Emilio Fernández: "Alimentar a los carpinchos es maltrato animal"
El delegado de Fauna de la Provincia de Buenos Aires en la región, habló sobre el video que compartió una turista alimentando a los roedores que habitan en el Lago del Fuerte, y que generó controversia en los últimos días.
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Luego de la publicación en Tik Tok de una turista en Tandil que se mostró alimentando a los carpinchos que habitan en el Lago del Fuerte, se generó una intensa discusión en las redes respecto de su accionar, con diferentes miradas sobre el hecho. El Eco Multimedios dialogó sobre el tema con Emilio Fernández, titular de Granja los Pibes, y delegado de Fauna de la Provincia de Buenos Aires en la región, quien refirió que la presencia de estos animales en la zona es un fenómeno que, si bien es visto como un atractivo turístico, pone en evidencia "el profundo desconocimiento sobre el ambiente y sobre el cuidado de la fauna que tenemos las personas".
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailFernández explicó que los carpinchos estaban en la zona del lago, una retención natural de agua, antes de la urbanización. Sin embargo, la construcción y el desarrollo desplazaron a la especie. Su regreso masivo se dio durante la pandemia, cuando "en la zona nosotros bajamos todo el bullicio y nuestra presencia. Ahí ellos nuevamente coparon la parte del lago". Este retorno ha generado múltiples interacciones que resultan en conflictos, ya que la gente intenta llevar a la fauna silvestre el trato que le daría a sus mascotas o familiares, buscando acariciarlos o alimentarlos.
Si bien la solución más simple sería retirar a los roedores de alli, Fernández confirmó que las autoridades ambientales autorizaron su permanencia en el sitio. "Junto a la dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires se llegó un acuerdo de que la población estable de Carpinchos va a quedar ahí establecida," afirmó, ya que trasladarlos a otro ecosistema puede ser peligroso para los mismos. Por ello, lo fundamental es la prevención, pidiendo a la gente "no acercarse, no alimentarlos, porque ellos están en su hábitat natural, si bien está intervenido por el ser humano".
Para asegurar la seguridad y la salud de los animales, desde la Granja se solicitó al municipio la colocación de cartelería, la cual fue colocada, y un acompañamiento, como un guardafauna o guardaparque, que pueda educar a la población sobre qué hacer y qué no hacer, una cuenta pendiente. Además, enfatizó la necesidad de cumplir con la ordenanza vigente sobre el traslado de mascotas con correa, un factor que constantemente se incumple y genera accidentes con la fauna doméstica y silvestre.
Uno de los puntos más críticos que destaca Fernández es la alimentación de los carpinchos por parte de los visitantes, un acto que considera "maltrato animal". Explicó que la limitación natural de alimentos es "el principal freno que tiene la población de carpincho, que crece exponencialmente, a gran medida, y en muy poco tiempo". Si los humanos añaden alimento extra, la población se reproduce más y se establece de forma permanente, cuando, de lo contrario, el aumento de ejemplares forzaría un desplazamiento natural hacia arroyos y humedales de la zona.
Más allá de desequilibrar la población, la alimentación humana pone en riesgo su salud, ya que la gente no sabe qué deben comer. “Les proporcionamos alimentos que a ellos le generan obviamente daños en lo que es el estómago, en la parte gastrointestinal y terminan con problemas crónicos muchas veces”, concluyó el rescatista, que ya ha tenido que intervenir varias veces por negligencia de los humanos ante la población de estos grandes roedores en el lugar.
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