Encontró una "oruga serpiente" en un campo cercano a El Gallo
El hallazgo llamó la atención de las personas que trabajaban en un campo de la zona de El Gallo y lo conservaron en un frasco.

La enorme biodiversidad de Argentina se puede encontrar en cualquier punto geográfico. Por eso, no es de extrañar cuando aparecen especies que no son vistas habitualmente y llaman la atención de vecinos y vecinas que se comunican para contar de los hallazgos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEste fue el caso de un trabajador de un campo cercano a la zona de El Gallo que se encontraba cortando el pasto cuando divisó el extraño animal. Era una oruga, pero no cualquier tipo de oruga, se trataba de una “oruga serpiente”.
Es una especie característica de las zonas tropicales de América Central , fundamentalmente en los países que tienen orillas al río Amazonas. Por lo que su presencia en Tandil es, al menos, extraña.
La "Oruga serpiente" es llamada así por su capacidad de parecerse a serpientes como forma de defensa ante sus depredadores. Existen diferentes especies y subespecies que viven en disímiles partes del mundo según su hábitat y características que las distinguen.
Tienen la cabeza como una cápsula resistente y dura, formada por dos hemisferios, entre los que se inserta una frente triangular. En la parte inferior de cada hemisferio, la cabeza tiene una serie de ojos simples dispuestos en forma de herradura, si bien algunas orugas que viven en la oscuridad carecen totalmente de ellos. Más importantes que los ojos son, no obstante, son las dos potentes mandíbulas, en forma de cuchara, con el borde abundantemente dentado, que recuerdan a la pala de una excavadora. Algunas orugas son capaces de detectar vibraciones, normalmente a una frecuencia específica.
Se alimentan fundamentalmente de las hojas tiernas de la planta Fischeria, aunque también prefieren el Epilobium y Galio, aunque también tomará Fucsia en dependencia de la etapa de reproducción que se encuentre.
El mimetismo es una estrategia muy común entre los insectos. Muchos de ellos adoptan la apariencia y el comportamiento de especies peligrosas para confundir a sus depredadores. La oruga de la esfinge ( Hemeroplanes triptolemus ) es una auténtica maestra del disfraz, ya que cuando se siente amenazada tuerce su torso 180 grados, se ensancha y adquiere la apariencia de una víbora.
Existen muchas otras orugas consideradas como imitadoras de serpientes (por ejemplo, varias especies del género Papilio, algunas de las cuales incluso tienen apéndices similares a la lengua bífida de un ofidio); no obstante, ninguna se acerca a la Hemeroplanes en cuanto a realismo. La oruga no solo reproduce fielmente la cabeza triangular, ojos y escamas de una víbora, sino también los orificios nasales y las "fosetas", que son los detectores de calor que la víbora auténtica usa para encontrar su alimento en la oscuridad. Sobra decir que la "actuación" de la oruga es suficiente para espantar a la mayoría de depredadores, e incluso a algunos humanos que se la han topado de improviso, aunque es muy raro verla en su hábitat.