En Tandil hay mil usuarios de cannabis medicinal y más de cien médicos que los guían
El crecimiento continuo del uso de cannabis con fines médicos y la aceptación por parte de los profesionales de la salud desembocó en la necesidad de capacitar sobre el tema. En Tandil ya son más de mil los usuarios y más de cien los médicos que acompañan en esta alternativa, mientras que en el mundo se habla de 180 millones de consumidores. “La falta de asesoramiento trae muchos efectos secundarios y dificultades asociadas”, advirtieron.
Por iniciativa de la Agrupación Cannabis Medicinal Tandil, junto a la Secretaría de Extensión de la Unicen, la Municipalidad, la Asociación de Abogados de esta ciudad y el Colegio de Abogados de Azul, se llevó a cabo, el último jueves, una jornada de formación internacional en cannabis medicinal, además de una conferencia abierta a la sociedad.
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Los eventos contaron con la presencia del médico chileno Diego Cruz Oyarce, cirujano de la Universidad de Santiago de Chile, quien trabaja atendiendo pacientes en Fundación Daya, asesorándolos en la implementación de sus tratamientos con terapia cannábica.
Cerca del mediodía se desarrolló una capacitación gratuita en el Hospital de Niños “Doctor Debilio Blanco Villegas” para todos los profesionales del sector público y privado de salud.
Allí el especialista expuso por dos horas aproximadamente sobre aspectos puntualmente técnicos referidos al sistema endocannabinoide (SEC), los cannabinoides y terpenos, y los usos clínicos del cannabis. Además, prestó una hora adicional para abrir el espacio a preguntas de los asistentes.
Entrada la tarde, tuvo lugar la charla abierta sobre “Cannabis medicinal en Tandil: experiencias internacionales y experiencias locales inéditas”, en el Salón Blanco de la Municipalidad. Allí también disertaron Ana María Fazecas, titular de Cannabis Medicinal Tandil; Silvana Hanglin de la Asociación de Abogados y Marcelo Sarlingo, antropólogo y docente de la Unicen. En la apertura de esta parte de la jornada, se destacó el testimonio del padre Raúl Troncoso, quien agradeció “de corazón” la ayuda que le han brindado desde la ONG local. “Yo no podía caminar y ahora bailo y doy la vuelta al Dique todos los días”, contó, apoyando la utilización de esta alternativa.
Los fines medicinales
Diego Cruz Oyarce lleva más de dos años enfocándose principalmente al manejo del dolor y como coayudante en cáncer u otro tipo de patologías refractarias a tratamientos tradicionales. Contó que esta vocación nació tras haberse dado cuenta de que en la comunidad ya se está usando el cannabis, pero la falta de asesoramiento médico trae muchos efectos secundarios y dificultades asociadas. Entonces, decidió apuntar su trabajo hacia esa inquietud y hacerse cargo de un problema que es la utilización de esa planta con fines medicinales.
Contó que en este camino ha tenido grandes sorpresas. “Inicialmente por el manejo de las epilepsias refractarias, que con tres o cuatro anticonvulsivos no tenían control de su patología, mientras que el cannabis resulta ser efectivo en un porcentaje importante de estos pacientes”, dijo.
Destacó también que hay mucha ignorancia de por medio con respecto a la planta, y aseveró que el uso en presentaciones “no fumadas”, tiene propiedades interesantes. “Jamás le vamos a proponer a alguien que fume, sino que planteamos la utilización de aceites, resinas, tinturas o vaporizadores”, aclaró.
De todas maneras, señaló que siempre advierte a sus pacientes que esa no es la máxima solución para las enfermedades y acompaña el consejo con la indicación de que hagan ejercicios físicos. Por otro lado, explicó que hay más de 200 tipos de cannabis, y dentro de esta amplia variedad hay algunos que pueden ser favorables y otros que no.
Demostrando lo avanzados que están en la materia, compartió imágenes de las plantaciones de marihuana que tienen a fin de perseverar en las investigaciones para dolores oncológicos y otras afecciones.
“No hay una sola manera de curarse”
El antropólogo de Olvarría, Marcelo Sarlingo, hizo un análisis retrospectivo sobre los cambios en la forma de ejercer el arte de curar, además de los estadios que fue atravesando el uso de la marihuana dentro de la sociedad.
En principio, indicó que se está atravesando un contexto de emergencia de nuevos procesos sociales, donde el paciente está recuperando su autonomía de decidir y se encamina hacia una medicina más humana. Para que esto siga ocurriendo, apuntó también que es necesario demoler -en Argentina sobre todo- los prejuicios que favorecen a legislaciones y prácticas represivas.
En el marco de análisis y revisión se refirió a campañas moralistas en contra del uso del cannabis que tuvieron lugar en la década del 30 en Estados Unidos, que principalmente provenían del miedo de los políticos y la sociedad puritana de “perder el razonamiento” y devino en la prohibición del consumo. A raíz de esto mismo es que surgió la conocida Ley Seca. Lo que sucedió con esto es que América Latina copió taxtativamente ese paradigma prohibicionista, que ahora se está resquebrajando por múltiples razones, según sostuvo Sarlingo.
En esa línea, informó que ya son 180 millones los consumidores de marihuana medicinal en el mundo, lo que demuestra que esas prohibiciones no lograron demasiado. “De hecho dieron lugar a los grandes cárteles de narcotráfico, que es una de las industrias con más ganancias”, manifestó.
Cabe destacar que los usos de esta planta para el tratamiento de dolencias datan de más de cinco mil años. Sin embargo, el papel de los grandes laboratorios influyó fuertemente en la pérdida de estos usos ancestrales, por la lucha entre las industrias por el mercado.
“Lo interesante del movimiento actual es que logran romper con la estructura del prejuicio, a la vez que alcanzan eficacia médica real, cosa que no consigue la industria farmacéutica”, discernió.
Por otro lado, remarcó que el país está retrasado en cuanto al conocimiento científico sobre la marihuana, y es necesario que los médicos incorporen el sistema endocannabinoide cuando estudien anatomía.
Demanda insatisfecha
Desde el aspecto legal, Silvana Hanglin se refirió a la ley del paciente-profesional, sus implicancias y derechos, a raíz de la cual quedó en claro que nadie puede imponer un tratamiento.
Asimismo se explayó sobre la legislación del autocultivo, sobre la que aseveró que se reglamentó a medias. “Tuvimos una gran oportunidad de hacer una buena regulación y no hemos avanzado”, dijo y agregó que hay una importante demanda de la gente que no está siendo satisfecha.
Con respecto a lo mismo, indicó que hay fallos muy contradictorios en la jurisprudencia existente, ya que se presentaron muchos amparos en los que la gente pide autorización para plantar y hacer aceite de cannabis antes de ser sancionada, y las resoluciones fueron completamente dispares.
Por su parte, Ana María Fazecas dijo, al respecto de la ley del paciente, que ayudó mucho a la organización en el camino de llegar a los profesionales de la salud. Cabe destacar, en este sentido que ya son 105 los médicos tandilenses que asisten a los mil usuarios de aceite de cannabis medicinal, a los que se suman otros 56 del resto de la provincia de Buenos Aires.
En cuanto a la ordenanza del autocultivo, apostó a seguir luchando para que el artículo ocho se modifique. “No tenemos tiempo para esperar porque el dolor urge”, dijo contundente. “El cannabis es esperanza”, reforzó.
Los números del cannabis medicinal
27.350 Es la Ley de uso medicinal de la planta de marihuana y sus derivados que fue sancionada por el Congreso.
26.529 Es la Ley de derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud.
180 millones de consumidores de marihuana hay en el mundo.
1000 son los usuarios del aceite de cannabis en Tandil.
105 los médicos locales que apoyan a los pacientes con este tratamiento alternativo.
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