El Langueyú, su incidencia en el desarrollo territorial y la importancia de cuidar este finito recurso humano
En el mes del agua, un grupo de investigación compartió los resultados de un estudio sobre los acuíferos que proveen a Tandil. El contenido de nitrato de los pozos de abastecimiento es superior al establecido en el Código Alimentario, que propone 45 mg. por litro, en cinco de los seis subsistemas de distribución.

Finalizó marzo, que es considerado como el mes del agua, ya que en él se enmarcan las fechas que hablan de concientizar sobre su cuidado y preservación. Así, cada 22 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Agua, para rendirle homenaje y recordar la relevancia de este recurso esencial, que a pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, todavía 2.200 millones de personas viven sin acceso al agua potable.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn tanto que en nuestro país, en 1970 se estableció que el 31 de marzo se celebre el Día Nacional del Agua para generar conciencia en todos los argentinos sobre el uso de los recursos hídricos del territorio y de todo el planeta, ya que se trata de un elemento imprescindible para el ser humano; sin el cual es imposible mantener su existencia.
En este contexto, Rosario Soledad Barraquero, quien es magister en Ciencias Hídricas, docente de la Unicen e investigadora del Conicet, compartió con El Eco de Tandil datos de un estudio que realizó, junto a un equipo de expertos, para la detección de problemáticas y la búsqueda de soluciones en relación al arroyo Langueyú.
El agua de consumo humano
“Diálogo de saberes para el conocimiento, la valoración y el cuidado del arroyo Langueyú”, fue el nombre del proyecto, en el que consideraron tanto los aspectos naturales que caracterizan al agua superficial y subterránea en la cuenca, así como los que definen su manejo como recursos hídricos y las relaciones entre estos aspectos, que en conjunto determinan la situación hídrica ambiental de la cuenca del arroyo.
Según explicó, los acuíferos pueden ser clasificados de acuerdo a la presión hidrostática del agua encerrada en los mismos, en libres, no confinados o freáticos por un lado; cautivos o confinados por otro; o una variedad de estos últimos que corresponde a los acuíferos semicautivos o semiconfinados. “En la cuenca del arroyo Langueyú el acuífero es libre, es decir que no tiene un material impermeable por encima que lo aísle de la superficie y por tanto, está en contacto con la presión atmosférica”, informó.
Vale especificar que la cuenca del arroyo Langueyú tiene una superficie de aproximadamente 600 kilómetros cuadrados, sin considerar el área de descarga regional del agua subterránea que ocurre en el río Salado. Tiene sus nacientes en el sistema de Tandilia, el conjunto de serranías de entre 50 y 250 metros de altura que se extiende por una longitud mayor a 300 kilómetros y un ancho máximo de 60 kilómetros en dirección noreste-sudeste, ubicado en la parte central de la provincia de Buenos Aires.
Específicamente, Barraquero se refirió al agua subterránea, ya que según aclaró es la que se utiliza para consumo humano, ya sea para bebida, riego o de provisión al ganado, incluso para uso de las industrias, ya sean alimenticias como metalmecánicas.
Destacó que el agua subterránea que circula por la formación rocosa se puede mover de manera rápida y siguiendo la configuración que le imponen las fisuras existentes, es decir de manera muy difícil de predecir con estudios hidrológicos generales que no involucren tareas costosas como la construcción de perforaciones específicamente para esos fines de estudio.
En cambio, el agua que se mueve en el material sedimentario tiene un comportamiento más fácilmente predecible, ya que circulará en manto, es decir en toda la superficie tridimensional del sector que se esté analizando (ancho, largo y espesor) a través de la conexión de los poros existentes en el material, con lo cual conociendo las características de porosidad del material y las alturas a las que se encuentra el agua con referencia al nivel del mar en cada sitio podremos inferir la dirección y sentido de movimiento del agua subterránea.
“El conocimiento de estas diferencias es muy importante al momento de tomar decisiones vinculadas, por ejemplo, al ordenamiento territorial, ya que la capacidad de predecir las consecuencias de las actividades desarrolladas en superficie para el acuífero claramente son mucho más limitadas en el sector de serranías que en piedemonte y llanura”, advirtió.
Altos niveles de nitratos
De acuerdo a estudios realizados en una red monitora representativa de la superficie de la cuenca, el agua subterránea presenta bajo contenido de sales disueltas totales, aumentando, “como es lógico”, hacia el noreste, es decir en el sentido de flujo por el mayor tiempo de contacto sedimento-agua.
En cuanto a su dureza, que es la medida de sales de calcio y magnesio, contó que se obtuvieron en las muestras “valores moderados”, inferiores a los 400 miligramos por litro máximos que permite el Código Alimentario Argentino (CAA) para agua de bebida. En cuanto a su composición hidroquímica general, se hallaron muestras bicarbonatadas cálcicas y/o magnésicas en el sector de serranías, bicarbonatadas sódicas en el de llanura, y una mezcla de ambas en el sector de piedemonte. “Esto significa que el anión predominante es el bicarbonato y los cationes predominantes calcio, magnesio y sodio, lo cual evidencia que el agua subterránea ha tenido poco recorrido desde su recarga, por medio de agua de precipitación, principalmente en el sector de serranías”, manifestó la experta.
Particularmente, precisó que Tandil utiliza este recurso subterráneo para su abastecimiento de agua de red, que se encuentra a cargo del ente municipal Obras Sanitarias Tandil (OST) desde el año 1980 y que también tiene bajo su responsabilidad la red cloacal y sus plantas de tratamiento de efluentes domiciliarios.
En cuanto a la calidad química del agua de red “se cuenta con una evaluación de la concentración de nitrato en las perforaciones de suministro realizada entre los años 2004 y 2005”. Describió que se hallaron niveles superiores a 45 en el 50 por ciento de las perforaciones con bombeo a torre tanque (subsistema tanque bajo) y en el 55 por ciento de las que abastecen al subsistema de cisterna.
“Las mayores concentraciones corresponden a los pozos más antiguos de un sector del ejido urbano, entre los arroyos Blanco y Del Fuerte, con poco distanciamiento entre ellos y con caudales altos de extracción. Esto ha producido una gran depresión de los niveles subterráneos, incluso con una distorsión del flujo original suroeste- noreste, sumado al retraso en la cobertura de la red cloacal, generó una zona de captación de aguas residuales en este sector”, asentó.
En el estudio consideraron que esta situación obliga a OST a implementar diversas estrategias para bajar los niveles de nitrato en el agua suministrada a la población, deteniendo algunas perforaciones cuando es posible y mezclando agua de otras ubicadas hacia el noreste de la ciudad con concentraciones menores. No obstante, plantearon que el contenido de nitrato es superior al establecido en el Código Alimentario que propone 45 mg. por litro, en cinco de los seis subsistemas del sistema de distribución.
El subsistema en el que se hallaron muestras con contenidos de nitrato adecuados es el rebombeo “Barrio Movediza”., en tanto la peor situación se presentó en el subsistema tanque bajo, en el cual del promedio de las cuatro muestras analizadas se obtiene un valor de 99 miligramos por litro.
A cuidar el agua, un recurso limitado y vulnerable
Desde Jóvenes por el Clima Tandil, reivindicaron la fecha y aseveraron que buscan, una vez más, difundir la importancia de este recurso limitado y vulnerable, como también de su cuidado y de lograr entre todos un uso racional, evitando su deterioro y desperdicio.
“Nuestro Código Civil y Comercial, que entró en vigencia en 2015, ya no establece taxativamente el acceso al agua como un derecho humano y esto deja la puerta abierta a futuras privatizaciones. Aunque, por otro lado, el acceso a fuentes de agua potable y segura sí se encuentra reconocido por la ONU como un derecho humano”, explicaron.
Sin embargo, invitaron a preguntarse “¿cuántas personas no tienen acceso al agua potable? ¿Cuántas mueren por deshidratación? ¿Cuántos litros de agua contaminan las industrias? ¿Cuántos otros la minería?”.
Sostuvieron que a la vista está que el hecho de que un derecho se encuentre reconocido no implica que se encuentre debidamente garantizado.
Recordaron que en diciembre del 2020 el agua comenzó a cotizar en el mercado de futuros de Wall Street. “¿Sabes que significa esto?”, apuraron. “Estos contratos son aquellos que se celebran en una fecha determinada pero su cumplimiento se da precisamente, a futuro. De esta forma, algunas personas van a poder asegurar sus derechos sobre el agua a futuro, cuando sea un recurso aún mas escaso”, aseveraron.
Ante esto, consideraron que no puede hacerse caso omiso ni dejar de observar desde una perspectiva social la problemática de la escasez, ya que son los grupos más vulnerables quienes hoy no pueden acceder a este recurso vital. Asimismo, entendieron que así será a futuro si se sigue el camino de la privatización.
En el Día Nacional del Agua reafirmaron la importancia de tener una Ley de Humedales vigente para asegurar que no se vulneren los principales reservorios de agua dulce del país, como así también la relevancia de una Ley de Educación Ambiental para generar la conciencia necesaria, para poder empezar a abordar distintas problemáticas desde una perspectiva ecológica y potenciar la preservación y el cuidado del ambiente.