La Mesa de Escuelas Rurales consolida su trabajo apuntando a mejorar la calidad de vida en el medio rural
El espacio conformado por múltiples actores cerró un gran año de trabajo sostenido y articulado. Los especialistas Fanny Martens y Alberto Balbarrey coincidieron en la necesidad de dotar al medio rural de una mejor calidad de vida para sus residentes. Destacaron la importancia de la vinculación con las familias y las escuelas de la zona.
La mesa interinstitucional Escuelas Rurales Tandil llevó a adelante el último 10 de diciembre una reunión de cierre de año con docentes y directivos de las escuelas rurales de Tandil. Estuvieron presentes Cristian Cisneros y Verónica Rizzardi por Consejo Escolar Tandil; Natalia Flores, inspectora representante en la Mesa por Jefatura Distrital Tandil; Sergio Rumbo, de la Secretaría de Agroindustria de la Nación; Fanny Martens de INTA AER Tandil; Alberto Balbarrey y Javier Kitoser, de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid); Mónica Giménez, de Salud Comunitaria Rural; Carolina Miranda del Fresno, de la Dirección de Medioambiente municipal; Ignacio Diribarne, director de Asuntos Agropecuarios; Bethania Nicora, de la Facultad de Ciencias Humanas (FCH) de la Unicen; Rosario Soledad Barranquero, del Centro de Investigaciones y Estudios Ambientales (Cinea) de la FCH; y docentes, directivos e inspectoras de educación rural. También acompañó Victoria Zorraquín, directora de Escuelas Secundarias, Agrarias y Rurales, dependiente de la Secretaría de Agroindustria de la Nación.
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Es importante destacar que la Mesa, reconocida por el Municipio de Tandil a través de Declaración de Interés Municipal 870/2018, está integrada, además, por el Servicio de Neumotisiología del Municipio de Tandil, la Secretaría de Vinculación, Extensión y Transferencia (FCV-Unicen) y la Mesa de Zoonosis.
En la reunión se reiteraron los resultados de las encuestas realizadas a directivos y docentes de las escuelas rurales, en el encuentro de lanzamiento de la Mesa en el mes de abril. De ellas surgieron como necesidades más citadas las de infraestructura escolar, estado de caminos rurales, disponibilidad de materiales didácticos y vínculos más fluidos con los organismos de decisión y los productores aledaños a las escuelas. En tanto las docentes rurales señalaron como principales razones de su elección de desempeño en este espacio la vocación y la calidad de vida.
Por otra parte, en el encuentro, se presentaron los resultados de los análisis de calidad de agua (fisicoquímica y microbiológica) en las 26 escuelas rurales del partido y se entregaron los informes respectivos a cada una de ellas. Para esto se conversó acerca de la gestión integral del agua como temática ambiental, contexto en el cual no sólo se deben evaluar las características del medio físico del que se extrae el recurso sino también sus condiciones de uso y manejo que son determinantes de la calidad. Referido a este tema, una noticia que la Mesa recibió con gran alegría es la reciente dotación de agua a la Escuela 33 (La Porteña), a través de la realización de una perforación.
Mejorar la calidad de vida
La iniciativa de la Mesa de Trabajo Escuelas Rurales surge a partir de la visualización de actividades, motivaciones e intereses compartidos por distintas instituciones en relación a la calidad de vida en el medio rural. Si bien cada una de las entidades identificadas inicialmente en este sentido, y las que fueron sumándose con posterioridad, tienen objetivos específicos distintos, comparten el propósito de mejoramiento de la calidad de vida en el espacio rural, y la noción de la institución educativa como “puerta de entrada” para el abordaje del tema con la comunidad.
El Eco de Tandil se acercó a la estación local del INTA para conversar con los ingenieros agrónomos e integrantes de la propuesta Fanny Martens y Alberto Balbarrey, para conocer en detalle y desglosar el vital trabajo que llevan adelante en pos de favorecer y dar impulso a las comunidades del área vinculada al campo.
La Mesa comenzó sus actividades en el año 2004 con el empuje de Fanny Martens y Andrea Schapiro, quienes empezaron a recorrer las escuelas del medio rural con el objetivo de conocer su situación. A través del programa Aula de la Aapresid, Balbarrey se sumó al trabajo y junto a Francisco Gándara, entonces miembro de Desarrollo Económico Local y Mónica Giménez, de Salud Rural, se comenzó a delinear una red de trabajo para potenciar el trabajo y no superponer tareas.
“La primera mirada fue ver quienes éramos los que dábamos vueltas en el tema. Pedimos autorización para entrar a las escuelas y ahora el área de educación son parte muy importante de la Mesa, eso nos dio un espaldarazo enorme para ser parte de la comunidad”, resumieron los especialistas.
Luego de 15 años de trabajo en el territorio, ambos son conscientes de que la manera de llegar es a través de las escuelas, que actúan como un nodo de multiplicación porque tienen mucho valor dentro de las sociedades gestadas en el campo y son el puente por excelencia para llegar a las familias del medio.
“Basamos nuestra tarea en la calidad de vida en el medio rural. Uno de los ejes es la relación de los chicos con el medio laboral. Trabajamos también la cuestión del medioambiente, el agua, la zoonosis. En el campo se vive y se trabaja en el mismo lugar, eso hace que haya una serie de interacciones que son diferentes a la del medio urbano”, precisó Martens.
Por su parte, Balbarrey puso el foco en la importancia de saber escuchar las demandas y necesidades de quienes habitan la zona rural, los protagonistas y destinatarios de todo el trabajo.
“Hemos ido aprendiendo a escuchar a los chicos y las maestras, ellos nos piden que abordemos diversos temas. Nos sentamos a hablar y escuchamos, vamos relacionando lo que queremos decir oyendo la devolución de los otros. Es ir a escuchar y a partir de ahí empezar a entender lo que pasa”, señaló.
Las problemáticas detectadas
“El problema es el aislamiento, Mónica Giménez (del Sistema de Salud) es un nexo muy importante entre los problema sociales y la salud, hay un tema con el aislamiento en la mujer rural, en los chicos, ellos se encuentran solamente en la escuela y después vuelva cada uno a su casa y no tienen cómo juntarse, por eso la escuela es más que enseñar y aprender, es el lugar donde la gente socializa, cumple varias funciones”, agregó.
De las encuestas realizadas a 42 integrantes de los 26 establecimientos educativos del Partido, se desprende una valiosa información para conocer en detalle los flancos más importantes a fortalecer y los datos para obtener un diagnóstico adecuado de situación que permita diseñar políticas al respecto.
En cuanto a las necesidades que estos actores identifican en la comunidad educativa, el índice de respuesta muestra que hay falencias en la infraestructura de los hogares (servicios básicos), problemáticas sociales y asistencia técnica en cuestiones productivas, entre otras cuestiones ligadas a las adicciones, maltrato familiar, educación sexual, crianza y cuidados de la salud.
Dentro de las necesidades específicas identificadas para ejercer la actividad docente, junto con la necesidad de materiales didácticos se presentan los vínculos con productores y con el Consejo Escolar como demanda más sobresaliente para realizar la actividad docente. En el caso de proyectos institucionales se encuentran los siguientes temas de interés: apicultura, biodigestor, contaminación ambiental, creación y desarrollo de huertas, energía solar y tratamiento de Residuos. Consultados acerca de las razones para elegir ejercer la actividad en zona rural, mayoritariamente las razones mencionadas se pueden incluir en tres ítems: servicio y vocación, calidad de vida y derecho a la educación. Las cuatro limitaciones más importantes detectadas para el ejercicio de la actividad en la zona rural se hallan: el mal estado de los caminos, la falta de acompañamiento familiar, los déficits en la infraestructura y la presencia de “mosquitos” para realizar fumigaciones.
Las características del medio rural
Hay zonas de escuelas rurales que según la actividad productiva tienen alta rotación de gente. Por ejemplo, según la información aportada por la ingeniera Martens, donde hay tambos hay alta rotación de población.
“Hace más de 35 años que trabajo en esto y se nos reafirmó la idea de que en los últimos 20 años hubo bastante cambio de tenencia en la tierra, además el 70 por ciento de la agricultura en Argentina se hace en tierras arrendadas, Tandil no es una excepción”, explicó Balbarrey.
Los profesionales coincidieron en que es fundamental que haya más presencia de la familia en la escuela rural, que muchas veces se ve imposibilitada de participar del devenir de la vida educativa por motivos laborales y de distancia.
“Nuestra visión es que en la Mesa esté sentada la familia rural, no que seamos sólo los de la organizaciones, ahí veríamos cumplido nuestro verdadero sentido”, manifestó Martens. Y en esta esfera aparece en un lugar de preponderancia la mujer rural como sostén y faro para guiar las futuras acciones destinadas a romper el aislamiento de las comunidades.
El foco está puesto en lograr que el trabajo mancomunado e interinstitucional sea una semilla para la comunidad educativa en general, en donde puedan abordarse diversas problemáticas desde distintas ópticas y con el aporte enriquecedor de los numerosos especialistas que conforman el espacio.
“La producción agropecuaria no es un hecho puntual, involucra a muchos actores, y vínculos con la sociedad y entre las comunidades. Todos somos parte del mismo paisaje. Parte de lo que trabajamos con las escuelas rurales lo ampliamos a otros sectores en los que nos desempeñamos”, relataron.
Los desafíos que vienen
Debido buena imagen que ostenta el INTA como organismo que desde hace décadas trabaja codo a codo con los productores y la gente del campo, el acceso a las comunidades rurales se hace posible desde lo técnico para iniciar el vínculo que les permite diversificar y profundizar las relaciones. Los integrantes de la Mesa saben que es de suma importancia darle continuidad a las tareas y proyectos, para que las instituciones los incorporen en las carteras programáticas y se sostengan a través del tiempo para conseguir resultados a largo plazo que modifiquen coyunturalmente las condiciones de existencia en el medio rural y puedan vencerse las dificultades que en la actualidad aquejan a quienes residen allí.
En la línea de los desafíos vigentes para el nuevo año se inscriben la problemática de los fitosanitarios (aplicación y efectos), la realización de mapeos de productores y gente que trabaja en las cercanías a las escuelas, señalización de condiciones ambientales, continuación de las tareas vinculadas a la prevención y erradicación de zoonosis, y todas las temáticas atinentes a salud, comportamiento y sociabilidad.
“Descubrimos una estrategia de trabajo: integración y terreno. La integración en el terreno con la comunidad rural en un sitio altamente valorada como es la escuela. Es distinto vivir en el campo, no podemos pretender replicar la vida tal cual la tenemos en la ciudad”, apuntó Fanny.