Tras el complejo episodio que atravesaron más de 200 tandilenses que habían viajado a Buenos Aires con la ilusión de poder ver a la Selección Argentina campeona del mundo pero debieron regresar a la ciudad porque las entradas eran falsas, lo que derivó en una causa judicial, ahora se sumó la voz de un joven que denunció haber comprado tickets para el segundo amistoso del equipo de Scaloni, que se jugó en Santiago del Estero.

En diálogo con El Eco Multimedios, informó que el valor para viajar a ver el encuentro que se disputó en el Estadio Madre de Ciudades era de 60 mil pesos -diez mil menos que para el primer cotejo- e incluía el traslado ida y vuelta, una noche en un hotel y el ingreso a las tribunas.

A modo de seña, le había adelantado la mitad del valor de ambas entradas y, el saldo restante, debía abonarlo unos días antes del viaje. Sin embargo, su ilusión comenzó a desvanecerse el jueves 23 de marzo, el día del partido ante Panamá.

“Ese jueves le escribí por WhatsApp. Le pregunté a qué hora salía el micro, cuándo nos daban las entradas, si las tenía que pasar a buscar por algún lugar y demás. Pero no tuve ninguna respuesta y a la noche pasó lo de Buenos Aires. Ahí se terminó, no fui a Santiago y ni siquiera se formó un grupo de WhatsApp”, comenzó relatando.

Contó que se había enterado de esta posibilidad a través de Facebook, a las pocas horas de que salieran a la venta a través del sitio oficial.

“Le encargué dos entradas y las pagué la mitad. Las estaba vendiendo a 60 mil pesos y el paquete incluía viaje ida y vuelta a Santiago, una noche en un hotel allá y entrada al estadio”, señaló y agregó: “Cuando me había contactado con él, me había dicho que la mitad se pagaba en el momento a modo de seña y la otra mitad cinco días antes del partido”.

Al observar lo acontecido en las inmediaciones del Estadio Más Monumental, donde cientos de tandilenses rebotaron por poseer entradas truchas y la noticia repercutió en los medios nacionales, decidió escribirle a Marcos Carrillo, quien le había vendido el paquete.

“Lo primero que hice fue escribirle diciéndole que había visto las noticias, a ver cómo se podía solucionar o qué había pasado. Pero no tuve ninguna respuesta. Le mandé al Facebook, al Instagram y nada. Al otro día seguí insistiéndole y tampoco”, lamentó.

Por ello, se contactó con uno de los damnificados por las entradas apócrifas para el cotejo disputado en la cancha de River y “me pasó el número del abogado con el que estaban haciendo todo el trámite”. Luego de eso, el letrado se puso en contacto con la DDI y fue convocado para declarar el pasado 29 de marzo.

“Me sumo para poder, de alguna manera, aportar el granito de arena y que estas cosas no ocurran. Porque la verdad es que desde mi lado, lo hice totalmente de buena fe”, completó el damnificado.

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