El infierno está encantador
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/12/infierno.jpg)
Por José Di Bártolo
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailCuatro jóvenes se quedaron quietos y me miraron atentamente. Atiné a decirles: "No les voy a decir nada eh". Ellos atenuaron su mirada de asombro y respondieron: "Ah, está bien está bien". La escena fue a pocos metros del montículo de tierra que levantaron sobre el acceso a las cavas de Cerro Leones para impedir que la gente ingrese. Seguramente sabían que donde estaban entrando era propiedad privada y les sorprendió ver a una persona, en una tarde de 32 grados de calor, de jean y remera negra.
El largo camino de acceso a la zona de los espejos de agua de las cavas estuvo signado por la gente que iba y venía. Muchos en motos, otros en bicis y algunos a pie. Todos llevaban algo: heladeritas, reposeras, gomones, mochilas, vasos con bebidas, mate y botellas de cerveza y Dr. Lemon.
