Finalizó una Semana Santa atípica en lo litúrgico, aunque con una ocupación turística similar a lo habitual
Sin Vía Crucis, ni Procesión, ni ferias mercantiles, la ciudad transcurrió cuatro días que colmaron las expectativas en cuanto a concurrencia. A pesar de no contar con los clásicos de siempre, Tandil fue uno de los destinos más elegidos. Plena ocupación hotelera, plazas y ferias con gran circulación y puntos turísticos muy concurridos. Además, la opción de lo rural como otra de las preferencias que va ganando terreno.
Sin dudas esta fue una Semana Santa distinta a lo que Tandil tiene por costumbre, sin contar claro la del año pasado cuando la pandemia comenzó a instalarse en el mundo y la actividad quedó totalmente paralizada mediante un estricto Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO).
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En esta oportunidad, con un escenario totalmente diferente al que el tandilense y sus turistas asiduos están familiarizados a vivir en esta fecha, los eventos clásicos, tanto litúrgicos como de esparcimiento, se vieron modificados para evitar aglomeraciones y no favorecer la propagación del coronavirus.
Si bien este año se pudo reactivar turismo, las restricciones y los protocolos marcaron la diferencia a nivel de alojamiento, actividades recreativas y sitios gastronómicos. No obstante, la ocupación hotelera y de cabañas ha sido sumamente alta, colmando las expectativas de los hospedajes y todo lo que hace al sector en la ciudad, directa o indirectamente.
El movimiento a lo largo de estos cuatro días fue intenso en la ciudad, tanto por los forasteros que pasearon por los clásicos puntos turísticos y aceptaron varias de las propuestas ofrecidas, así como los tandilenses que vieron la oportunidad de apreciar las ferias y disfrutar al aire libre de días muy agradables en cuanto a la temperatura.
Ocupación casi plena
El director de Turismo, Rodrigo Inza, reflexionó sobre este particular fin de semana extra largo, y confirmó que a discrepancia de años anteriores, si bien hubo una gran cantidad de visitantes no se advirtieron masivamente aquellos que suelen llegar por el día, cosa que solía ser habitual.
Evaluó que puede tener que ver con que aquellas actividades masivas como la Procesión, el Vía Crucis y las ferias mercantil y artesanal este año no se realizaron. “Las procesiones siempre fueron claro ejemplo de la cantidad de público que demanda”, ejemplificó.
Manifestó que este fin de semana largo se podría comparar con lo que fue el de Carnavales, que si bien se advirtió mucho movimiento de gente en la ciudad no hubo colapso, que es justamente lo que se buscó en esta ocasión también.
“La ocupación es casi plena”, ya había anticipado sobre los hoteles, cabañas y otros alojamientos. Advirtió que desde la oficina de Turismo continuaron con la atención en sus tres sedes, a disposición de los visitantes para evacuar cualquier consulta.
Enoturismo, una propuesta bien recibida
La plantación de vides en Tandil así como la producción vitícola está generando un notable atractivo tanto para los citadinos como para los forasteros.
En esta oportunidad, la recorrida por viñedos, entre otras visitas rurales, tuvieron una muy conforme concurrencia a lo largo de los cuatro días. Desde Cordón Blanco, Valeria Lucas contó que tenían reservas desde hace más de un mes e incluso, debieron rechazar algunas para poder cumplir con los protocolos.
La gente paseó por las plantas de varietales en una visita guiada de aproximadamente una hora y media, donde además ofrecieron degustación de vinos con un maridaje de quesos. “Tuvimos muy buena respuesta, hubo un gran movimiento en Semana Santa”, reveló.
Si bien aseguró que los cuatro días tuvieron cupo lleno, admitió que no tenían las expectativas tan altas de que así sería finalmente.