HOSPITAL DE NIÑOS
El proyecto Todos Leemos sigue creciendo e incorpora nuevos voluntarios de lectura
La propuesta que lleva la lectura a la sala de espera de los consultorios externos del Hospital de Niños cuenta con 45 mediadores voluntarios. Esta semana se iniciará una nueva capacitación para incorporar a nuevos interesados. Buscan fomentar y fortalecer el vínculo de los pequeños con el universo literario.
El proyecto Todos Leemos nació casi junto con el Hospital de Niños y desde octubre de 2009 desarrolla allí sus actividades. Desde entonces se habilitó un espacio de lectura en la sala de espera del centro asistencial a cargo de mediadores voluntarios formados para esta tarea. Las acciones están coordinadas por Valeria Rabal, Rosana Goyeneche y Ana Belén Collado de la Sala Abierta de Lectura y por la Fundación Hospital de Niños Debilio Blanco Villegas.
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En el marco de este proyecto, hasta ayer se llevó a cabo la inscripción de interesados que mañana realizarán la primera de las tres jornadas de capacitación que se llevarán adelante para incorporar nuevos agentes a la propuesta.
“Creemos que la lectura juega un papel relevante en la construcción de la realidad que nos toca vivir, genera conocimiento, enriquece el espíritu, dota a las personas de más espacio interno y ayuda a crecer en múltiples aspectos. Leer posibilita que los niños tengan acceso al saber, se apropien de la lengua escrita, construyan identidad, conozcan otras identidades, las acepten y se nutran de ellas”, expresaron desde la organización.
Además de despertar en los niños el placer por la lectura se busca propiciar un encuentro entre el niño, la familia y el libro. Se trata de lograr que el tiempo compartido entre padres e hijos se fortalezca a través del vínculo afectivo que permite la lectura.
Mediadores de lectura voluntarios
En primer lugar, las personas interesadas se forman y capacitan para desarrollar adecuadamente su acción y luego intervienen en forma continua y regular, comprometiéndose a permanecer formando parte del proyecto por un lapso de tiempo acordado con el equipo coordinador.
Se planificaron tres encuentros de dos horas para iniciar la formación del mediador, luego, si lo desea, puede incorporarse a un grupo de lectura. Cada uno de estos grupos está conformado por cuatro personas que concurren una vez por semana durante una hora al Hospital a ofrecer un espacio de lectura. Generalmente, se establecen acuerdos por tres meses, al término de los cuales es posible renovar o no el compromiso con la tarea.
Cada uno de los participantes es acompañado por alguna persona del equipo coordinador quienes efectúan un seguimiento y evaluaciones continuas. También colaboran en la tarea de acompañar a quienes se incorporan los mediadores con mayor experiencia, ya que algunos de ellos han estado presentes desde el inicio del proyecto.
La lectura como posibilidad
La lectura permite la integración de la multiplicidad de voces con la que se construyen las sociedades, es un medio para conocer más y mejor el mundo y también, para descubrirse y construirse. La lectura contribuye a forjar hombres libres. Desde el espacio lo proclaman como un derecho y un privilegio que todos deberían tener.
“Pensamos la lectura como una actividad placentera y la promoción de la misma como una estrategia para posibilitar la participación en espacios lejanos y desconocidos, fantásticos, científicos, a partir de los cuales sea posible construir nuevas miradas del mundo”, refirieron.
Valeria Rabal, una de las referentes de la actividad, destacó que los voluntarios tienen un gran compromiso para cumplimentar con las tareas y que las puertas están siempre abiertas para todos aquellos sumarse. En la actualidad cuentan con un plantel de 45 lectores voluntarios que concurren una hora por semana a leer y acompañar a los pequeños y sus familias.
Para Valeria, “siempre es bueno sumar más gente para brindar mayor cantidad de tiempo de lectura, esto se renueva porque hay gente que por alguna razón tiene que dejar de venir. Si gustan sumarse es un proyecto que se disfruta de todos lados”.
Las capacitaciones
Las capacitaciones para los nuevos mediadores que deseen incorporarse se realizan en diferentes momentos del año para brindar las herramientas básicas necesarias para abordar la tarea.
La capacitación inicial es indispensable para ser parte del proyecto y posteriormente se ofrecen otras instancias para quienes quieran y puedan interiorizarse un poco más para desarrollar mejor su labor.
En el primer encuentro se habla con los interesados sobre lo que significa mediar entre un libro y un posible lector y la selección del material de lectura.
“Cuanto mayor sea la calidad de literatura y variedad ofrecida, mayores serán las posibilidades de interesar a las personas en el material”, explicó.
“Quiero cuentos, historietas y novelas”
Como en la Marcha de Osías, el osito que María Elena Walsh inmortalizó para siempre en mameluco, los niños quieren que les cuenten historias: “Quiero cuentos, historietas y novelas, pero no las que andan a botón, yo las quiero de la mano de una abuela que me las lea en camisón”.
El universo literario es pródigo en historias para todos los gustos, sólo es cuestión de que a los niños se les ofrezcan estas posibilidades y se les pongan enfrente diversos libros para que descubran por ellos mismos qué relatos les resultan atractivos para ejercer su autonomía como lectores.
Esta tarea, además, produce una enorme gratificación en quienes voluntariamente deciden involucrarse en este círculo virtuoso en el que todos salen favorecidos. “Supe que de algún lejano rincón de otra galaxia, el amor que me darías, transformado, volvería un día a darte las gracias”, la letra del uruguayo Jorge Drexler bien podría usarse para ilustrar lo que implica encarar una actividad desinteresada y la gratitud que de ahí se emana.
“Tanto cuando vamos desde el equipo coordinador como cuando compartimos experiencias o momentos con los mediadores, compartimos una actividad que da mucho placer, y se genera un vínculo interesante entre los niños, las familias, los padres, que descubren que a sus hijos les gusta la lectura y disfrutan de ese acercamiento. No se trata solamente de la lectura sino de crear ese vínculo que no se genera a través de las pantallas”, cerró Rabal.