La Cámara de Transporte pidió un aumento del 29 por ciento y el boleto llegaría a casi 15 pesos
Tras la elaboración del estudio de costos, la Cámara de Transporte formalizó ayer su pretensión para la actualización del cuadro tarifario del transporte urbano de pasajeros para este año.
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Con una demora que estuvo signada por la expectativa frente al cierre de la paritaria, finalmente la entidad que nuclea a las seis empresas que brindan el servicio en la ciudad entregó su proyección y abrió la discusión.
En concreto su estimación alcanzó resultados que permiten sustentar una solicitud de ajuste que se ubica en el orden del 29 por ciento, que lleva el boleto plano de 11,62 pesos (valor vigente) a 14,98 pesos.
En paralelo, los resultados del estudio encomendado por el Concejo Deliberante al Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) acercan un porcentaje inferior, que se traduciría en un boleto plano muy por debajo de los 16 pesos (se presume que en el orden de los 14 pesos).
Sin embargo, en su simulación este relevamiento no incorporó el congelamiento de uno de los subsidios aplicados a la estructura salarial a partir del acuerdo que se alcanzó en febrero, por lo que arribó a resultados dispares.
De todos modos estos dos esquemas no serán definitivos y solo darán un marco para la discusión que encararán los integrantes de la Comisión de Transporte del Legislativo y que sumará la voz de todos los concejales una vez que el expediente sea debatido en el recinto.
El pedido
En diálogo con el ciclo radial “Dulce o amargo” (104.1 Tandil FM), el presidente de la Cámara de Transporte, Daniel Albanese, marcó diferencias entre uno y otro estudio, que sustentan la amplitud en los resultados a los que arriba cada uno, y ratificó el pedido de incremento de la tarifa del 29 por ciento en función de los distintos puntos que conforman la estructura de costos de las empresas que brindan el servicio público.
Con la proyección en mano y la información reunida en los últimos meses, la entidad presentó su pedido de aumento “de 14,98 pesos para la tarifa plana” que se traduce en un 29 por ciento respecto del esquema actual.
“Si queremos mantener el nivel actual del servicio, la fuente de trabajo y evitar los conflictos, no queda otro remedio que asumir los costos”, justificó el dirigente que confesó que no resulta agradable proponer una suba. “No tenemos alternativa”, decretó.
Defendió el requerimiento, comparó las escalas del servicio de transporte de pasajeros de otras localidades y analizó que “lamentablemente en este último tiempo hubo congelamiento de subsidios, traslado a la tarifa y el impacto es inevitable”.
Diferencias en los estudios
También se encargó de señalar como punto “importante” que el estudio de Iapuco fue elaborado con las cifras vigentes a enero, sin considerar las paritarias para los trabajadores del sector. La entidad que preside tuvo en cuenta este aspecto y el congelamiento del subsidio que se destina a la pauta salarial, por lo que este aspecto marca una diferencia importante entre ambas proyecciones.
En efecto, el acuerdo sellado para este año entre las cámaras, la UTA y la Secretaría de Transporte, contiene como cláusula que el Estado nacional no va a tomar en cuenta los incrementos salariales para calcular los futuros subsidios a distribuir entre las empresas del interior.
Dado que en Tandil la escala de haberes representa el 55 por ciento del costo en la estructura del transporte, la decisión impacta “muy fuerte” y conlleva a que ese costo tenga relación directa en la tarifa.
No se mostró sorprendido por la decisión dado que forma parte de la política que lleva adelante el Gobierno nacional desde hace dos años, que apunta a la reducción de los subsidios y trasladarlo a las tarifas. “Y lo vemos en los servicios de luz, gas, agua, etc.”, enfatizó el dirigente del sector.
En el caso de transporte “pensamos que se iba a tener otro tipo de consideración pero esto es lo que se ha determinado”, sentenció.
No obstante citó otros ítem que no fueron considerados por el Instituto contratado por el Concejo y que refuerzan los números alcanzados en uno y otro caso.
Albanese dijo que el relevamiento de Iapuco incurre en un error al considerar que los 562 mil pasajes libres, que no se deben tener en cuenta puesto que “distorsionan” el denominado Indice Pasajero por Kilómetro (IPK), relacionado a aquellos que abonan su boleto.
A este esquema sumó un nuevo recorte incorporado a niveles nacionales que suspende la posibilidad de tomar un porcentaje en relación al consumo del impuesto a las transferencias de combustible (ITC) para el pago de las contribuciones sociales. Esta alternativa fue eliminada por lo que se agrega otro ítem que se traslada al costo del boleto.
La SUBE como alternativa para
reducir el impacto del ajuste
En otro pasaje de la entrevista, Albanese abonó la teoría que apunta a incorporar la tarjeta SUBE (sistema nacional que llegó a todas las provincias) para aminorar el impacto del incremento a partir de los beneficios que contempla.
En efecto, expresó que si la decisión política existe se podría poner en marcha la modalidad (que incluso es requerida por el Gobierno nacional para controlar los subsidios que se otorga) abandonando el SUMO para que los vecinos accedan a descuentos.
De avanzar en esta línea, habrá un universo “muy grande” de ciudadanos, entre jubilados, empleadas domésticas, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijos, exveteranos de Malvinas, que tendrán un descuento del 55 por ciento en el precio de la tarifa que la asumiría el Estado Nacional.
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