deudas que le impiden mejorar los coches que disponen. De todas formas un recurso de amparo puso freno a la nueva empresa que había comenzado a operar, y finalmente parece que esos nuevos colectivos se van a convertir en una realidad.
A esta situación se le sumaron los comentarios del usuario habitual, los que no fueron para nada alentadores. Una empresa con muchas deudas, sin posibilidades de tomar créditos y con el pago incompleto de los sueldos a sus empleados, provocó esta nueva irrupción por parte de la UTA Mar del Plata la que nuevamente decretó un nuevo cese en las actividades.
Crónica de los paros
Haciendo un repaso por esta relación Río Paraná – UTA y viceversa, se puede dilucidar que los vínculos estarían siendo un tanto incómodos. El 5 de febrero fue el primer gran coletazo que recibió la empresa por parte del gremio. Esa tarde le hicieron llegar al titular de la firma la orden expresa y rotunda de cesar la actividad. El secretario gremial Adrián Giménez vino desde Mar del Plata junto a otros miembros del sindicato y mantuvo una larga reunión con Mario y Ezequiel Morel y Gustavo Morales (secretario general de UTA Tandil), a la que horas después de comenzada se sumaron Blas Pugliese del Ministerio de Trabajo de la Provincia y miembros del Ministerio de Trabajo de Nación. En medio de las tensas negociaciones, Mario Morel se retiró de la reunión y se dirigió al despacho del jefe comunal Miguel Lunghi, a quien le expuso el delicado panorama y obtuvo su apoyo inmediatamente.
Puntualmente, la UTA de Mar del Plata había venido por orden nacional a que cerraran la empresa, prohibiendo la salida de los colectivos. Al parecer, el mismo titular de la empresa de transporte local estaba en desconocimiento de la paralización, como así también se vieron sorprendidos los propios choferes, que no compartían la decisión de sus representantes gremiales.
Los motivos, según contó el mismo Adrián Giménez, correspondían a la sumatoria de irregularidades que se venían detectando y advirtiendo a la empresa local. “Venimos de la seccional porque hay una cantidad de problemáticas en la empresa que ya las veníamos planteando y son normativas que se deben respetar”.
Luego de cortar la entrada y salida de la Terminal de ómnibus, mantener largas reuniones y finalmente levantar el corte, pasaron dos días hasta llegar a un acuerdo. En la tarde del 7 de febrero pudieron volver a circular con normalidad, tras asumir una serie de compromisos por parte de la empresa.
“Salimos a trabajar”, celebró en su momento Mario Morel. “Primó la cordura, la conciencia y también el esfuerzo de todas las autoridades, de los usuarios a los que les causamos problemas, del personal que le puso el pecho a todo esto”.
“Lo que destrabó el conflicto fue la buena predisposición de las partes”, sostuvo entonces el secretario general de UTA Tandil, Gustavo Morales.
Pero todo no quedó allí. Hace poco, el pasado 9 de marzo, se vivió una situación de similares características, cuando desembarcó una comitiva marplatense y decretó el paro de actividad. Tras un día cargado de tensiones, reuniones y llamados telefónicos, la Unión Tranviarios Automotor finalmente aceptó el pedido realizado por la empresa de volver a circular, mientras en paralelo se continuaban con las reuniones teniendo en cuenta la acuciante situación económica por la que atraviesa la firma.
Hace dos días, como si fuera un deja vu, otra vez la orden de cesar el servicio. Otra vez a negociar. Nuevamente reuniones esporádicas, repentinas y en busca de la solución definitiva.
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