“Nos sentimos discriminados”, dijo Franco Cabrera
En diálogo con “Dos a las 7” (104.Tandil M de El Eco Multimedios), el empresario Franco Cabrera confió que los gastronómicos se sienten discriminados respecto de otros rubros que lograron volver a funcionar a pesar de la pandemia.
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“Me siento discriminado porque cuando uno va a hacer compras al supermercado, a la frutería, pasa por el correo, el banco, hay colas. Lo más emblemático fue lo del 3 y 4 de abril, cuando todos los jubilados y gente hicieron colas de 4 ó 5 cuadras, y después no pasó nada. Es un virus nuevo y hay muchas aseveraciones que parecen una verdad revelada y después decimos cómo, si no pasó nada el 3 de abril con tanta gente que salió”, consideró.
En ese sentido, marcó que en otros rubros la gente hace colas afuera, durante 40 minutos y con desconocidos, cuando al ir a tomar un café o a comer lo haría con su pareja, con la misma que duerme. “Hay lugares que parece que no contagian y lugares que sí, en la misma ciudad, con la misma enfermedad y en la misma época. Hay algo que no entiendo”, disparó.
“Son injusticias”
Por eso, confió que “yo particularmente y muchos colegas nos sentimos discriminados. Hay que decirlo. En esto uno se cansa. Lo mismo hoteleros y cabañeros que no pueden abrir y después ven que cuando tiene que venir gente de afuera, que está llegando por trabajo o lo que sea, duermen en un departamento de alquiler por día, y me consta. Entonces no puede abrir una cabaña o un hotel y sí puede abrir un departamento para que alguien venga, se quede y ahí no pasa nada. Son injusticias que están pasando ante esto que uno no puede entender que se vayan de control”.
En cuanto al delivery, señaló que sirve para mantener el contacto con los clientes y la estructura en funcionamiento, como motores en las cocinas y la demás. En ese punto, valoró la ayuda del Gobierno nacional para el pago de salarios, que en abril completaron gracias a las entregas a domicilio.
Sumado a eso, funcionar “es una contención para los empleados y para nosotros. Imaginen estar viendo cómo nos estamos fundiendo, literalmente, cómo lo que construiste durante 10 ó 15 años y fue el sueño de tu vida se cae a pedazos. Por lo menos la peleas”.
Por último, valoró el diálogo con el Municipio y expuso que les anticipó que “no va a ser fácil”, pero además advirtió que muchos no podrán aguantar. “No va a ser lo mismo Tandil cuando reabra. Si bien uno tiene esperanza por una coyuntura positiva de esto, en que cuando termine va a haber un rebote muy importante para el turismo nacional y regional. Poca gente se va a querer ir afuera, ni con el dólar, ni por la pandemia. Son dos cosas que nos van a jugar a favor, como en el 2003. Pero hay que ver quién llega a la otra orilla”.