Mientras a nivel nacional elaboran una ley de residuos electrónicos, en Tandil ya se evita que se descarten 40 toneladas por año
Los argentinos por año desechamos 300 mil toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), algo que resulta una grave amenaza al medioambiente y que movilizó al Gobierno nacional a elaborar un proyecto de ley para paliar la situación. Mientras tanto, en la ciudad el centro de pretratamiento que funciona en el marco de la Red de Puntos Limpios del Municipio, avanza en su trabajo conjunto con la Unicén para darle un destino útil a este tipo de elementos.
Recibí las noticias en tu email
“La recepción de residuos electrónicos en las estaciones de Punto Limpio se enmarcan en el proyecto de recuperación de los materiales y posterior acondicionamiento de las partes aprovechables, para armar elementos que vuelvan a ser funcionales”, explica el responsable de la Dirección de Medioambiente del Municipio, Héctor Creparula.
Esta tarea, que comenzó hace más de un año, es llevada adelante a partir del programa de Reutilización Eficiente de Hardware Tecnológicamente Obsoleto (Rehto), iniciado por la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (Unicén).
“Por año en Tandil estamos evitando que se descarten, aproximadamente, cuarenta toneladas de estos residuos, pudiendo recuperar y acondicionar cerca de cien computadoras útiles por año”, agregó el funcionario.
En el Centro de Pretratamiento de Aparatos Eléctrico y Electrónicos (Cepraee), trabajan, tutelados por integrantes de Rehto, alumnos de escuelas técnicas de nuestra ciudad, que realizan sus prácticas profesionalizantes, agregando valor y permitiendo donar a su propia institución las computadoras recuperadas.
La reducción de la vida útil de los aparatos generada por la misma industria tecnológica, la baja responsabilidad que el productor tiene para tratar los aparatos luego de su venta y el consumo en constante ascenso, producen grandes cantidades de Residuos.
Mientras los componentes eléctricos y electrónicos estén en los equipos funcionando, no presentarían riesgos para la salud ni afectarían al medioambiente. El problema se origina cuando al terminar su vida útil se disponen en forma incorrecta, generando grandes impactos en el ambiente.
Precisamente, el proyecto de ley actualmente en proceso de elaboración por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación busca crear presupuestos mínimos de protección ambiental para la gestión de los residuos mediante la responsabilidad extendida del productor, de acuerdo a lo que informa el diario Clarín en su edición del último domingo.
La nota explica que “el eje sobre el que gira el proyecto es cargar la responsabilidad -financiera y/o física- del destino de los productos, luego de su consumo, sobre los hombros de los fabricantes e importadores que los hicieron llegar al mercado”.
“Desde nuestro lugar no tenemos injerencia directa en la elaboración de una ley, pero podemos colaborar con acciones concretas y que han demostrado ser muy eficaces. Por eso estamos trabajando desde hace un año para gestionar los residuos de una forma adecuada, adaptando el procesamiento de los materiales que llegan a los Puntos Limpios para hacerlo de una forma más eficiente, a partir de la puesta en marcha del Centro de Pretratamiento”, concluyó Creparula.
Cifras que alarman
El informe elaborado por el diario porteño incluye cifras aportadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que informan que cada argentino desecha siete kilos de residuos electrónicos por año, lo que suma las 300 mil toneladas mencionadas antes.
El promedio mundial no es más alentador, ya que suma más de 40 millones de toneladas. En ese contexto, la Argentina es el tercer país peor rankeado de América Latina, luego de Brasil y México.
Este contenido no está abierto a comentarios