El agrimensor y su rol elemental para el antes y el después del negocio inmobiliario

A grandes rasgos se podría decir que la agrimensura comprende un área muy poco conocida para el común de la sociedad, tanto que muchos consideran que son solamente necesarios para medir parcelas en campos o terrenos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPero su tarea va más allá y es mucho más imprescindible de lo que uno piensa. Al respecto, el agrimensor Juan Francisco Cardinale, reveló que antes de comprar, construir o vender es necesaria la consulta, y luego también.
“Hay un cierto trabajo que en algún momento de la vida todas las personas lo necesitan y para eso estamos nosotros”, indicó. A parte de brindar un servicio puntual en determinado momento, acompañan al negocio inmobiliario en su conjunto formando un equipo con los martilleros, escribanos y arquitectos o maestros mayor de obra. De esta manera, las ocasiones en las que alguien pueda necesitar del servicio se abren en un abanico novedoso.
Al respecto, reveló que están trabajando para dar a conocer la agrimensura en todos los ámbitos y lograr que el profesional sea alguien a quien se puede consultar como cualquier otro.
Finalmente contó que los agrimensores de Tandil, que serán alrededor de 27, trabajan muy bien en conjunto y hace poco hicieron un convenio con el Municipio para que todas las tareas que necesite hacer mantenga cierta equidad.
Por ende, las propuestas deben ser pasadas al Centro de Agrimensores que, al contar con una lista de los que quieren ocuparse de cuestiones ligadas a la intendencia, distribuye la propuesta al que le toque.
“Hacemos un descuento por eso y evitamos quitarnos trabajo entre nosotros, estamos todos contentos”, explicó. Cabe mencionar que a falta de una, Cardinale tiene dos matrículas y dos oficinas en la ciudad. El motivo de lo primero es que hace poco realizó un trabajo muy grande para el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en la Villa 31 y eso le requirió contar con el registro profesional también en CABA. Allí ganó la licitación de un trabajo que contempló el diseño, división y disposición de 24 nuevas manzanas en el corazón de la villa, donde se construirán edificios. “Fue una experiencia sensacional”, dijo, revelando que fueron cuatro meses entrando y saliendo de allí con custodia.
Mientras que la razón de los dos puntos de atención, es que uno está ubicado en el centro de la ciudad (Maipú 1780) y otro a la entrada de Villa Italia (Quintana 215). A este último lo abrió hace dos meses, porque consideró como una oportunidad el crecimiento de Tandil y el comportamiento de la gente de ese barrio, que “es muy arraigada” y prefiere realizar sus gestiones siempre dentro de su zona.
De principio a fin
“La gente tiene muy metido en la cabeza que el escribano es quien se necesita cuando compra un inmueble, pero en realidad en Tandil necesitas además un agrimensor y un maestro mayor de obra o arquitecto”, explicó.
Este requerimiento y aclaración es porque más allá de confeccionar la Cédula Catastral o Estado Parcelario como en toda la Provincia, en la ciudad se solicita un Certificado Técnico que debe ser hecho por un arquitecto o maestro mayor. Esto servirá para verificar que los planos declarados sean acordes a la realidad y finalmente proceder a la escritura.
“Nosotros acompañamos al negocio inmobiliario desde su inicio”, confirmó y explicó que un constructor para hacer un complejo necesita chequear certeramente las medidas, ya que eso puede influenciar positiva o negativamente. “A veces la diferencia de unos centímetros es un montón”, develó.
Pero no solamente el agrimensor va a estar al principio de la operación, sino que una vez que el edificio o casa esté construido, es necesario declararla en ARBA y para eso deben respaldarse nuevamente con su profesionalidad.
Las nivelaciones
Más allá de la delimitación de un territorio o de la constatación de las medidas en una obra, son los agrimensores quienes determinarán cuestiones de nivelación o escurrimiento de agua, por ejemplo.
Entonces, ellos establecen la línea Municipal y el cordón cuneta, donde está proyectado, para que después el contratista sepa por donde debe pasar el caño de agua, cloaca, gas o electricidad en los casos que son subterráneos.
Esto les permitirá contar con el CAN, que es un Certificado de Amojonamiento y Nivel requerido para avanzar y habilitar obras.
Asimismo, contó que le ha tocado coordinar en un campo el desvió del agua de un molino que estaba a mucha distancia de la parcela donde estaba la aguada para las vacas. En definitiva, todo lo referido a medidas y niveles deberá contar con un agrimensor que lo respalde.
¿Cuándo se necesita un agrimensor?
- Cuando se va a comprar o vender una propiedad, ya que necesita tener vigente la Cédula Catastral que indica el estado parcelario de la misma. Esto consiste en verificar la situación constructiva del inmueble y la actualización de la valuación fiscal para su posterior escrituración, siendo un trámite obligatorio en toda la provincia de Buenos Aires.
- Cuando se quiere hacer una sucesión o hipoteca, porque para eso también se requiere realizar la Cédula Catastral.
- En caso de querer construir o ampliar una propiedad, porque se debería marcar el terreno y confeccionar el correspondiente Certificado de amojonamiento y nivel (CAN). Esto permite contar con la ubicación exacta de los ejes medianera de la parcela, permitiendo un correcto emplazamiento de la edificación. En este caso también se tomarán niveles, que permiten decidir a qué altura edificar.
- Si ya se construyó también es importante, porque hay un deber de declarar lo edificado tanto en el Municipio de Tandil como en la Agencia de recaudación (ARBA) mediante una declaración jurada que confecciona el agrimensor.
- Cuando se requiere la confección de planos de mensura y división de parcelas (rurales o urbanas), asesoramiento, nivelaciones y estudios de escurrimiento de agua, apoyo topográfico en obras civiles o mediciones en general.