El Carmelo de Tandil: vida de ocultamiento y remanso para las almas al pie del Calvario
Siete hermanas carmelitas descalzas llevan adelante su vida contemplativa en el Monasterio ubicado junto al Calvario. Profesando los votos de castidad, pobreza y obediencia, transitan sus jornadas estructuradas a partir de la oración litúrgica y mental. Rezan en general, por la Iglesia y los sacerdotes, y en particular, cuando reciben pedidos de la comunidad. Una visita para conocer el Carmelo fundado en 2019, hoy en un espacio ideal para fortalecer la espiritualidad en la fe.

El Monasterio Carmelitas Descalzas “Santa María al Pie de la Cruz y San José” se construyó en la base del Monte Calvario de Tandil, en un proyecto que avanzó rápidamente tras la fundación del Carmelo, en 2019. Allí habitan siete hermanas, de entre 34 y 53 años, bajo el régimen de clausura.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn la portería, una hermana da la bienvenida. “Ave María Purísima”, se escucha en la voz tan firme como amable de la tornera, detrás de una especie de calesita de madera maciza que bloquea el contacto visual pero permite el paso de las voces y las cosas. Por esa vía de comunicación con el exterior, la comunidad recibe las intenciones de oración y también los insumos para la producción de pastelería y artesanías religiosas que le permite el sustento.
“La nuestra es una vida oculta y en ese ocultamiento, en ese silencio, radica la fecundidad de nuestra vida”, definió la hermana superiora del Carmelo. “En la medida en que no aparecemos delante de los hombres, del mundo, y que no buscamos el aplauso, el reconocimiento, nuestra oración y nuestra vida de sacrificio es más fecunda delante de Dios porque se hace con mayor pureza de intención”, explicó.