En pandemia, los preceptores tuvieron el rol central de ser nexo entre escuela y familias
Tuvieron que fortalecer los vínculos con los alumnos y familias. Fueron un enlace, respondieron dudas, recibieron trabajos, llenaron planillas, dieron contención emocional y pedagógica.

Por Carolina Cordi (*)
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAl comenzar el ciclo lectivo 2020, los chicos de secundaria sólo pudieron concurrir tres días a clase y desde entonces, la escuela se volvió virtual. La preceptora Adriana Chiuffo contó que, de repente, “se nos vino una realidad que nunca pensé nos iba a ocurrir: el edificio cerrado, pero ahí estaba la escuela pública reinventándose para tratar de cubrir las necesidades y llegar a todos sus alumnos”.
Como preceptores, tuvieron un rol de enlace entre familias, profesores y directivos, y las problemáticas no tardaron en aparecer: familias con un solo celular, sin internet, chicos que tuvieron que salir a trabajar y no les alcanzaba el tiempo para estudiar, alumnos que tenían que cuidar a sus hermanos, entre otras realidades.
Chiuffo expresa que “la continuidad pedagógica es la que se cargaron al hombro docentes y familias desde marzo; ni hablar de las barreras tecnológicas que tuvimos que derribar, pero ahí estuvimos los preceptores, para acompañar en todo momento”.
Reinventarse
Para la preceptora de IPAT 4 y del Conservatorio de Música, Sandra Schwerdt, en un principio la experiencia fue complicada. “Yo no manejaba muy bien la tecnología y tuve que desarrollar nuevas tareas para conectarme con los alumnos. Nos pasaban cosas como que los números que teníamos de los alumnos a veces no correspondían; que había que estar al día con los documentos y las lecturas; teníamos que estar en contacto y acompañar a los estudiantes en todas sus dudas”.
Fue un año donde los alumnos se apoyaron mucho en los preceptores, tal como lo hacían en la presencialidad.
Un tema que sorprendió a Sandra fue que “el teléfono sonaba a cualquier hora, incluso los fines de semana y nosotros siempre respondimos en el momento, para mostrar a los alumnos que estábamos para lo que necesitaban. Las mesas de examen fueron más complicadas por no tener contacto presencial y para organizar todo”.
Para concluir, Sandra consideró que “todos estuvimos unidos, buscando la forma, pero ha sido un gran esfuerzo. Adaptarnos a esta forma no fue para nada fácil, pero se hizo de la mejor manera que supimos y seguiremos adelante. Por suerte, hubo gran acompañamiento del equipo directivo y los profesores”.
Dar acompañamiento
Esteban Alcobruni, preceptor de secundario y terciario, señaló que la tarea como preceptores ha sido muy importante y fundamental en este año atípico: “Somos el nexo comunicador entre los alumnos, la escuela, la familia, no solo hemos trabajado de manera administrativa, sino que también acompañamos emocionalmente a algunos alumnos, porque el tema de la pandemia les ha afectado mucho, extrañan relacionarse entre ellos y también lo cotidiano”.
Esteban trabaja en tres instituciones y notó que los chicos han perdido hábitos, “lo que quiere decir que también hemos tenido que adaptarnos a que no tenemos horario de entrada ni de salida y muchas veces, ni fin de semana. Lo que comúnmente se resolvía dentro de la escuela, ahora pasó a resolverse a través de muchas redes y plataformas virtuales, lo que nos ha comprometido a ponernos al día en cuanto a lo tecnológico”.
El preceptor Matías Buján contó que “fue un año muy atípico, con muchas nuevas experiencias, pero una muy linda sucedió a fin de cursada, cuando los profesores nos pasaron las planillas y, en mi situación, elegí primero las de sexto año, porque me ganaron las ansias de saber a quién podía comunicarle que se había recibido, a aquel que le faltaba, llamarlo para motivarlo, ofrecerle ayuda, decirle que consulte ante cualquier duda”.
Matías imaginaba a las familias que se enteraban de que sus hijos habían terminado la escuela, a los chicos angustiados por no disfrutar la entrega de medallas tan esperada y trabajó para transmitir que tuvieran paciencia, porque ese momento ya iba a llegar: “Hoy, desde nuestras casas, imaginamos los rostros emocionados, que se ponen a pensar cómo siguen sus vidas. Hemos recibido infinita cantidad de mensajes de agradecimiento por haberlos acompañado, que no es más que nuestro deber”, expresó.
Por su parte, la preceptora Pamela González cree que ha sido un año de muchos desafíos, de poner el cuerpo, la palabra y, sobre todo, el corazón. Un año donde la comunidad educativa, en su conjunto, ha estado de pie, con orgullo, esfuerzo y dedicación. Un año donde el acompañamiento al otro, en los diferentes escenarios y vivencias, ha tenido gran relevancia. Como equipo, trabajaron acortando desigualdades, buscando los mejores caminos de vinculación, considerando los diferentes tiempos pedagógicos de los estudiantes.
Agregó que “lo que para mí este año cobró gran significancia fue el quehacer colectivo en pos de garantizar el acceso a la educación. En síntesis, un año duro donde se le puso toda la garra”.
(*) Docente, comunicadora y periodista.