Lo que me imaginaba del Eco de Tandil
Estudiantes de 6to año de la orientación en Comunicación del Colegio Ayres del Cerro visitaron El Eco Multimedios en el marco del Taller de Producción en Lenguajes, coordinado por Gabriela Ballarre. La mirada de los jóvenes sobre los distintos roles y funciones dentro del multimedios, las áreas involucradas en los procesos de producción y el trabajo diario que implica sostener un medio de estas características.

Por: Martina Fortuny
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailAntes de entrar, pensaba que un diario era solo eso: un lugar donde escriben noticias, imprimen papel y listo. Capaz un par de personas tipeando rápido, una impresora gigante y fin. Pero no, desde el segundo piso ya me di cuenta que estaba equivocada.
Lo primero que vi fue un cartel que decía “al aire”. ¿Esto también es un canal? Pensé yo. Pero resulta que El Eco también tiene su propio espacio de streaming. Un mini estudio con luces, cámaras, pantallas, todo armando y preparado.
Desde ahí emiten programas en vivo, noticias al instante, imágenes y sonido que conectan con la ciudad entera.

Después pasamos por la parte donde escriben las noticias, hay escritorios, computadoras y personas escribiendo todo el tiempo. Cada uno con su tema, algunos se encargan del deporte, otros de política, y otros de lo que pasa en Tandil día a día. Todo se hace en un gestor de contenidos, donde suben al sistema para que salga publicado. Realmente requiere de un trabajo y esfuerzo de horas.
Una parte que me sorprendió mucho fue la del museo del diario, donde se guardan las primeras ediciones, viejísimas, incluso una de 1889. Con hojas tamaño sábana, gigantes, y los hacían con un sistema que creo que se llamaba linotipia.
Puede interesarte
Hoy en día el diario se imprime a color. Pero también sobrevive el blanco y negro. La pauta publicitaria cambió, hay “pautas no tradicionales” (PNT), y redes sociales que lo multiplican todo. Un community manager se encarga de traducir cada noticia inmediatamente. Sin embargo, en el fondo, nada cambio tanto: se sigue contando lo que pasa, lo que importa, lo que duele o emociona en Tandil.
No pensé que iba a encontrar tanto. Desde mi casa, El Eco era apenas una web o un diario. Pero detrás hay un montón de personas realizando diversos trabajos. No me imaginaba tanto. Me fui pensando en todo lo que pasa para que una nota llegue a nosotros. Entendí que hay un oficio que resiste y se reinventa sin perder su esencia.