Refugiados sirios disfrutan de la tranquilidad con la que se vive en Tandil
Se realizó una charla con la idea de aprender de qué se trata convivir y compartir la diversidad que alcanza cada vez a más territorios. Asistieron a ella las familias de refugiados sirios que se encuentran en Tandil desde principios de 2018, además de algunas autoridades internacionales. Tras la jornada, El Eco de Tandil dialogó con los inmigrantes, quienes contaron su situación y remarcaron la tranquilidad de esta ciudad.

La cantidad de personas desplazadas en el mundo durante el 2018, según anunció la ONU a mitad de junio de este año, ascendió a 70,8 millones, alcanzando una cifra récord. En el informe se detalló que en la cifra se incluyeron los refugiados (25,9 millones), los desplazados internos (41,3 millones) y los solicitantes de asilo (3,5 millones). Explicaron que, en relación con el 2017, aumentó en 2,3 millones.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailUno de los principales motivos del incremento fue el conflicto sirio, razón por la que más de medio millón de nativos de la República Árabe de Siria solicitaron asilo, la mayoría de ellos en Turquía.
Y Tandil no quedó ajena a este conflicto. Por intermedio del programa internacional Una Iglesia y Una Familia, promovido por una agencia misionera, la Iglesia Peniel, ubicada en Franklin 1350, recibió en febrero de 2018 a dos familias sirias.
“La iglesia realiza labores en distintos lugares a nivel mundial, de todo tipo, como por ejemplo, la colaboración con las familias que están en situación de riesgo. Hace tres años nos conectamos con el programa Una Iglesia y Una Familia, cuyo concepto era que las diferentes iglesias a nivel mundial tuvieran la capacidad para poder recepcionar a familias, especialmente refugiadas de la guerra en Siria”, explicó Daniel Delavanso, pastor de la Iglesia Peniel.
En el marco de esta multiculturalidad, el último jueves se realizó en Tandil una charla y un taller, a los que asistieron técnicos de la Organización Internacional de Migraciones e integrantes de la Dirección de Pluralismo e Interculturalidad con la idea de aprender de qué se trata convivir y compartir la diversidad que alcanza cada vez a más territorios.
La coordinadora de la oficina de Vinculación Internacional del Municipio, Marcela Petrantonio, señaló que “Tandil no es ajena a la interculturalidad, al pluralismo, por estos movimientos migratorios que se dan en el mundo. Eso hace que nuestras ciudades tengan una multi-identidad”.
Añadió que incluso en la red de Mercociudades, donde Tandil es muy activa, el lema de este año es “La diversidad que hay en ti”. “Entonces se trabaja cada vez más con sociedades inclusivas y tolerantes, donde esta multiculturalidad se refleja en lo cotidiano”, completó.
Reveló Delavanso que la Iglesia Peniel fue la primera en la Argentina que se adhirió a este programa y que, hace ya más de un año, recibieron a dos familias. “La experiencia ha sido tremendamente enriquecedora para nosotros, para toda la comunidad, y para ellos también”, aseguró.
Trabajo en conjunto
Informó el pastor que durante este tiempo los han estado acompañando y asistiendo en todo lo que las familias necesitaron, como el alojamiento, la alimentación y la salud.
De todas maneras, destacó que en todo este proceso no ha sido sólo la iglesia quien los ha ayudado sino que también la Municipalidad ha estado presente desde el inicio, colaborando económicamente y asistiendo con la comida.
“Creo que estamos haciendo un trabajo a nivel ciudad. No es sólo la comunidad de fe. Y en eso nos sentimos también muy bien integrados a toda la localidad”, evaluó Delavanaso.
Incluso, el propio Jigar Rasho, uno de los sirios que se instaló en Tandil, reconoció que están muy bien, muy contentos, y que reciben ayuda constantemente de la Municipalidad y la iglesia.
Escapar de la guerra y emprender una nueva vida
Tras la jornada de este jueves, Jigar y su esposa, Faten Jano, quienes se encuentran en Tandil desde febrero de 2018 junto a sus dos hijos, Mido (10) y Sara (7), dialogaron con El Eco de Tandil y contaron que debieron salir de Siria por la guerra que atraviesa el país y porque tiene serios problemas económicos.
“En 2012 yo salí solo de Siria porque me llamaron para la guerra -entre los 18 y los 55 años te llaman obligatoriamente-. Y no podés salir, no podés hacer nada. Pero yo, cuando me enteré que me tenía que enlistar, agarré un bolso, mi dinero y me fui rápido pidiendo por favor; me tuve que escapar”, explicó Rasho.
A diferencia de lo que hicieron sus hermanos (partieron rumbo a Turquía), él decidió emigrar al Líbano, donde años más tarde se reencontró con su familia.
La idea de llegar a la Argentina, que no estaba en la cabeza de ninguno de los dos, surgió en 2016, cuando Faten se encontraba trabajando en una iglesia ayudando a niños huérfanos. “Yo nunca pensé en irme a otro país, siempre quise volver a Siria. Pero un día el pastor me llamó y me dijo ‘hay un programa que se llama Una Iglesia y Una Familia’, y le respondí ‘yo voy’”, contó Faten, sin saber el destino que le asignarían.
Tras cuatro reuniones en la Embajada Argentina del Líbano, finalmente en el 2018 emprendieron viaje hacia Tandil.
Vivir con miedo
Desde marzo de 2011 la República Árabe de Siria se encuentra sumergida en un conflicto bélico, producto de una guerra civil entre las Fuerzas Armadas y grupos rebeldes, conocidos como la Oposición Siria.
En estos ocho años y medio fallecieron ya alrededor de 500 mil personas, según las cifras que se revelaron en un estudio que efectuó el Centro Sirio para la Investigación de Políticas.
Es por ello que muchas personas, en pos de evitar este conflicto armado, deciden emigrar y buscar nuevos destinos en el mundo para emprender una nueva vida.
“Allá vivíamos con miedo. Hoy ya es muy común que se muera alguien; todos los días fallecen, aproximadamente, 300 personas”, señaló Jigar y finalizó: “Encima, como no hay mucha señal telefónica, capaz que estamos entre tres y cuatro días sin tener noticias de nuestros padres”.
“Es todo distinto”
“De la Argentina sólo sabíamos que estaba Messi, Maradona, Batistuta y que tomaban mate”, confesó Jigar entre risas, remarcando la importancia que le dan al fútbol y aclarando que allá ellos también toman mate, pero cada uno con el suyo –sólo comparten el azúcar y el agua-.
Las culturas de un país y otro son muy diferentes, así como también lo es el idioma. Por tal razón, la adaptación no les fue sencilla. “Nos encontramos con que es todo distinto, la cultura, la cocina, todo. El pan no es el mismo, el queso no es el mismo, nada es igual, el idioma…”, reconoció Jigar, y Faten agregó: “Nosotros sólo hablamos inglés. Y acá en Tandil no se habla inglés, no se sabe mucho”.
No obstante, con el pasar de los días, y con la ayuda de personas de la iglesia, lograron hablar de manera fluida y entender claramente cada palabra de nuestro lenguaje: “Aprendimos con ayuda de Cristian y su esposa, Tamara, y también de Enrique y Mirtha, sus padres. Ellos pasaban dos o tres días en nuestra casa enseñándonos”, expresó él.
Tandil, un páramo
Lógicamente aún se están adaptando a nuestra cultura ya que es un proceso largo y lleva su tiempo. Sin embargo, sostuvo Jigar que ya se siente parte de Tandil y que disfrutan de estar en esta ciudad.
“Es una ciudad pequeña, tranquila y muy buena para los niños. Nosotros ahora buscamos una vida nueva para ellos, que puedan ir a la escuela, a gimnasia, que hagan deportes, y que tengan amigos nuevos”, señaló.
Añadió que la serenidad de esta ciudad contrasta mucho con lo que se vive en el día a día en Siria, ya que “allá estás las 24 horas trabajando y con cosas en la cabeza”.
Un nuevo emprendimiento
Con mucha emoción y expectativa, anunció Jigar que próximamente abrirán una verdulería en Chacabuco y Belgrano, cerca de la Municipalidad, a la cual decidieron nombrar Damasco, haciendo una doble alusión: por un lado, a la capital siria y, por otro, a la fruta.
“Todo el tiempo tenemos la ayuda de la iglesia y del Municipio. Ahora también nos van a ayudar a abrir una verdulería, que se va a llamar Damasco. Prepararemos ensaladas árabes y argentinas, porque ahora también somos argentinos”, contó con orgullo.
Su idea, y su intención, es poder abrirla en las próximas semanas.