Se inauguró la plaza Francisco Lester, un homenaje al hombre que profesó el consenso y buscó la unidad
Dos manos entrelazadas fue la imagen elegida para reflejar su innato don de conciliador y de militar la vida en busca de la unidad, con convicciones macizas como la piedra. En el barrio Palermo, queda el reconocimiento para siempre, entre bancos y juegos, al vecino entrañable, solidario y lleno de valores que no se han de olvidar.
Ayer por la tarde, en el 198vo. aniversario de la ciudad, quedó inaugurada la plaza Francisco Lester, en honor y homenaje a ese ciudadano entrañable en sus valores, y un referente en el justicialismo, la política y la cultura local, todavía muy vigente.
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En la intersección de Segundo Sombra y Labardén, del barrio Palermo, una plazoleta con juegos para niños, bancos para los adultos y verde por terminar de brotar para volverse alfombra, se construyó con el fin de memorar y volverse eco de la alegría que caracterizaba a ese tandilense que tanto dejó a su paso.
Allí cinco caminos, uno por cada uno de sus nietos, llevan a la escultura que lo representa a la perfección. Dos manos unidas, entrelazadas, esculpidas en piedra por los artistas Ariel Díaz y Paola Chiavaro.
El acto tuvo una gran convocatoria, donde abundaron las palabras amorosas, recuerdos genuinos y una emoción generalizada. El intendente Miguel Ángel Lunghi fue el primero en brindar su discurso, y fue sucedido por compañeros partidarios de Lester y también opositores que guardan un profundo afecto, y el amor inigualable de la familia.
Estos últimos, con lágrimas que traspasaron a todos los presentes, descubrieron la figura de piedra maciza para luego cerrar el evento al son del clásico tango “Balada para un loco”.
Lester asumió como concejal en 1985 y fue reelecto en el 89. Durante su segundo mandato, fue presidente del Legislativo, mientras su compañero y amigo Gino Pizzorno (1989-1991) era intendente. Desde allí, impulsó políticas vinculadas a la cultura, pero además sus pares lo recuerdan como un demócrata, ese que por sobre todas las cosas buscaba el consenso, como un don innato en su esencia.
Sinónimo de política
Militante y referente del Partido Justicialista de Tandil, desde ese núcleo quisieron estar presentes y lo hicieron mediante una carta que fue leída en voz alta. Ahí lo nombraron como uno de los más importantes dirigentes en la vuelta a la democracia, que llegó a presidir el Concejo Deliberante “en tiempos en que el peronismo gobernó la ciudad”.
“Siempre hay una vida antes y después de los hechos que marcamos como hitos centrales en la vida de los hombres públicos, y Francisco no fue la excepción”, dijeron y explicaron que cuando a él se refieren hay que pensar en su larga militancia social, política y cultural, tanto en la ciudad como fuera de ella.
Agregaron que en ese camino, forjó una personalidad comprometida con el otro basada en el dialogo fraterno, amigable, no falto de firmeza a la hora de defender lo que pensaba. “La madurez de su pensamiento y práctica política no es posible separarla de Ana Torrent, ‘Anita’, a quien es justo nombrarla en este día y en este lugar”, reconocieron.
Así, concluyeron que en tiempos donde la patria necesita que todos unan esfuerzos para afrontar lo que reste de pandemia y pensar en el futuro, reconocer a Francisco Lester es “homenajear a la política como herramienta válida y siempre vigente, para trabajar por la grandeza de la patria y la felicidad de su pueblo”.
Profeta del diálogo
Destacaron que la iniciativa fue del Municipio y el trabajo vigoroso para llegar a punto a la fecha fue logrado gracias a Luciano Jaureguiber y Claudio Fuentes, directores de Espacios Verdes Públicos y de Higiene y Servicios Urbanos, respectivamente.
El Intendente explicó que, junto a la plazoleta, se extendió un trabajo de pavimentado en la zona con cordón cuneta, pudiendo revalorizar el barrio y brindar mayor calidad de vida a los vecinos.
El Ejecutivo y el Concejo Deliberante, por unanimidad, decidieron ponerle a ese espacio público y de recreación Francisco Lester. “Fue un hombre con mayúsculas, de bien, que caminó en la ciudad siempre con una sonrisa, dándole la mano a todos, con el corazón abierto, tratando de ayudar lo más posible”, dijo Lunghi sobre el homenajeado.
Entre otras cualidades, señaló la sencillez, austeridad y honestidad de este tandilense, que lo igualaban a su padre, Jorge Lester, quien fuera intendente de la ciudad entre 1973 y 1976.
Al abrazar al justicialismo, hizo propio el afán de igualdad y justicia social, y por esos valores en su bandera fue electo concejal por el voto popular, según reconoció el jefe comunal, que por esos años fue compañero de Lester y del actual diputado por el radicalismo, Carlos Fernández, quien también estuvo presente en el acto.
“Francisco manejó los tres pilares fundamentales de la democracia, que son de oro y muchos políticos hoy se han olvidado, y son el diálogo, el consenso y la unidad”, aseveró. Reconoció que ese hecho de buscar lo mejor sin perder la identidad individual es lo que hace falta hoy.
En el relato de las anécdotas, dejó a las claras ese modo de ser afectuoso, solidario y siempre dispuesto para con los demás. Fuerte como la piedra en la que tallaron su homenaje eran sus convicciones, “nunca se doblegó”. Esas manos entrelazadas y juntas reflejan aquel deseo que tenía y profesaba de buscar la unidad.
“Cada uno que pase por esta plazoleta, al ver la escultura que piense en la unidad de los argentinos, porque ciertamente es la única forma que tenemos de salir del estancamiento, del atraso, de la miseria y de la pobreza”, invitó el Intendente, que además indicó cinco puntos elementales donde es necesario el consenso total entre todos los ciudadanos del país: salud, educación, producción, seguridad y trabajo.
El Lester de la política y la cultura
Amigos, compañeros y opositores recordaron con hondo cariño a ese hombre que, como figuraron todos, caminaba por las calles de su Tandil con verdadera alegría y su clásico sombrero sobre la cabeza.
A su turno, Gino Pizzorno tomó el micrófono. Si bien aclaró que nunca fue amigo desde la niñez a pesar de conocer a la familia, su afecto empezó y siguió con la política, más precisamente al término de la Guerra de Malvinas. “Hubo una apertura, se rumoreaba que iba a haber elecciones y ahí empezó nuestra amistad”, relató.
Lo mencionó con alegría y expuso ante los presentes el recuerdo de “Fran” como hijo de Jorge Lester, de quien emuló la vocación por la política; como camarada y anfitrión de reuniones eternas donde pensaban tácticas políticas; como compañero en la derrota de 1983, que dio el paso inmediato de felicitar a los adversarios, y como ganador en el 85, que los consagró a ambos concejales, y también en el 87 y el 89.
Entre otros hitos de éxitos y frustraciones, lo recordó como militante de la vida, como portador de una gran condición de conciliador, como hermano del “Colorado” Lester, también gran amigo, como quien celebró el casamiento de sus tres hijos el mismo día, y como aquel hombre que junto a su compañera Ana formaron una gran y hermosa familia.
Por su parte, Roberto Moullerón expresó sinceros sentimientos encontrados, al hablar de ese compañero que ya no está y que genera tristeza, a la vez que señaló ese reconocimiento del pueblo para con su amigo.
“Tuvo el coraje de tomar dos caminos que son muy nobles, pero muy competitivos, que son el de la política y el hacer cultura”, señaló. “Yo creo que son las dos grandes cualidades que Fran puso de manifiesto ante sus vecinos”, afirmó.
Compartió ante todos que fue Jorge, el padre de Francisco, quien le abrió las puertas a la política y por quien hasta hoy en día siente un profundo cariño. Por eso, entre otras cosas, señaló que para él “los Lester son casi como hermanos”, incluso lo demostró con la facilidad de sus lágrimas.
También Carlos Fernández pidió sumarse al reconocimiento, quien dijo que le tocó ser un “duro opositor” y enfatizó la capacidad que tuvo Francisco de construir la ciudad con la recuperación de la democracia. Describió que tenía una mirada capaz de entender que en el conjunto está la dirección.
“El gran vecino entrañable, querible, aquel capaz del abrazo fraterno aunque haya tenido una discusión previa”, describió el diputado.
“Porque él pasa entre la gente y los maniquíes le guiñan”
Cuando llegó el momento de descubrir la escultura, en manos de su familia, la emoción fue incontenible no solamente para sus pequeños nietos, sino también de todos los presentes. Un recuerdo tan presente, un amor tan sentido, un personaje que se arraigó en la política y en las calles.
Uno de sus hijos, Ezequiel, agradeció la iniciativa y reconoció que si a su padre pudieran resumirlo, de alguna manera, sería justamente como esas manos de piedra entrelazadas, “en la búsqueda de la unidad”.
Si bien destacó esos cinco caminos en nombre de Amalia, Charo, Amanda, Lautaro y Victoria, que confluyen en la obra, el presidente de Ferrocarril Sud redobló la apuesta y propuso reflexionar que esos senderos llevan pensamientos divergentes, que se van a poner de acuerdo para desembocar en un solo lugar y unirse en un fuerte macizo como esa escultura de piedra, para enfrentar los tiempos difíciles que atraviesa el país.
“Donde la grieta pueda saltearse con el objetivo de lograr el bienestar común de todos los argentinos”, propuso al culminar.
Sobre el final, Javier, sobrino del bien memorado Francisco Lester, junto a Bernardo Pérez en guitarra, interpretó y le regaló el clásico del tango “Balada para un loco”. Dijo que fue un tío muy presente y ese sentimiento quedó develado en la potencia de su voz liberadora de matices que sobrevoló el domingo. “Loca ella y loco Fran”, cerró colmando el acto de aplausos.