Incertidumbre de los trabajadores derivados a Vía Tac por falta de pago, destinos e integración de compañeros
A tan solo una semana de operar con los servicios que pertenecían a Río Paraná, desde Vía Tac – también Vía Bariloche- habían informado a El Eco Multimedios del éxito en el restablecimiento de los recorridos. Aunque los pasajeros se muestran contentos con las nuevas unidades y su funcionamiento, no todo estaría siendo color de rosas para el Expreso Iguazú, que asumió la gestión por 180 días.
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Al sexto día hábil del mes los choferes que pertenecían a la firma liderada por Mario Morel, y fueron absorbidos por la nueva, aún no han cobrado, ni siquiera tienen noticias de que es lo que ocurrirá con el personal de administración y taller. “Se jactaron de ser una empresa muy pagadora, pero ya estamos en fecha de cobro y no hay novedades”, dijo Gustavo Morales, delegado regional de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA). A pesar del retraso, explicó que los que ya fueron y se registraron en la nueva empresa, van a cobrar aunque no tengan destino asignado y estén sin prestar servicio.
Sin embargo, informó que con respecto a los administrativos y talleristas no pasará lo mismo, ya que tendrían que haber confirmado el llamado para ellos en el día de ayer, pero no lo hicieron. “Estimo que lo harán hoy”, se esperanzó.
Los choferes no se muestran muy contentos con la situación que están viviendo, porque parecería que hay desorganización con respecto a los horarios, destinos y francos, además de que nadie les da información al respecto y se sienten “en el aire”. “Si en la otra empresa (por Río Paraná) era un desastre, acá no mejoramos mucho ya que no tenemos diagrama ni libreta de trabajo”, exhortó uno de ellos.
Con su nuevo uniforme impecable y alistándose para encarar su nueva ruta, uno de los conductores que este años hubiera cumplido una década de trabajo en la firma de Mario Morel detalló que les están llamando por teléfono día a día, sin tener nada seguro ni planificado.
“Antes teníamos cada cuatro días un franco, pero ahora no sabemos ni cuando nos toca el feriado, porque no hay ninguna reglamentación”.
Cabe recordar que la última semana de marzo fueron convocados por la nueva empresa unos 44 choferes, que viajaron a Buenos Aires y tras participar de una charla le entregaron los micros, los uniformes y quedaron operativos. Días después, fue convocada otra tanda de alrededor de 30 trabajadores, pero ellos aún siguen sin entrar en el circuito laboral nuevamente. Ni hablar de los empleados de taller y administración que ni siquiera fueron convocados.
“Hay una parte que está con una incertidumbre bárbara porque no saben qué va a pasar y los días siguen corriendo. Ni siquiera tenemos quien nos defienda”, explicó el hombre que tuvo la suerte de estar dentro de los primeros 44.
El mismo, además enfatizó que en todo el desarrollo del traspaso nadie se acercó a preguntarles que pasaba con ellos y que “solamente se preocuparon por la parte empresarial”.
Incertidumbre económica y laboral
“Perdimos mucha plata”, se lamentó el conductor, quien aseguró que se sentó con su familia a sacar cuentas. A raíz de este desenlace se quedaría sin unos cien mil pesos, en plata que tenía ganada equivalente a tres vacaciones impagas, parte de los sueldos de marzo y febrero, más los viajes extras que hacía “en negro”.
“Hoy estamos acá, pero mañana sinceramente no sabemos”, advirtió. “Nadie nos dice nada, ni nos habla de plazos ni de futuro”. El, al igual que sus compañeros, coinciden en que no saben qué va a pasar de acá a seis meses, ni de qué depende que los colegas que están parados puedan empezar a trabajar. Yendo más a fondo lanzó: “Vamos a estar atentos porque esto va a traer problemas nuevamente”.
Lo que llamó la atención ante estas declaraciones, es que a lo largo del conflicto que llevó al fin de Río Paraná, los trabajadores parecían apoyar tanto a la empresa como a su dueño. Sin embargo, el hombre que no quiso revelar su identidad, distinguió: “No es que apoyábamos a Mario Morel, sino que defendíamos nuestro puesto de trabajo. Amén de que siempre nos dejó trabajar y nos abonó todo”. Argumentó con lógica que si los coches seguían andando ellos seguían cobrando. “Estábamos esclavizados con el trabajo, porque si no lo hacíamos, con el sistema que teníamos de cobro tampoco recibíamos nuestro sueldo”.
En cuanto a los recorridos, contó que las líneas nacionales que hacían ya no las están abarcando porque fueron mandados todos a provincia. De hecho, a él no le tocó el mismo trayecto que desarrollaba antes. “Estamos haciendo líneas locales, sin boleto de a bordo, que se vendía en ruta”. Asimismo, detalló que los están “obligando” a sacar a todos el registro nacional, porque esta empresa tiene destinos en todo el país, por lo que estima que en cualquier momento van a andar por cualquier lado. “Esto nos cambia todo el repertorio, porque cada uno ya tenía su diagrama armado de descanso con la familia y ahora lamentablemente no tenemos horarios fijos”.
Contentos y descontentos
Más allá de haber confirmado desde Vía Tac que los servicios de las rutas provinciales se desempeñaban con normalidad, algunos usuarios reclamaron sobre la falta de horarios que existían en tiempos de Río Paraná. Sobre todo aquellos de zonas como Napaleofú, San Manuel y Lobería, entre otras aledañas, que antes contaban con una frecuencia que les permitía viajar hacia Tandil o Necochea, y viceversa, en el mismo día y hoy ya no tienen esa posibilidad. Según la queja de una pasajera frecuente, hay un solo servicio y la única opción de vuelta es a la madrugada, cuestión que fue constatada por este Diario. Los regresos rondan los horarios de 3 y 4 am. “O sea que el viajero se tiene que quedar en el destino de llegada hasta el otro día, pero nadie le paga la estadía”, denunciaron.
En este sentido e intentando aclarar el panorama, el chofer que ahora viste camisa con líneas verdes en sus hombros explicó que “hay horarios que aún no están en la grilla, pero es porque no se agregaron todavía y ya lo harán”.
Más allá de esto, también dio el visto bueno para el pasajero, que “está chocho”. En este sentido aseguró que “el cambio es brusco”, porque si bien son coches usados, están en muy buen estado. “Anda todo”.
Los usuarios están contentos, con el confort de las unidades, el servicio a bordo y además porque aseguraron que se cumplen los horarios de salida y llegada. Sin ningún tipo de interrupción a lo largo del trayecto. Al menos eso confirmó uno de los viajeros que se acercó ayer a la boletería de Vía Tac para utilizar nuevamente el servicio de la empresa.
El joven de unos 25 años, oriundo de Mar del Plata acude a menudo a esta localidad y desde que funciona la nueva empresa ya viajó unas tres veces (entre ida y vuelta). Aseguró que el móvil nunca sufrió imperfecciones ni desperfectos técnicos, a la vez que todas las instalaciones en el interior se encontraban en funcionamiento, además “siempre se respetaron los horarios de partida y arribo”. “Por eso vuelvo a elegir esta empresa”, dijo.
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