MARÍA ELSA CHAPATO
“La docencia hecha con pasión deja huellas en las personas”
María Elsa Chapato es profesora, tiene una vasta trayectoria y ha ganado el reconocimiento académico por sus pares.
Por Carmen Zavala (*)
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Estudió Ciencias de la Educación y es técnica en Planeamiento Educativo. Se desempeñó como profesora titular del profesorado de Teatro de la Facultad de Arte (Unicén). Dirige el grupo de investigación Ifiprac-Ed. Se especializa en prácticas educativas y educación artística. María Elsa Chapato ha publicado obras sobre estas temáticas y actuado como asesora y evaluadora de proyectos en arte.
-¿Qué es lo que le gusta de su profesión?
-Yo trabajé en docencia durante 52 años sin darme cuenta. Siempre me gustó mucho el desafío de enseñar, lograr que la gente se interese por temas que, hasta el momento, no les habían interesado, que pongan atención, que comprendan más de lo que los rodea. Como para mí aprender es una sensación fenomenal y extraordinaria, la profesión me dio la oportunidad de estudiar continuamente. La docencia es un continuo aprendizaje, por lo tanto, uno tiene que estar permanente conectado con lo que se discute, con lo que se trata, con lo que se repiensa, con lo que se critica, y eso hace que no puedas parar, que sea un reto continuo.
-¿Cómo debe ser la práctica del docente?
-Yo creo que uno tiene que empezar la docencia como un trabajo que acompaña los tiempos, e ir adecuándose a ellos, buscar soluciones que funcionen en esta época, por lo cual hay todo un trabajo de adaptación, en el sentido de tratar de responder, no de acomodarse a lo que pasa. Me parece que hay una gran demanda sobre los maestros, que ya no alcanza con el saber y lo que hay que enseñar, son demandas que trascienden el rol docente.
Mejoras necesarias
-¿Hacia dónde se debe caminar?
-Se piensa que las mejoras de las escuelas no van a ocurrir sólo porque los maestros se capaciten y tengan una mejor remuneración; sin duda, eso debería suceder, pero tiene que haber un acompañamiento familiar y debemos comprender que la educación es una clave de mejora en la sociedad, y la educación es el aprendizaje de contenidos valiosos.
-¿Qué propuestas implementaría?
-Hoy en día es imposible pensar en educar sin trabajar en las nuevas tecnologías. Esta es una cuestión fundamental y ningún niño o joven debería salir de la escuela sin poseer recursos evolutivos para comunicarse. Habría que habilitarlos para comunicarse de manera presencial e interactiva; se debería pensar también qué lugar ocupan los procesos creativos dentro de la escuela. La práctica es todos los días, es tener los salones en condiciones, que los patios sean seguros, que haya recursos, desde material para escribir hasta los elementos tecnológicos necesarios para enseñar, que haya acceso a internet. Estas cosas son importantes. Después, tiene que haber un acompañamiento del docente en las prácticas para que puedan procesar sus propias experiencias.
-¿Cree que hoy el docente está bien preparado?
-Yo creo que, como en todas las profesiones, hay docentes y docentes, lo que no tengo tan claro es si todos los jóvenes que inician una carrera de formación docente, efectivamente están interesados en la profesión, si la perciben como un tiempo que les va a llevar 25 años de trabajo; de eso no estoy tan segura. Lo más interesante es poder encontrar esto que se llama vocación. No sé si está vigente el término, pero hay una cosa súper interesante, que te pasa como docente cuando ves en la cara de alguien que está estudiando, una especie de resplandor que se ve en la mirada, un brillo, y eso es muy placentero; no pasa siempre. Por eso hay grupos en los que te sentís más identificado y te da mucho gusto dar clases, y otros grupos en los que hay que remar.
Múltiples tareas
-Incursionó usted en la escritura.
-Eso es una parte de una tarea que viene junto con la enseñanza universitaria. Cuando uno es docente de la universidad sabe que tiene que distribuir su trabajo entre la enseñanza, dictar las materias, trabajar con los estudiantes de las distintas materias. Siempre hay proyectos que llevan a exponerlos y, desde que empecé a trabajar en la universidad hice investigación, entonces hay que llevar los trabajos al congreso. Buena parte de esos trabajos terminan publicados. Pero cuando ya tenés un grupo de investigación propio, la tarea de investigación se hace más completa, porque los resultados se esperan más allá de las publicaciones periódicas. Este fue el camino para escribir cinco libros.
-Asumió varios roles, ¿cómo pudo cumplir con todo ello?
-En principio contando con un marido que me acompañaba. Esto es fundamental. Todo lo que yo hice, fue porque tenía a este compañero que acompañaba. Recuerdo épocas en las que tenía a mis hijos chicos y trabajaba diez horas por día fuera de la casa, de manera que se hacía muy de noche y el lavarropa funcionaba por las madrugadas. Me levantaba muy temprano para preparar comida y dejarla, todo eso en una época en la cual tampoco teníamos tantos recursos.
-¿Cuál es su pasatiempos hoy?
-Mis pasatiempos son muy aburridos para los demás; me he comprometido a hacer trabajo físico, voy al gimnasio dos veces por semana y por razones de salud. Eso terminó siendo súper divertido, porque tengo un grupo extraordinario, amoroso, amigable, divertido. Para mi placer personal, leo novelas policiales, normalmente las colecciono, pero sigo escribiendo con mis compañeros tesistas que tengo que guiar. Lo único que no estoy haciendo es tener la obligación de ir a dar clase. Llega el momento en que es un alivio tener más tiempo, porque uno se cansa. Con unos años de más, el cuerpo no rinde de la misma manera, yo paso horas trabajando con la computadora, estamos editando una revista en la facultad que también dirijo. Hay que hacer todo el trabajo de edición. Como jubilada estoy teniendo mucho tiempo para disfrutar con mis nietos, eso es un tema importantísimo. Mis hijos son muy compañeros, y pasan todo el tiempo por mi casa y tengo a los nietos. Disfruto ser abuela.
(*) Esta nota forma parte de la serie de doce reportajes realizados bajo la tutela de la profesora Carolina Cordi por diferentes alumnos de Práctica Profesional 1 de la carrera de Comunicación Social para el desarrollo del ISFD y T 10 de Tandil, cada uno de los cuales eligió a un entrevistado.