El sueño de la casa de la Unión de Colectividades se hizo realidad al pie del Parque Independencia
“Vamos a hacer de éste, un lugar de encuentro para todos los tandilenses”, expresó la presidenta de la Unión de Colectividades de Tandil Celeste de Araujo. Por su lado, el intendente Lunghi manifestó que “esta casa es ciertamente una obligación moral que tenía el Municipio de dársela a las colectividades en nombre de todos los inmigrantes que fueron pilares de nuestra ciudad”.

Ayer, a las 18.30, se inauguró formalmente la nueva casa de la Unión de Colectividades de Tandil, situada en el Jardín de la Paz, al pie del Parque Independencia. En el encuentro estuvo presente el intendente Miguel Lunghi, la vicecónsul de Italia Cecilia Tangorra y la presidenta de la Unión de Colectividades Celeste de Araujo.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa Unión de Colectividades de Tandil nació en 1990. Después de 30 años, hoy son 27 las colectividades que la integran.
El sueño de la casa propia estuvo siempre presente y ayer se convirtió en una realidad al pie del Parque Independencia, creado para conmemorar la independencia de la república que los cobijó a todos y próximo a dos emblemas de la ciudad, la portada que es una donación de la colectividad italiana, y el castillo morisco, aporte de la colectividad española.
Tras entonar las estrofas del Himno Nacional, integrantes del Centro Vasco realizaron un saludo a las autoridades y al público mediante un baile tradicional.
El regalo de la casa propia
Posteriormente, Celeste de Araujo, la presidenta de la Unión de Colectividades y referente de Portugal, expresó que “es un día muy feliz para la Unión de Colectividades. Creo que ninguno de nosotros esperaba este momento, soñábamos con tener casa propia pero es como que era algo que estaba muy lejos, hasta que hace un año, el señor Intendente en nuestra fiesta nos trajo el regalo de la casa propia, sede por 5 años”.
“Pensar que éste va a ser el lugar que vamos a disfrutar todos los tandilenses, donde vamos a compartir nuestras raíces, nuestras comidas, nuestras vivencias. Todo lo que sabemos hacer lo vamos a disfrutar acá, en este espacio precioso, repleto de verde, de pájaros, de silencio, en el Jardín de la Paz”, resaltó.
Y agregó que “hemos trabajado mucho, todas las colectividades hemos puesto un granito de arena para que esto hoy se haga realidad. Mis compañeros y yo estamos felices, estamos emocionados y agradecidos, vamos a hacer de éste, un lugar de encuentro para todos los tandilenses”.
“También tenemos que agradecer, porque hay mucha gente que colaboró para que esto hoy se haga realidad. En primer lugar, al señor (Juan Martín) Pissani, que ha sido nuestro interlocutor ante el Municipio; a la Usina Popular de Tandil que nos ha apoyado en todo lo que hemos necesitado; a Obras Sanitarias; a los Bomberos; al comisario de la Primera que hemos recurrido a él en varias oportunidades. Quiero hacer un agradecimiento especial al señor Silvio Battaia, que se ha hecho cargo de la obra para controlarla y lo ha hecho muy bien, ha trabajado muchísimo, y a todas las colectividades que están acá presentes porque todas han hecho algo para que este día sea una fiesta”, afirmó.
En tanto, adelantó que a partir de este momento cada domingo o cada dos domingos van a realizar festejos para compartir con la sociedad sus comidas, bailes y música.
“Vamos a dejar volar nuestra imaginación para que con el tiempo surjan muchas otras cosas que podemos realizar en este espacio”, señaló.
Una obligación moral
A continuación, el intendente Miguel Lunghi manifestó que “esta casa es ciertamente una obligación moral que tenía el Municipio de Tandil de dársela a las colectividades en nombre de todos los inmigrantes que fueron pilares de nuestra ciudad, de nuestro crecimiento, que nos trajeron en el siglo XIX y el siglo XX muchas cosas, pero fundamentalmente valores y obras”.
“Llegaron a esta región sin nada, muchos escapando de la guerra, o buscando otro porvenir. Muchos vinieron primero solos y después trajeron a sus novias, mujeres e hijos. Otros vinieron con sus familias. Pero lo que produjeron en Tandil ha sido maravilloso, porque trajeron el amor al trabajo, al esfuerzo, al sacrificio, a la lucha, porque venían sin nada”, resaltó.
Y añadió que “no pidieron, se pusieron a trabajar y a tratar de buscar un porvenir mejor y a sus hijos les inculcaron la idea fundamental de la educación porque muchos no habían podido estudiar en su tierra natal. Sus hijos, que han sido nuestros padres, llegaron al secundario y a nosotros nos inculcaron que teníamos que seguir avanzando e ir a la universidad. Pudimos hacerlo gracias a sus enseñanzas”.
“Esta casa va a ser un lugar de encuentro de las colectividades, que nos van a traer su cultura, su música, sus bailes, su gastronomía. Vamos a seguir trabajando juntos porque todavía tenemos detalles que terminar con respecto a la cocina, a los baños y poco a poco lo vamos a ir haciendo porque creemos que es nuestra obligación”, sostuvo.
En tanto, consideró que “en honor a los inmigrantes entregamos en comodato la casa, que esto de cinco años es algo que se pone por ley pero se prorroga”.
“Nadie les va a sacar la casa, quédense tranquilos. Siempre que se porten bien y no me hagan un cabaret”, bromeó.
Y agregó que “un deseo mío y que lo hablé con Celeste es que en los jardines se pudieran poner plantas originarias de cada país, siempre y cuando puedan crecer en esta zona”.
“Tandil no es una isla porque no estamos rodeados de agua, pero pronto lo vamos a ser, así estamos más tranquilos pero ciertamente tiene mucha belleza y de acá se puede ver. Este va a ser un lugar excelente, vamos a trabajar juntos, nada de banderías políticas ni de esa palabra estúpida que usan los argentinos, la grieta. La única manera de tener el país y esta ciudad que tenemos es estando todos juntos”, resaltó.
Luego, se realizó el tradicional corte de cintas y quedó formalmente inaugurada la casa. Finalmente, Graciela Brescia cantó “Aleluia”, mientras los referentes de las colectividades con sus banderas realizaron un abrazo simbólico a la flamante casa.
El encuentro festivo continuó durante la tarde noche, con música, cantina y comidas típicas.