Los pasos a nivel de la Ruta 30, una muestra de la desidia estatal
Es deplorable el estado de los dos pasos a nivel ubicados sobre la Ruta Provincial 30, entre Tandil y Rauch. El pavimento vencido en torno a las vías y los enormes pozos obligan a los conductores a invadir el carril de la mano contraria para al menos intentar preservar los vehículos.
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La falta de mantenimiento y los escasos controles al peso de la carga que llevan los camiones son dos de los factores que se conjugan para deteriorar una ruta muy utilizada por los contribuyentes de Tandil y la zona. En los últimos meses, si bien se taparon algunos pozos en la mano del sentido Tandil a Rauch, no se repararon los pasos a nivel de las vías que son una verdadera trampa para los conductores que no conocen la zona, sobre todo en el tránsito particular que concurre en esta época de vacaciones de verano.
En dirección a Rauch, el que demuestra peor estado es el segundo cruce, donde está totalmente descalzado el pavimento de las vías, lo que hace que los autos frenen a cero y demoren varios segundos en atravesarlo. Al regresar hacia Tandil, algunos aprovechan la banquina para esquivar los cráteres que emergen entre el asfalto cuarteado. Sin embargo, en el carril opuesto, la columna del semáforo impide esa maniobra.
En tanto, los camiones que viajan cargados, generalmente con destino a Capital Federal, son los principales responsables de la destrucción del asfalto sobre el paso a nivel y, en general, de acelerar el deterioro natural de la traza que se terminó de repavimentar en 2009, durante el primer mandato del gobierno de Daniel Scioli.
Incluso, por los baches que presenta la vía provincial, es frecuente detectar maniobras peligrosas de parte de algunos transportistas, que cruzan al carril contrario para esquivar las roturas que ellos mismos producen al circular con sobrepeso en las cargas.
En simultáneo, la ausencia de controles es otra de las problemáticas que se hace evidente, teniendo en cuenta que no hay puntos de pesaje de cargas, ni fiscalización de los vehículos sobre el tramo que llega hasta Rauch.
Todos esos trastornos producen indignación entre aquellos que circulan en regla. Pero además, a ese malestar se suma que en algunos sectores no hay señal para hablar por teléfono celular, por lo que les resulta imposible denunciar cualquier situación de riesgo ante la Policía de Seguridad Vial.