Gustavo Pernicone, experiencias y opiniones como hombre bisexual y presidente de Convivencia en Diversidad
Gustavo Pernicone es presidente de la ONG tandilense Convivencia en Diversidad (CED). Hombre, bisexual y cristiano, habla sobre sus experiencias, opiniones y la situación de la comunidad LGBT+ a nivel local.
Por Maxime Espinar (*)
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“Estuve 8 meses viviendo en la calle, durmiendo en la peatonal de Mar del Plata, simplemente por ser bisexual. Mi viejo me echó de casa en el 82”, contó Gustavo Pernicone, recordando un pasado atravesado por el bullying y el rechazo familiar, en una época en la que la homosexualidad estaba catalogada como enfermedad.
-¿LGBT+ se nace o se hace?
-Se nace, no hay duda. Yo tengo 56 años, y tenía 9 cuando empecé a salir con una nena de mi edad, en la década del ‘70. Ya a los 12 ó 13, cuando empecé a desarrollarme, no entendía qué me pasaba, porque yo seguía con ella, pero me llamaban la atención los hombres. Y lo hablás, y todos los LGBT+ tenemos las mismas características; no es algo que vos lo pensás, es algo instintivo.
-Declaraste una vez que si uno pudiera elegir nacer heterosexual lo haría, pero es algo con lo que ya se viene.
-Exacto. Es una frase que usamos, más que nada, aquellos que ya somos de antaño, porque en nuestra niñez y adolescencia, en general, la pasamos muy mal. Hoy en la escuela secundaria, si alguien te acosa, algún docente va a intervenir. Cuando nosotros íbamos al secundario, pedías ayuda y la misma preceptora te echaba de la dirección por ser gay o bisexual. Me acuerdo que en secundaria no hubo un solo día que yo no haya recibido un golpe. Entonces, muchas veces, decías: `¿Por qué yo, por qué estoy pasando esto?`.
-¿Tus compañeros sabían que te gustaban los hombres?
-Sí, yo nunca negué mi orientación sexual a quien preguntara. Con eso se llegaba a una constante guerra, los hombres esperaban que hicieras cualquier movimiento para pegarte. Las mujeres, en general, eran más del desprecio y de reírse delante tuyo.
Denuncias locales
El acompañamiento que realiza CED con la comunidad LGBT+ no es solamente económico y emocional, sino también legal. En el último año se realizó una denuncia penal contra dirigentes políticos por intento de extorsión con el programa social Potenciar Trabajo. Este programa requiere una contraprestación, con el objetivo de incluir a los beneficiarios al mundo laboral.
-¿Cómo se resolvió la problemática de Potenciar Trabajo?
-En realidad el Potenciar lo maneja únicamente el Estado, pero los partidos intentan que te vayas a trabajar con ellos, y te utilizan para hacer militancia política, en vez de una actividad para que vos te desarrolles. En su momento hicimos una denuncia porque habían conseguido el listado de personas trans que cobraban, y los muchachos los estaban llamando diciéndoles que si no se pasaban, iban a perder el plan. La denuncia es simplemente para frenarlos, porque es como hacer una denuncia al Inadi: es una bocina de avión, no sirve para nada. La diversidad está perdiendo la batalla de la independencia. Hoy los partidos nos utilizan como herramienta, como cuentan con los fondos y con los planes, nos manejan.
Convivencia en Diversidad
-CED va a tener una nueva sede, ¿cuál será la propuesta de trabajo?
-Lo que se está viendo es, para el encuentro provincial que será en abril, inaugurar la sede de la casa de contención de día -que en principio la alquilaría `La Muni`- y todas las áreas que funcionarían ahí: capacitación en ESI, centro de testeos, atención de profesionales de la salud, la biblioteca, el área de capacitación profesional, el área recreativa. Lo único que no funcionarían serían los dormis y la casa hogar, que ese es un proyecto que estamos analizando.
-¿Qué son los dormis?
-En la sede que teníamos en Chacabuco recibíamos gente que la echaban, se iban para allá con lo que podían y se quedaban unos días hasta que conseguían dónde dormir. Un caso que me acuerdo: un pibe que venía haciendo dedo, escapando de los viejos desde La Pampa, llegó acá hecho pelota y se quedó una semana. Ellos van a los dormis, que sería una habitación con varias camas. Después está la parte de la casa hogar, que son aquellos que vos ya programás que van a estar todo el año.
Discusiones de actualidad
-¿Qué opinás de la presencia de otros movimientos políticos como aborto y militancia política partidaria, dentro de espacios LGBT+ como la marcha del orgullo?
-Yo creo que son necesarios. La Comisión Organizadora de la Marcha (COMO) en Buenos Aires, por ejemplo, tiene representación de todos los partidos nacionales. Me parece genial, a eso le agregaría iglesias. En Argentina hay cuarenta iglesias inclusivas, que ahora tuvieron que formar su propia organización que las nuclea. Yo creo que todo aquello que representa a la sociedad, tiene que estar.
-¿Pueden ser amigas la Iglesia y la comunidad LGBT+?
-¿La Iglesia Católica Apostólica Romana? Hoy por hoy, no. Ni la Iglesia Mormona, que en el año 2017 ó 2018 decía que toda persona LGBT+ debía ser expulsada del hogar a la mayoría de edad. Ese año tuvieron 800 mil suicidios, declarados por ellos mismos. Está en la revista La Liahona. Esas iglesias, en particular como cristiano, ni siquiera las considero cristianas.
-¿Estás a favor de la abolición o de la regulación del trabajo sexual?
-Nosotros estamos con trabajadoras y trabajadores cisgénero, aparte de chicas trans, y acompañamos a las compañeras de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) en que tengan derecho, quienes quieran -sin que haya alguien o algo atrás que les obligue- a practicar el trabajo sexual. Que no se regularice, sirve simplemente para que vayan a pedir coima. El que niega eso, miente. Y, por otro lado, que funcionen lugares ilegales, incrementa la trata de blancas. Yo creo que si estuviera regularizado, como en muchos países, baja el índice de trata y tenemos una sociedad mejor, más segura y más sana.
(*) Esta nota forma parte de la serie de reportajes realizados por alumnos de Práctica Profesional 1 de la Tecnicatura en Comunicación Social para el Desarrollo del ISFDYT10 de Tandil, bajo la tutela de la profesora Carolina Cordi.