El Museo del Juguete, un espacio de la ciudad para “viajar a la infancia”
Ubicado en un vagón reciclado en la Avenida del Valle Nro. 837, el Museo que está próximo a cumplir los 20 años convoca a todo tipo de público. Con su exposición de más de 600 juguetes de todas las épocas, despierta el interés de los más chicos y la nostalgia de los más grandes.

“Un viaje a la infancia”. Así lo definen los jóvenes y adultos que concurren al Museo del Juguete de Tandil, el espacio nacido hace casi 20 años a partir de la inquietud de un grupo de docentes jubiladas que cada sábado, entre las 15.30 y las 17.30, abre sus puertas a la comunidad con una renovada colección y con la alegría y el espíritu rememorativo de siempre.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailUbicado en Avenida del Valle Nro. 837 en un vagón reciclado tras varios años de trabajo colaborativo, el Museo convoca a todo tipo de público con sus más de 600 juguetes de todas las épocas, despertando el interés de los más chicos y la nostalgia y melancolía de los más grandes.
“El Museo nació en 2006 a partir de la inquietud de un grupo de docentes, que empezamos a juntar juguetes”, contó Ana Orlando, presidenta de la Comisión Directiva (CD) de la entidad, a El Eco de Tandil.
Al no tener un lugar propio para exhibir los objetos, el Museo funcionó durante sus primeros 15 años en distintos lugares de la ciudad, que fueron generosamente cedidos: primero en la cooperativa El Hormiguero Cultural, luego en la Librería El Atril, más tarde en el Museo de Vehículos de Época.
Tras varias gestiones por parte de la Comisión que incluyeron un encuentro con el intendente Miguel Lunghi, la cesión de un furgón de la empresa Ferrosur y la donación de diversos materiales por parte de una firma de revestimientos, el 24 de abril de 2021 el espacio quedó finalmente inaugurado en un vagón acondicionado para funcionar como Museo.
“El Intendente nos sugirió que fuéramos a la empresa Ferrosur, que tiene vagones abandonados, para que nos donara alguno. Allí nos atendieron muy bien pero el vagón que nos cedieron había estado incendiado, entonces estaba destrozado, sin ventanas", recordó Orlando.
Y contó que una firma de revestimientos les donó las placas que recubren todo el espacio.
Alumnos del Polivalente de Arte se encargaron finalmente de pintar el transporte, añadiendo el colorido mural que se exhibe por fuera.
Después de mucho esfuerzo asociativo, a base de rifas, sorteos, actividades y también con la colaboración de la comunidad, el Museo quedó formalmente inaugurado en 2021 con un acto al que concurrieron las autoridades municipales.
“Cuando inauguramos teníamos una sola colección, pero como recibimos muchas donaciones de familiares de gente que fallece o que ya no quiere conservar los juguetes de sus hijos, logramos formar una segunda colección”, aseguró Orlando.
Los objetos que no están actualmente en exhibición permanecen guardados en un depósito hasta que llegue el tiempo de cambiar la muestra.
En este punto, la presidenta de la CD destacó el conocimiento del Museo por parte de la comunidad local y la buena predisposición de los vecinos para donar los juguetes que ya no se utilizan, elementos que, dada su antigüedad, tienen un valor cultural incalculable.
“No hay sábado en que no venga alguien a ofrecer juguetes”, comentó Orlando.
El valor de la entrada para realizar una visita es muy accesible: los adultos pagan 1.000 pesos, mientras que los menores ingresan gratis.
Los juegos en el predio verde de afuera –cercano a la Estación de Trenes- y un espacio de descanso y juego con mesa al interior del Museo aportan calidez a un lugar ya de por sí agradable para pasar un buen rato.
“Vemos distintas reacciones”
Cada colección permanece durante seis meses en exposición. Entre los variados objetos hay muñecos, autos, casas en miniatura, juegos de mesa, historietas y hasta una versión a escala de un estadio de fútbol de los años ‘70.
Para la disposición de los juguetes se recibió la ayuda de una estudiante avanzada de la carrera de Museología de la Universidad Nacional de La Plata, oriunda de Tandil, que realizó su tesis final en relación al Museo y que colaboró activamente con la catalogación.
“Cambiar una colección implica un trabajo enorme. Cada juguete que se recibe se inventaría y siempre tenemos que saber de qué década es”, dijo Orlando.
Los carteles que están sobre las paredes narran además la historia de los juguetes y de la industria y las docentes encargadas de guiar una visita aportan datos históricos y de color.
"Por ejemplo, se cuenta que durante el gobierno de Juan Domingo Perón, su esposa Eva regalaba muchos juguetes a los niños y que eso incentivó la fabricación de juguetes en este país”, mencionó Orlando.
“Luego hubo un corte cuando apareció el plástico en el mundo, porque aparecieron las muñecas que no se rompen cuando se caen", añadió, como dato anecdótico.
Las encargadas del Museo se turnan para ir cada sábado a abrir y recibir a los concurrentes y el Museo es visitado también, en día y horario escolar, por alumnos de colegios y jardines de infantes.
"A nosotras todo esto nos gratifica muchísimo", dijo Orlando.
“La gente también sale muy contenta y nos lo dice”, afirmó y comentó que “vemos distintas reacciones dependiendo de quién se acerque”.
"Si vienen dos personas de la misma edad, generalmente se van a la vitrina que corresponde a los juguetes de su niñez y recuerdan juntas; si, en cambio, entra una abuela con su nieto, ella aprovecha a mostrarle y contarle con qué jugaba ella", expresó.
La Comisión Directiva, integrada por 12 socias, se prepara por estos días para realizar el próximo 6 de julio el tradicional té a beneficio del Museo, mientras evalúa otros proyectos de ampliación de los espacios y de las actividades.