MOVILIDAD URBANA
Miembro del Acuerdo del Bicentenario advirtió que “una ciudad desorganizada tiene un costo alto”
Juan Antonio Bilbao, especialista en planeamiento urbano, consideró que debe apuntarse a la planificación y eficiencia para abordar la problemática. Cuestionó la colocación indiscriminada de semáforos sin atender detalles cruciales y analizó que hay un desorden muy importante en la regulación de la movilidad urbana.
El debate por el la movilidad urbana está siempre en boga debido a los múltiples inconvenientes que suelen aparecer a la hora de transitar las calles de la ciudad en cualquier medio de locomoción. La falta de planificación suele ser una de las críticas esgrimidas para explicar ciertas falencias que se dan en el servicio de transporte público, uno de los componentes fundamentales del sistema.
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Juan Antonio Bilbao, especialista en ingeniería de tránsito y planeamiento urbano, asesor de la Cámara de Transporte y miembro del eje Tandil Accesible del Acuerdo del Bicentenario, en comunicación telefónica con el programa Dulce o Amargo (104.1 Tandil FM), se explayó al respecto y ofreció su punto de vista sobre la situación local.
“Tengo una visión clara de Tandil. Es una ciudad hermosa pero hay un desorden muy importante en la regulación de la movilidad urbana. Juegan intereses siempre en esto, pero debería primar el interés colectivo”, expuso.
Bilbao consideró que hay buena voluntad por parte del Municipio para encarar la problemática pero que se percibe cierta cuota de improvisación en el abordaje de los temas, como por ejemplo una gestión de tránsito donde los desplazamientos tengan costos mínimos.
Transporte eficiente
A partir de una ecuación basa en los tres principios del transporte urbano: eficiencia, seguridad y economía. Al respecto, argumentó que un ómnibus tiene 30 metros cuadrados y puede llevar 35, 40 personas al mismo tiempo. Un automóvil ocupa 12 metros cuadrados y lleva un solo pasajero, en general.
“La ocupación de la vía pública es importante, el auto tiene un muy bajo rendimiento mientras el transporte público lleva más personas a una velocidad razonable y a un costo reducido”, explicó.
“Si hacemos los cálculos de lo que cuesta el vehículo privado es un costo muy alto. Una ciudad desorganizada tiene un costo alto y el tiempo es un costo para el usuario”, agregó.
El tiempo necesario para trasladarse es una variable muy tenida en cuenta para analizar el funcionamiento del servicio de transporte, considerándose eficiente el que logre llegar más rápidamente a su lugar de destino a un menor precio.
“Tenemos que pensar qué ciudad queremos y hay que hacer las cosas con metodologías adecuadas, las políticas de corto mediano y largo plazo en función de las prioridades va resolviendo los problemas “, sostuvo.
Mejoras en el servicio público
En el seno del Concejo Deliberante debería comenzar a darse una discusión sobre la nueva concesión y los eventuales cambios a producirse en el sistema. Próximamente el Legislativo tiene que comenzar a discutir los pliegos para volver a licitar la concesión del transporte público de pasajeros, que tiene que estar convalidada por el cuerpo de concejales para febrero de 2020.
Dentro del arco de propuestas de la Cámara de Transporte, que solicitó una redacción de frecuencias para amortiguar el impacto de la suba de costos, también se analiza la posibilidad de contar con carriles exclusivos para la circulación de colectivos en las avenidas, replicando una experiencia desarrollada en La Plata que sería viable a nivel local. Desde el eje del Acuerdo del Bicentenario “Tandil accesible” se definió darle prioridad al transporte público y en ese ámbito aparecen todas las cuestiones que contribuirían a lograr optimizaciones muy importantes en la velocidad comercial y el uso del servicio. En este sentido, en el microcentro el estacionamiento debería estar a la izquierda y de este modo se produciría un virtual carril exclusivo para los micros.
Un ómnibus atractivo debe tener una buena velocidad comercial, que se logra a partir de determinada preferencia en la circulación y una regulación en el esquema de paradas, colocadas idealmente a 300 metros una de otra. Con carriles exclusivos se podría aumentar la velocidad media de 14 o 15 kilómetros por hora y llevarla a 18 Km/h, con los consiguientes beneficios para el usuario.
En este punto, Bilbao sostuvo que “un colectivo moderno, bueno, confortable, seguro, tiene un fuerte poder atracción para el usuario. Ha habido un crecimiento en la demanda y eso significa que tiene sus atractivos que inducen a una mayor utilización”.
Si más personas usan el servicio, aumenta el índice de pasajero por kilómetro (IPK). Esta variable regula la tarifa; a IPK más alto menor tarifa. “El interés social es tender a un sistema eficiente y lo más económico posible”, resumió.
Semáforos
Además, el especialista señaló que las vías semaforizadas no son la panacea si no existe un estudio adecuado del tema que permita implementar los semáforos de la mejor manera posible, para ordenar el tráfico de vehículos y reducir los potenciales accidentes. Algunos de ellos están programados a 60 segundos o más, lo que redunda en un elemento de freno que congestiona las calles alternativas porque los automovilistas se desvían para no pasar por esas intersecciones.
“Se traslada el accidente pero no se evita. Y en una onda verde, a la transversal le tengo que dar el tiempo mínimo a la cantidad de vehículos que llega. No creo que la ciudad se vaya a arreglar metiendo semáforos en todas partes”, apuntó.