Los ascensores del Hospital no se inspeccionan desde mayo y “deberían estar clausurados”
La empresa que realiza las revisiones técnicas no firma el registro de las inspecciones desde mayo. El concejal Rogelio Iparraguirre consideró que los elevadores deberían estar clausurados. Además, le achacó a la actual gestión “falta de conexión con la realidad”. El Sistema de Salud hizo su descargo y anunció una nueva licitación para reemplazar los elevadores por un monto de 4,5 millones de pesos.

Luego de la difusión de los informes técnicos que confirmaron el estado crítico de los elevadores del edificio del centro asistencial Ramón Santamarina, el concejal de Unidad Ciudadana Rogelio Iparraguirre consideró que “los ascensores deberían estar clausurados desde el momento en que consta en el expediente que los responsables políticos del Hospital, producto de lo que les informan sus ingenieros, saben el riesgo que entraña para las personas en el Hospital. Una vez que toman conocimiento, deberían haber elaborado un plan de contingencia” para el funcionamiento de los servicios de alta complejidad.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailAclaró que desde su rol de opositor no pretende generar “zozobra o angustia”. Y dijo que “estoy leyendo, es literal”, al citar los informes de la ingeniera Marta De Rico, quien determinó que el ascensor dos presenta “un riesgo inminente de desprendimiento total del piso” y anticipó “las imaginables y funestas consecuencias que esto ocasionaría”.
“Nos parece insólito, increíble, peligroso y amenazante para la gente que persista la situación. Mientras estamos hablando nosotros acá, hay pacientes, profesionales y personas subiendo y bajando de los ascensores que no se pueden usar”, lanzó y ratificó que desde mayo la empresa no firma las inspecciones de los elevadores.
En simultáneo, su compañera de bloque Silvia Nosei recorrió ayer el Hospital y comprobó que la última inspección a los ascensores se realizó en mayo. Desde entonces, la firma Ascensores Tandil se habría negado a aprobar las revisiones técnicas obligatorias.
“Lo dejaron afuera”
“Nos resulta imposible creer que hayan tomado conocimiento de la situación calamitosa de los ascensores del Hospital y el riesgo que entraña para la seguridad y la salud de las personas en febrero y no antes. Entonces, en el pedido de informes exigimos que nos digan por qué no estuvo en el Presupuesto de Cálculos y Recursos de 2018, por qué no incluyeron la compra y reemplazo de los ascensores”, cuestionó el edil.
Criticó que “lo dejaron afuera cuando empezaron a discutir las prioridades” y señaló que “venimos planteando que en tiempos de crisis, cuando no sobra el dinero sino todo lo contrario, falta de todo y lo que más falta es dinero, ahí es donde el hombre de Estado debe mostrar su capacidad. Primero, conectar con la realidad, hay que tener la sensibilidad y capacidad de conectar con la realidad. Y segundo, ser capaz de reasignar y ordenar prioridades en función de las urgencias más inminentes de las personas a las que representa”.
Desde una postura política, resaltó que “es una característica de Lunghi cada tanto obnubilarse con dejar una huella en el tiempo”, a través de “proyectos faraónicos” como el estadio, la pista de automovilismo, el centro de convenciones, “para lo cual no clavaron una pala en la tierra”. Y agregó que en tiempos de crisis, “no se puede obnubilar con un nuevo centro cívico y venderle a los vecinos que es estratégico, que por poco el futuro de Tandil pende de eso”.
En esa línea, le sumó que “de pronto, de la noche a la mañana, hay que comprar un edificio para Protección Ciudadana en 20 millones de pesos, cuando quieren concentrar las dependencias municipales en Metán, que ya es un delirio, y van a dejar afuera a Protección Ciudadana. ¿Y el crédito que sacaron el año pasado con el Banco Ciudad para construir la Secretaría de Obras Públicas? Hay improvisación y falta de previsión que denotan una falta de conexión con la realidad”.
La elevación y la desaparición del expediente
Los concejales de la oposición se enteraron del estado de los ascensores hace tres semanas, cuando el presidente de la Comisión de Economía José Luis Labaroní, les pidió que acompañaran un expediente del Sistema Integrado de Salud Pública para utilizar recursos del Fondo de Ayuda Solidaria (FAS) ante la urgencia del recambio de los dos elevadores obsoletos.
“Autorícese al Sistema Integrado de Salud Pública Ente Descentralizado con carácter de excepción a imputar gastos para la adquisición, montaje e instalación de dos ascensores camilleros nuevos en el Hospital Ramón Santamarina con el Fondo de Ayuda Solidaria (FAS)”, establecía el poyecto que impulsaba el presidente Gastón Morando y que el intendente Miguel Lunghi elevó al Concejo el 27 de junio pasado.
Además, se adjuntaba la única oferta por 3,2 millones de pesos de la Cooperativa Falucho para instalar los nuevos aparatos. En ese ínterin, a partir de la corrida cambiaria, el oferente se bajó de la licitación y el oficialismo retiró el expediente del tratamiento legislativo.
Iparraguirre esgrimió que el presidente de la Comisión de Economía actuó con “imprudencia” debido a que desestimó el expediente y “aquí no ha pasado nada”. Al reclamar el asunto de los ascensores, lo ocurrido llamó poderosamente la atención del bloque de Unidad Ciudadana, que esperó hasta la última sesión para presentar un pedido de informes.
El expediente elevado por Salud “planteaba la situación absolutamente crítica de los dos ascensores del Hospital que llevan, nada más y nada menos, que a maternidad, quirófano, traumatología; el corazón del Hospital está justamente en los niveles a los que se llega por estos dos ascensores”, explicó Rogelio Iparraguirre y consignó que el informe firmado por la coordinadora administrativa y de obras del Sistema Integrado de Salud Pública, ingeniera Marta de Rico, tiene fecha del 15 de febrero pasado.
Pero además, esa documentación está precedida por un informe técnico de Pedro Escobar, que no lleva ni sello ni fecha. “Ahora sabemos que es un bioingeniero que se dedica a estudiar cuándo el equipamiento médico necesita mantenimiento y qué tipo, pero no se dedica a ascensores”, resaltó el legislador.
Además, reparó en que Gastón Morando y el director médico del Hospital Fernando Fernández indicaron que por las características del edificio, el ascensor “resulta imprescindible para dispensar atención en salud a los pacientes” y evaluaron que por el diseño arquitectónico del Hospital “resulta vital el transporte en ascensores para garantizar el transporte entre las cuatro plantas”. Esto implica que no podrían funcionar servicios como terapia intensiva, quirófanos y maternidad.
Es el “único medio” para subir a las áreas de alta complejidad
En otra foja del expediente, el presidente del Sistema Integrado de Salud Gastón Morando y su adjunto Matías Tringler, el 15 de febrero pasado, advirtieron que en el caso del Hospital Santamarina, “los ascensores forman parte del equipamiento de áreas de alta complejidad que se encuentran en el segundo y tercer piso, ya que sin ellos ninguno de ellos podría ser utilizado. Es decir que son el único medio por el cual se accede en camilla a terapia intensiva, quirófanos, maternidad y a los servicios de diagnóstico de la misma complejidad”.
Las autoridades del Sistema Integrado de Salud Pública consignaron que de los informes técnicos surge que no hay posibilidades de reparación. “El paso del tiempo, el elevado consumo de electricidad que genera su mal funcionamiento, a lo que se suma que en caso de cortes de luz los ascensores consumen prácticamente toda la energía que produce el grupo electrógeno, implican una extrema necesidad de recambio”, concluyeron.
Además, manifestaron que los elevadores son parte del circuito que se pone en marcha en el Hospital para la atención de pacientes complejos, “por lo cual no intervenir ante la situación actual implicaría graves obstáculos para garantizar dicha atención”.
Los funcionarios admitieron que no avanzar con la inversión “implicaría aceptar un riesgo en su utilización y nos ubica además en un marco de vulnerabilidad en el caso de que fuera necesario evacuar el establecimiento”.
Por otra parte, evaluaron que “los nuevos ascensores contribuirán significativamente a lograr una mayor seguridad y rapidez en el transporte de pacientes y trabajadores, mayor confort para pacientes, trabajadores y público en general y menores costos de mantenimiento”.
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