Las obras del Mumbat volvieron “sanas y salvas” según el protocolo nacional y la sentencia judicial
El miércoles terminó la muestra en el museo de Lucy Mattos y ese mismo día las embalaron y regresaron en dos camiones a la ciudad. La propia directora del Mumbat ofició de veedora en todo el proceso y la Defensoría del Pueblo pedirá un informe para corroborar el estado de las mismas. Ahora trabajarán en un protocolo propio de la ciudad, aunque Gnocchini advirtió que hay que pensar si se quieren obras vivas o un patrimonio guardado en un depósito.
A más de dos meses de haber salido de la ciudad y ser exhibidas en la muestra “Tandil, piedra que late” de la Galería Lucy Mattos de San Isidro, con todo el conflicto que se generó en el medio, las obras de arte patrimoniales y de artistas locales volvieron al Museo Municipal de Bellas Artes (Mumbat). Según aseveraron, se encuentran “sanas y salvas” en el reservorio de la galería desde la noche del miércoles y llegaron sin la custodia policial que había trascendido que tendrían.
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La información fue confirmada ese mismo día a El Eco de Tandil por Natalia Correa, subsecretaria de Cultura y Educación, quien detalló que fueron trasladadas bajo el protocolo que determinó la Justicia, “en perfectas condiciones y todo documentado como se debe”.
Por otro lado, y tal como lo había adelantado, la Defensora del Pueblo, Paula Lafourcade, señaló que pedirán informes sobre el estado en el cual regresaron las muestras a la ciudad, para corroborar el cumplimiento de la sentencia que pidió cinco obras por transporte con sus cajas y con un correo del Museo local que la acompañe.
En este sentido Indiana Gnocchini aseguró que siempre trabajaron con responsabilidad, pero que en este caso particularmente, dadas las circunstancias, extremaron las medidas de seguridad y trabajaron de acuerdo a lo que se les había pautado. Explicó así que se han tomado diferentes recaudos a la hora de traer las obras nuevamente a la ciudad y que trabajaron por un lado con un camión de traslado para las obras de los artistas tandilenses invitados, y por otro con un transporte de obras de arte para las patrimoniales, “siempre siguiendo las medidas requeridas en relación al protocolo nacional”.
Si bien no se contó con la custodia de efectivos del GAD de la Policía Bonaerense, como había trascendido, la misma directora del museo municipal ofició de veedora durante todo el proceso de traslado, desde el embalaje, carga y desembarco de las mismas a Tandil.
“Fuimos nosotros los que acompañamos y seguimos el transporte, sin custodia policial”, aseveró e indicó que lo hicieron de la misma manera en que lo han hecho siempre.
El avance del conflicto
Meses atrás un grupo de referentes de las artes plásticas de nuestra ciudad pusieron de manifiesto el peligro que revestía el envío de obras del patrimonio cultural del Museo de Bellas Artes a una sala de exhibición privada, sin que se respeten los cánones de seguridad para su traslado y conservación.
Cabe recordar que en la última sesión ordinaria del Concejo Deliberante en diciembre, los ediles habían votado de forma unánime el requerimiento por el traslado de las piezas.
La preocupación por parte de miembros de la comunidad artística llegó luego de conocer que el centro cultural no contaba con los estándares de conservación y cuidado que requieren los cuadros. Incluso, el monto por el que fueron aseguradas no alcanzaba a la mitad de la valuación real de las mismas, y aunque la póliza se extendió tras la sentencia del Tribunal Oral en lo de Criminal l de esta ciudad, seguía siendo insuficiente para cubrir los objetos.
El conflicto fue creciendo, intervinieron concejales de la oposición, la Defensoría del Pueblo e inclusive hubo una audiencia en la justicia local para determinar si debían regresar las obras o no.
La directora del Mumbat contó que en principio trabajaron con mucha tranquilidad, porque tenían una aprobación unánime, pero lo que sucedió después con la citación al Concejo Deliberante le llamó personalmente la atención. “A esas explicaciones las podría haber dado con gusto durante los dos meses y medio que circuló la aprobación, porque siempre trabajamos de forma muy abierta y frontal”, sostuvo.
Recordó entonces, que en la reunión del 19 de marzo que duró aproximadamente dos horas ofreció sus aclaraciones que “evidentemente no dejaron conforme a un grupo de concejales”. Intentando no meterse en política, se resguardó consignando que su trabajo es muy técnico y dijo considerarse una persona que trabaja por el bien de la institución, más allá de lo que pueda rever en su tarea cotidiana. “Todo lo demás prefiero reservarme”, determinó.
Pensar en reglas claras, nacionales y locales
Luego de todas estas circunstancias, Gnocchini sostuvo que lo que ha cambiado en las gestiones fue lo que ellos hacían de forma habitual en todos estos años, ya que ahora tuvieron que presentar toda la documentación a la justicia, cuando anteriormente el registro quedaba para su propio control.
Por otro lado, se permitió brindar una mirada superadora del conflicto, entendiendo que hay un planteo para pensar no solamente a nivel local sino también nacional. Puntualmente con respecto a la ciudad, analizó que hay que trabajar en la redacción de un protocolo que considere las necesidades de los tandilenses con respecto al traslado de obras de arte, ya que no hay uno. Al respecto, cabe mencionar que ya han estado elaborando un borrador que se pondrá a consideración.
En otro sentido, razonó que la problemática también es a nivel nacional, porque no hay una ley de circulación de arte, lo que demanda otras líneas en las que hay que trabajar. “Tenemos que pensar si queremos que las muestras de los museos sean obras vivas y puedan moverse por diferentes espacios, o si pretendemos un patrimonio que solamente quede guardado en un depósito, sin que cumpla el objetivo principal que es educar”, planteó. Por eso, remarcó que hay que analizar muchas cuestiones, sobre todo teniendo en cuenta que los artistas cuando pintan un cuadro piensan en que su trabajo sea visto, sea resignificado y que pueda alcanzar a muchos públicos.
Un museo vivo
“Hay una postura que puede tener diferentes miradas, no solamente desde la circulación de las obras de arte, sino también desde los diálogos que establecemos”, anticipó para referirse a la muestra que se realizó en el Museo Lucy Mattos, de la cual poco se habló, y a la que asistían con seis artistas locales para visibilizar su desempeño.
Así, explicó que ellos no solamente piensan en que los materiales sean vistos, sino que los creadores conversen y sean conocidos en el resto del país. Incluso, esto también es apreciado al momento de hacer una muestra en el Mumbat, ya que sostuvo que siempre están viendo la forma en que se exhiba el patrimonio, invitando a expertos del orden local, regional y nacional para que puedan mostrarse. De hecho reveló que no es algo sencillo en el presente conseguir espacios y acompañar a los artistas.
“Nuestra política es esa, un museo vivo, activo, que se pueda resignificar, con un patrimonio que hable y esté en consideración de diferentes públicos”, ratificó. Además, insistió con que hay que repasar cuáles son las medidas del protocolo de nación y en qué punto el Municipio de Tandil piensa un verdadero documento que permita que las obras estén cuidadas y protegidas, pero que a la vez no queden resguardadas en un depósito eternamente.
Felices, a pesar de todo
Tal como sostuvo a lo largo de todo el proceso, que empezó con el envío de los materiales a la exposición de Buenos Aires, reiteró que siempre han trabajado de la misma manera, con mucho respeto, aunque si hay algo que objetar o cambiar se mostró dispuesta a hacerlo. Explicó que se trata de un trabajo en equipo, donde siempre los embalajes salieron del museo municipal, no solamente de las patrimoniales sino de todos los artistas que en 14 años exhibieron mes a mes en el Mumbat.
“El equipo siempre fue el mismo, nosotros hacemos todo tipo de envoltorio respetando todas las medidas de seguridad que nos parecen pertinentes y así hemos tenido todos los traslados felices”, indicó.
Por último, manifestó que están felices de que los artistas tandilenses y sus trabajos se hayan podido ver en San Isidro, donde muchísimas escuelas los visitaron, que era el objetivo inicial de la propuesta.