Fundalum no llegó a estrenar un horno y hoy lo tiene en garantía ante la Usina
Los enormes incrementos en las tarifas de luz y gas impactan con furia en los hogares y, al mismo tiempo, le pegan a las pequeñas y medianas industrias que dependen de la energía para producir. La situación pone en una encrucijada a los empresarios, que deben capear la crisis y, a diario, resolver los problemas que les plantean los mayores costos y la imposibilidad, muchas veces, de trasladarlos a los productos. Al mismo tiempo, sienten la responsabilidad como empleadores de responder ante la situación de sus trabajadores.
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Marcelo Porreca, director de Fundalum SA, planteó la nueva realidad de su empresa a partir de los tarifazos. Incluso, confirmó que en 2015 invirtió en un horno eléctrico para fundir 500 kilos, no pudo enchufarlo por el valor de la energía y hoy lo tiene en garantía ante la Usina por un acuerdo para refinanciar la deuda generada a partir de las facturas de 320 mil pesos mensuales que recibe. El panorama es complejo, teniendo en cuenta que también recibe boletas de alrededor de 170 mil pesos de gas. Hoy, pagar esos servicios se vuelve su principal preocupación.
El proceso productivo de Fundalum complementa el uso de energía eléctrica, cuya principal demanda radica en el horno de fusión, y gas para los hornos de fogueo. Las facturas que le llegan suman unos 500 mil pesos. Hoy le cuesta más juntar el dinero para la energía que para pagar las quincenas a sus empleados. Además, afronta las advertencias por el corte del servicio. Entonces, a partir de los anuncios que realizaron los gobiernos nacional y provincial, aguarda la quita de los impuestos de los servicios, que hoy representan el 30 por ciento de la factura que le emite la Usina.
Tiempos
difíciles
Marcelo Porreca le explicó a El Eco de Tandil que la planta cuenta con tres líneas de fundición que convergen en hornos eléctricos. Hoy tienen conectado solo un horno para fundir 90 kilos, aunque hace tres años realizaron una inversión e incorporaron uno de 500 kilos. El objetivo era ingresar en otros mercados. Llegó el horno, lo instalaron, hicieron la reforma edilicia y la conexión especial que demandaba la Usina porque pasaban a la categoría de grandes consumidores.
“Esto fue en 2015 y en ese momento que teníamos que tomar la decisión de conectarnos, que no era una decisión fácil porque hay que hacer un contrato con la Usina, te compromete a consumir tanta energía, hay un costo fijo si lo prendíamos o no, nos demoramos. En 2016, fuimos suspendiendo esa conexión. Hoy lo vemos complicado y lejano, no solo por la situación del consumo de energía sino por la situación que hay de mercado y de actividad de ese tipo de piezas”, relató el director de la tradicional pyme tandilense.
Informó que a fines de 2015 pagaban 50 mil pesos por mes de energía eléctrica y hoy les llegan facturas de 320 mil pesos, entonces no pueden trasladar semejante aumento a los clientes.
“En Tandil tenemos una Usina que nos provee la energía, tenemos la posibilidad de hablar, hemos tenido charlas. Paradójicamente ese horno nuevo no solo que no lo pudimos enchufar sino que lo tenemos en garantía con la Usina por un acuerdo de pago”, afirmó.
Porreca repasó que 2016 fue un año complicado, con la caída de la actividad, aunque lograron mantener la estructura con sus 35 empleados. Sin embargo, generaron deuda porque había que gestionar y dar prioridades para administrar los recursos escasos. En 2017 comenzaron a reestructurarse, buscaron nuevos mercados y lograron cierto nivel de actividad, pero tuvieron que adaptarse a los nuevos esquemas de trabajo y afrontar las deudas. “Hoy por hoy venimos transitando la misma situación. Si hacemos pie en algo positivo, tenemos actividad”, valoró.
“Si no pagás,
te cortan”
En cuanto a la Usina, el empresario contó que “hemos pedido reunión con el directorio, nos han atendido, nos han escuchado, pero yo no puedo trasladar ese costo a mi cliente. Ellos son una empresa que administra con un perfil monopólico, entonces si no pagás, te cortan. No tengo alternativa. Yo le digo a mi cliente te cobro 5 pesos la pieza y se la tengo que cobrar 15, y me dice chau, hasta luego. Yo tengo el mundo en contra de competencia para que él tenga alternativas”.
Y confió que “me pone mal cuando la exigencia es tan estricta y tan rígida. Yo vivo acá, estoy en Tandil. Mis padres crearon la empresa. Entonces cuando me dicen tenés que poner en garantía el horno, no pasa por eso. Yo si no pago es por una cuestión de administración de mi estructura. Tengo que determinar prioridades. Yo no puedo trasladar ese costo”.
Por otra parte, consideró que la Usina Popular y Municipal demanda una administración más competitiva y tener en cuenta que cuando le van a cortar la luz a un usuario, se trata de un cliente. “Ellos no lo ven así. No tenés alternativa. Me pone mal eso porque más de una vez han llegado a intimar que nos van a cortar la luz. Más de una vez invité al directorio a que venga y vea que estamos trabajando. Lo que estamos haciendo en este esquema de país y de estructura, es gestionar de manera muy finita los recursos que nos van entrando. Hablemos juntos de eso. Tenemos la posibilidad de tener una Usina que es local, tratemos de pelear para arriba si el problema viene de más arriba, y juntos. Yo no estoy especulando con no pagar la luz y hay veces que no la puedo pagar, nos retrasamos”, describió.
La prioridad,
los trabajadores
Porreca definió que “políticamente, como administración de la empresa, la prioridad la tenemos en la gente. Los primeros recursos que entran son para la gente, la mano de obra. Después, negociamos con los proveedores, que están en el mismo ramo que nosotros y nos entienden”.
Y en relación a las tasas, sostuvo que “lo primero que espero de este Gobierno, que es el mismo a nivel nacional, es que como escuché en el Senado, es inminente que saque las tasas y los impuestos de la factura de la luz. El mensaje que estoy esperando como empresa es que en la próxima boleta ya no vengan las tasas, ni los impuestos, ni nada, que me cobren la energía”.
Reiteró que hoy el costo que más incide en su empresa es la energía y el gas, y llamó al Gobierno municipal a gestionar en lugar de advertir que va a recortar servicios si pierde la recaudación de los impuestos en la factura de los servicios.
Por otra parte, pidió que la Usina revise su estructura de costos para apoyar a la comunidad que no puede afrontar las facturas. “Hoy un industrial que a fin de mes tenga un sueldo como el que tiene un director de la Usina no hay, no existe. A mí me duele porque la Usina está dando un servicio básico y es fundamental para una casa, y en ese edificio, un director que gana lo que gana, que se asome para abajo por el balcón y que vea que están cortando la luz a familias con chicos que pagan 400 pesos. Algo le tiene que movilizar eso”, interpeló.
Consideró que “es una cuestión de gestión. Entiendo que si es una empresa que da un servicio, tiene derecho a cobrarlo y es la vida de esa empresa. Hoy estamos en una situación muy particular. Por eso tiene que ver la situación de cada uno. Puede haber gente que especula y no paga la luz o se conecta, ahí hay que ir con toda la rigurosidad y la exigencia. Pero si van a una pequeña y mediana empresa que está trabajando, le está costando, tiene que mantenerse viva, está sosteniendo equis cantidad de familias, ver cómo podemos hacer para sostener eso en el tiempo, para ver si esto se revierte, se encamina”.
De acuerdo a la visión de Marcelo Porreca, la gestión de la Usina podría plantearse en términos diferentes. “No conozco detalles de la estructura de costos de la Usina, pero es monopólica y podría tener otro perfil, otro tipo de gestión. Y me duele cuando me presionan y me dicen tenés que pagar o te pido una garantía para asegurarme que vas a pagar. Eso me hace ruido y me duele, cuando somos vecinos. Ya lo hemos vivido esto, porque en la crisis de 2001 le tuve que dejar embargada una camioneta que usábamos para los mandados y estuvo durante meses en el estacionamiento de la Usina. Eso te duele como vecino. Es denigrante porque uno no lo hace de forma especulativa sino por una situación coyuntural que estamos viviendo”.
Para el empresario, “es degradante
la situación industrial en Tandil”
Avanzada la charla con este Diario, el titular de Fundalum SA, Marcelo Porreca, expresó que “hace años que no hay una política industrial seria a nivel ciudad. Los resultados lo marcan así. Hoy estamos hablando de que cerraron empresas muy importantes de Tandil. Se perdió mucha cantidad de mano de obra de lo que es industria, en particular, de la metalmecánica. Metalúrgica Tandil todos conocemos en el punto que está y que son solamente anuncios que no se concretan. De parte del Municipio no hay movimiento de decir vamos a juntarnos a ver qué podemos hacer entre todos”.
En esa línea, propuso que en el sector industrial “tendríamos que estar todos interconectados, sabiendo qué hace uno y qué hace otro. Hoy no sé qué otra empresa industrial hay en Tandil; no hay una base de datos. Hoy tenemos que estar más en conjunto y discutir este tipo de temas y en bloque. Es tan degradante la situación industrial de Tandil y se ha venido a menos tanto que quedaron hechos puntuales”.
Resaltó que solo quedan empresarios emprendedores que pelean día a día y auguró que “si alguien nos pudiera juntar, unir e ir en bloque, Tandil podría recuperar la industria. Hoy Tandil está perdiendo la industria”.
En esa línea, dijo que “le pega” cuando desde el Ejecutivo municipal hablan de la recuperación del predio de la exMetan. “Tengo una casa a una cuadra y media. Lo que propone el Municipio para ese lugar, de lo único que habla es de un centro cívico. Lo que me gustaría como industrial, que la peleo solo, con nuestra estructura y seguimos vivos, es que el Municipio se sincere y diga que no apuntamos a la industria. Pero si dicen Metan, a nadie se le cayó una idea para la industria; ni al Gobierno, ni a la oposición, ni a ninguna institución. Si a mí me dicen Metan, que tiene un origen industrial, me hubiese gustado escuchar que van a hacer un centro tecnológico, una incubadora de microemprendimientos. Nadie habla de eso”, lanzó.
Porreca reconoció que al Gobierno municipal le va bien, fue reelegido, pero siente que “Tandil tiene un ADN industrial, el origen de Tandil es industrial, y hoy no” y resaltó que avanza el software y el turismo, y esos sectores podrían traccionar al suyo también. “Yo hago negocios con mis clientes vendiendo el Tandil del turismo. Traigo a mis clientes, los alojo en una cabaña una semana, los invito un fin de semana y cierro un negocio gracias al turismo. Y de la otra forma también se puede hacer. Se puede complementar, pero tiene que haber una política y tenemos que estar todos focalizados en ese sentido”, opinó.
Precisó que en la actualidad el mercado requiere piezas terminadas, entonces instó al Municipio, a entidades empresarias o a la Universidad a unir a todos los sectores vinculados a la industria, lograr que se complementen, en el camino de generar valor agregado y alcanzar productos competitivos para comercializar en el mundo.
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