<p>Esta semana se hiló el tercer capítulo de la saga, con el reencuentro de cuatro hijos de Teresita <a href="https://www.eleco.com.ar/interes-general/murio-teresita-arancibia-la-globera">Arancibia, conocida como “la Globera”,</a> un personaje público y popular que pasó la mayor parte de su vida trabajando en las calles de Tandil. Tras contar su historia en E<strong>l Eco </strong>y entrar en contacto con tres hermanos de sangre, Marina Roza viajó desde Río Cuarto, Córdoba. Mientras organizaba la travesía, Nelson Rodríguez, un año mayor que ella, compartía con este Diario sus vivencias, el momento del abandono y su fortuna a partir de la adopción que le permitió disfrutar de una familia amorosa.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=tzEfVpbyeps"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/tzEfVpbyeps" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p>Días después, arribaron juntos, a los estudios de Eco TV, Marina y Nelson -hijos del primer matrimonio de Teresita con Carlos Boliniuk (f)-, y Natalia y Alex -hijos de la misma madre con su segundo marido Manuel Ramón Alonso-. En una emotiva charla, sellaron el acuerdo de dejar atrás los dramáticos episodios del pasado y empezar a escribir una historia feliz en una página en blanco, sin rencores y conscientes de que no fueron culpables de nada.&nbsp;</p><p>“Fue un viaje interminable. Son 700 kilómetros más o menos, pero se me hicieron como si fueran 10 mil. Venía con mi pareja y a cada rato le decía ‘estoy ansiosa’. Por ahí se me caía alguna lágrima, por ahí volvía la sonrisa, recuerdos que se me venían a la memoria. Fue todo muy emotivo. Un montón de sentimientos encontrados”, confió Marina (47).&nbsp;</p><figure class="image image-style-align-center image_resized" style="width:86.11%;"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/07/globera.png" alt="globera"></figure><p>A los 3 años, ella fue entregada a una familia tandilense, donde padeció abusos y otras vulneraciones, luego la Justicia la internó en un hogar de Azul y a los 9, la adoptó un matrimonio de General Levalle, Córdoba. Marcada por el dolor pero con gran poder de resiliencia, desde pequeña había perdido el contacto con su familia de sangre y sólo contaba con datos sueltos de un legajo de algún despacho del Juzgado de Familia que había conseguido hace un tiempo, cuando empezó a indagar sobre su identidad. Hace tres semanas, llamó a esta Redacción para pedir ayuda y puso a rodar el sueño de recuperar a su familia biológica.</p><section class="noteSuggested" data-id="100383" data-title="Puede interesarte"></section><p><strong>Cuatro almas</strong></p><p>Los hermanos se vieron por primera vez el último miércoles, en la estación de servicios Shell ubicada en la rotonda de Espora y la Ruta 226. Los tres radicados en esta ciudad fueron a buscar a Marina, temiendo que se pasara de largo o se perdiera. “Fue algo hermoso”, describió Alex y lo sintetizó en “un abrazo enorme entre los cuatro”.</p><p>Enseguida, reparó en la reacción de Natalia (36), la más chica del grupo. “Estaba hipnotizada”, marcó en relación al primer gesto hacia Marina. “La miraba y la admiraba, fueron las palabras de Nelson. No la dejaba de mirar”, agregó.&nbsp;</p><p>En tanto, Nelson compartió que “sabía de Marina porque en su momento, mi padre adoptivo, Román Rodríguez, me había dicho que tenía una hermana que se llamaba Marina y en dos oportunidades me dijo si la quería ir a conocer. Yo era muy chiquito. Sinceramente, no recuerdo el motivo, pero le dije ‘no quiero conocerla’, porque no sabía cómo era, cómo venía la mano, cómo lo iban a tomar; pero sí sabía que ella estaba presente”.&nbsp;</p><figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/07/reencuentro_hijos_de_teresita_arancibia_5.JPG" alt="Reencuentro hijos de Teresita Arancibia - 6"><figcaption>Nelson, Marina, Natalia y Alex, en el estudio de Eco TV.</figcaption></figure><p>Además, refirió que cada vez que alguien le decía que conocía a una de sus hermanas biológicas, siempre preguntaba si era Marina. Ahora, al hablar del reencuentro tras 40 años, reflexionó que es “algo nuevo. Hay que estar en el momento para ver cómo manejarlo. Es todo nuevo. No hay un libro, algo que uno pueda leer, donde los reencuentros, los hermanos, son así. No, esto fluye, sale, cada abrazo, cada beso, cada mirada, cada todo. Esto es un aprendizaje y de acá en adelante, empezamos a escribir otra historia”.</p><p>Tras repasar esos primeros instantes de gran sorpresa, expresó que “damos gracias a Dios, gracias a Mari que se comunicó con ustedes y gracias a ustedes que sacaron esa nota y la gente la vio, se empezó a solidarizar y a comunicarse con cada uno de nosotros”.</p><h2>Convivencia efímera</h2><p>Hijos biológicos de los mismos padres, Nelson fue abandonado con pocos días de vida, en la zona de España y Alberdi. Allí lo encontró Ana Sánchez –a la postre, su madre adoptiva-, quien le salvó la vida al llevarlo rápidamente al exDispensario y luego, junto a su esposo Román Rodríguez, lo criaron como un hijo más, junto a sus primogénitos Orlando y Margarita.&nbsp;</p><p>Sin embargo, sigue fresco en los recuerdos familiares que cuando Nelson era bebé, Teresita se lo quitó de los brazos a su hermano Orlando (tendría unos 8 años) y lo mantuvo cautivo en su casa. En el lapso en que la Justicia demoró para restituir al niño a la familia adoptiva, Nelson convivió con Marina, por entonces recién nacida.&nbsp;</p><h3>Dar vuelta la hoja</h3><p>“Cuando empezó todo esto y las llamadas, me dije cuánta gente hay detrás padeciendo o sufriendo esto de estar tanto tiempo separados, de no haber encontrado a su familia. Tal vez algunos hogares se hayan identificado un poquito con todo esto”, reflexionó Marina con sus emociones en carne viva.</p><figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/07/reencuentro_hijos_de_teresita_arancibia_2.JPG" alt="Reencuentro hijos de Teresita Arancibia - 3"><figcaption>La emoción de Marina y Natalia, la más chica.</figcaption></figure><p>“A mí me adoptaron y mis padres no pudieron tener hijos, así que ni siquiera tuve un hermanastro. Casi ni primos tampoco por parte de mis papás del corazón. Estaba sola totalmente, y después se me agrandó la familia cuando tuve hijos, pero no tenía más nada que eso. Fue duro, fue muy duro”, relató sobre su peregrinaje.&nbsp;</p><p>El regreso a Tandil le trajo muchos recuerdos de lugares donde cree haber estado de chica. “Me transportaban a ese tiempo”, señaló y aguardaba descubrir algunos rincones de su barrio de niña, en la zona de Constitución y Moreno.&nbsp;</p><p>En la primera nota, hace ya tres semanas, Marina transmitía su ansiedad por saber de su mamá. Confió que al indagar, le contaron “algunas cosas, más negativas que positivas. Sé que tenía un carácter bastante fuerte. Ha actuado, como conmigo cuando era bebé, bastante agresiva hacia nosotros, en todos los sentidos”.&nbsp;</p><p>Sobre sus primeros tres años de vida, relató que “sí sé que salía a la calle desnuda, o que me golpeaba, me ataba a la mesa, un montón de cosas; un poco por lo que me han contado y otro poco, por lo que leí del legajo. Después, no recuerdo, era muy chiquita”.</p><p>Sin embargo, transcurridas cuatro décadas, aseguró que “ya está. Yo ya la perdoné. Creo que nuestro pasado hay que dejarlo un poco atrás, perdonar y seguir. Es como volver a empezar, dar vuelta la hoja”.&nbsp;</p><h4>Lazos de familia</h4><p>“No sé si la voy a dejar ir. Tiene una chispa”, definió Alex sobre su nueva hermana Marina. Y analizó que “me hacía falta esto, porque uno piensa que está solo. Ves las fotos, y ella está saltando, en todos los lugares. Fuimos a un montón de paseos y tiene esa niña interna que le sale de adentro, le explota, puede disfrutar”.&nbsp;</p><p>Y Nelson tomó la posta, en esa intención colectiva. “Es escribir una nueva historia, dar vuelta la hoja, lo que está atrás quedó atrás; lo que ya pasó, ya pasó. Está bueno para reflexionar, para aprender, porque todas esas cosas sirven, ya sean más o menos, buenas o malas, todo sirve en la vida. Así que de acá en adelante, tratar de vivir lo mejor posible, tratar de pasarla bien, que de eso se trata la vida. De hacer las cosas bien, pasarla bien sin complicar a nadie y todo para adelante, pum para arriba y siempre sumando”, deseó.</p><p>En tanto, Marina compartió que “lo que más me extraña es que todo se dio tan natural, porque nos comunicamos y seguimos hablando. Es como si no hubieran pasado 47 años en el medio, como si nos conociéramos de toda la vida, y nos vimos, charlamos y es como si no hubiese pasado el tiempo. Siento eso”.</p><p>En la primera noche en Tandil, se juntaron a comer y hablar, algo tan simple que el destino les había negado hasta adultos. “A mi hermano adoptivo Orlando lo conocieron, con su pareja, y la pasamos bomba, y se quedaron charlando horas, y todo de diez. Es como que todo se congenió, fluyó, todo lindo. No sé si siempre será así, pero no es tan fácil que mis hermanos, con tus hermanos, con los adoptivos, con los biológicos. Creo que esto se trata de ser buena gente, usar el sentido común, y tanto mis hermanos biológicos como los adoptivos son de diez, corazón de oro”, valoró Nelson.</p><p>En tanto, Marina analizó que “no somos culpables de nada. Sucedió lo que sucedió, y nosotros no tenemos culpa de nada. Entonces, creo que cada uno, más allá de lo que hayamos pasado, a su forma, lo ha elaborado” y concluyó que “es pasado lo que nos sucedió y hay que vivir esto, el momento”.</p><p>Por último, desde su experiencia, alentó a que “no es tarde para buscar a la familia, no hay que bajar los brazos, siempre hay una esperanza para todo. Se puede. Lo digo por mi historia y lo que he vivido, que podría haber terminado en cualquier lado, pero no. Por eso, la fuerza de voluntad y saber que siempre hay luz de esperanza, la hay”.&nbsp;</p><h2>Los dos más chicos, en el mismo camino espinoso</h2><p>Los dos más pequeños, Natalia y Alex Alonso, convivieron con su mamá Teresita Arancibia y si bien sus historias tuvieron una continuidad en cuanto al vínculo, sufrieron por situaciones de violencia que dejaron huella durante la niñez y adolescencia.</p><p>“Estuve complicado, mucho tiempo privado de mi libertad y de muchas cosas. Hace un tiempo, salí de una unidad penitenciaria y no la pasé bien. No la pasé para nada bien”, soltó Alex y fue aportando datos de su camino.&nbsp;</p><figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/07/reencuentro_hijos_de_teresita_arancibia_6.JPG" alt="Reencuentro hijos de Teresita Arancibia - 7"><figcaption>Alex Alonso, en uno de los hijos que más convivió con Teresita Arancibia.</figcaption></figure><p>Contó que “ya habíamos tenido un vínculo con Nelson, de charlar. Por ahí en estos días nos hemos visto más, porque él antes tenía otro trabajo y estaba más en la provincia de Tucumán que en Tandil”, agregó y también tuvo palabras amorosas para Ana Sánchez, la madre adoptiva del hermano mayor.&nbsp;</p><p>“Me gustaría seguir la relación, y si a Marina no la tengo todos los días acá, por lo menos a través de un teléfono y quizás el día de mañana poder juntar un dinero y visitarla”, adelantó y compartió su ansiedad por conocer a sus sobrinos, los tres hijos de Marina.</p><h3>El derrotero por los hogares</h3><p>Y en el último tramo de la entrevista, Alex compartió que en la casa de su infancia, “mi abuela era el demonio en pinta”. Así describió a Ester, la mamá de Teresita Arancibia, con quien también convivían en la zona de Constitución y Moreno. “Ahí es donde surgió todo”, afirmó.&nbsp;</p><p>Nelson y Natalia nacieron en La Plata. Allí, Teresita había conocido a Manuel Ramón Alonso, el papá de ambos, quien también adoptó a Diana, fruto del primer matrimonio con Carlos Boliniuk. En la actualidad, esa quinta hermana se encuentra en un geriátrico, donde la atienden y la acompañan ya que su salud no le permite vivir sola. &nbsp;</p><p>Alex despegó a Marina de la imagen de su madre y la definió como “todo lo contrario de lo que era mi mamá, que te hacía la guerra. Ella es psicóloga. La escucho hablar… Ella dice ‘yo me parezco a mamá’. No, es diferente, es única. Todos somos únicos”.&nbsp;</p><p>Y valoró el&nbsp; esfuerzo de sus hermanos mayores para superar los traumas. “Tranquilamente se podrían haber quedado estancados toda la vida, y son unos guerreros”, dijo con la emoción apoderándose de su rostro.&nbsp;</p><p>Agregó que Natalia sufrió mucho los golpes tanto de Teresita como de Ester. “A mi abuela la frené yo, porque cuando cumplí 14 años, un día con un caño le quería pegar y le dije, ‘no, ya está, hasta acá. No le pegás más a mi hermana’”, recordó.&nbsp;</p><p>En cuanto a la intervención de la Justicia de Familia, agregó que “en aquel momento estaba la jueza (Mabel) Berkunsky y en ese momento, decía ‘poné a Natalia en el Hogar de Niños, en el Hogar de Varones, en el Hogar San José’, por un rato y después, ‘devolvésela a la madre’. El Estado, tanto en aquel momento como hoy, sigue igual, no sirve, no funciona. Es sacar a un chico de una familia y meterlo en un lugar donde es peor a veces”.&nbsp;</p><p>Como ejemplo, citó que “yo estuve en el Hogar de Varones cuando era chico y fue la época en donde cayó preso el sacerdote (Hugo Olarte, juzgado por abusos). Salimos de una situación de violencia, a una situación donde había una persona que violentaba de otra manera”.&nbsp;</p><p>Alex destacó que “del único lugar que no puedo decir nada, cuando estaba Julio Elichiribehety, es de la Casa de Contención, que dentro de todo era un lugar bastante pasable”.</p><p>Sin embargo, reseñó que “cuando veían que no funcionaba, te sacaban de la ciudad, te mandaban a un instituto en La Plata y allá, terminabas haciéndote rebelde, malo, porque allá se junta todo. Yo pasé por todos los hogares, de todos lados. Creo que ahora empecé a vivir una vida un poco mejor. Empecé a poner los pies sobre la tierra, y esto de tener a mi hermana, a mi hermano, me da un empujón más como para decir ya no estoy solo y darle para adelante”.&nbsp;</p><p>Para finalizar, expresó que “es como que me siento orgulloso de ellos, pero no me puedo sentir orgulloso de mi mamá. La puedo perdonar, pero de ahí a estar orgulloso… Yo no estoy orgulloso de mi mamá. Sí también le perdoné un montón de cosas que hizo con nosotros, por lo menos conmigo. Si me preguntan de qué estoy orgulloso, miren qué hermosura mis hermanos, y de mi viejo, que nos dio todo hasta hoy en día. Ese chabón es mi ídolo y la verdad que estoy agradecido con mi viejo para toda la vida”.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p>

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En el reencuentro, los cuatro hermanos sellaron el deseo profundo de escribir una nueva página