Se juntaron para poder pagar un alquiler pero, así y todo, no consiguen dónde vivir
Lilian Muldon y Enriqueta Aller son amigas pero no es eso lo que las llevará a convivir: la falta de oferta de viviendas para alquilar y los altos costos para ingresar a una propiedad hicieron que estas dos mujeres decidieran compartir una casa. Aun así, todavía no encontraron una.

Lilian Mabel Muldon es una mamá soltera de la ciudad que está pasando por un momento difícil: debe dejar la casa en la que vive con su hijo con discapacidad pero la escasez de propiedades y los altos valores que se necesitan para ingresar hacen que, por el momento, no se puedan mudar.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPara abaratar los costos, se juntó con una amiga que está pasando por la misma situación pero, aun así, las mujeres no encuentran dónde vivir.
La situación de Muldon y de Enriqueta Aller -su amiga, que días atrás también dio su testimonio a este Diario- es la de muchos tandilenses: contratos que se vencen y no se renuevan o lo hacen a precios exorbitantes; viviendas que deben desalojarse de un mes para el otro porque sus dueños deciden vender o simplemente dejar de alquilar; inmuebles a valores imposibles de pagar con los salarios actuales.
“Está muy difícil alquilar en Tandil; no hay casas y, las que hay, se alquilan solo al turismo o de manera temporaria, que es muy caro”, dijo Muldon a El Eco de Tandil.
“Por eso decidimos vivir juntas con ‘Nani’ pero, así y todo, no conseguimos”, agregó.
Muldon vive con su hijo Alejo (20), que tiene síndrome de Down, y dos mascotas en una casa que alquila de manera particular a unos amigos. “Hace tres meses me avisaron que me tengo que ir porque la van a poner en venta”, contó.
“Hay mucha gente en la misma situación”, aseguró, y reflexionó: “Yo, de última, me puedo quedar porque le alquilo a un amigo y no nos va a dejar en la calle pero hay gente que está sufriendo, con chicos, que no tiene a dónde ir a parar”.
“Creo que Tandil tiene que ponerse las pilas con respecto a este tema y generar más barrios”, consideró y propuso: “sería bueno que hubiera un barrio con casas que podamos pagar por mes, como si fuera un alquiler, y que no nos tengamos que volver a mudar”.
“Hace 20 años que venimos rodando por Tandil”
Lilian es deportista y trabajó gran parte de su vida en el Centro Náutico del Fuerte. Su hijo Alejo concurre diariamente al Centro integral de atención a las personas con discapacidad “Despertares”, que funciona en la vecina localidad de Benito Juárez.
Según relató Muldon, hasta 2006 vivió con su hijo en la casa de sus padres pero ese año, al morir su madre y coincidentemente también la dueña del inmueble, la familia debió mudarse.
“A partir de ahí empecé a alquilar por toda la ciudad, siempre atenta y solicitando al Municipio la posibilidad de obtener alguna casa en algún barrio”, señaló.
Y ejemplificó con algunas experiencias: “en un barrio había seis casas para personas con discapacidad pero éramos sesenta las familias anotadas, así que hicieron un sorteo pero no salí beneficiada. Luego hicieron el ‘barrio de Cacha’; me quise anotar pero la suma no me daba para la entrega porque no cuenta la pensión que percibo por Alejo”.
“Hace veinte años que venimos rodando por todo Tandil”, dijo. “Estamos dos años acá y dos años allá y lo hacemos cada dos años porque aumentan tanto los valores que, cuando querés renovar, no lo podés hacer. Entonces tenés cada vez una casa más chiquita por el mismo precio que pagabas antes”, destacó.
Muldon contó finalmente que, en ocasiones, recibe ayuda económica de una hermana y que percibe también un beneficio que otorga la Dirección de Discapacidad que depende de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat, pero que estas sumas no le alcanzan para abonar el valor de un alquiler actual.
Enriqueta Aller -“Nani”-, la otra mujer involucrada, es una vecina con hipoacusia que días atrás se acercó a El Eco de Tandil para contar su situación y apelar a la ayuda del Estado o a la solidaridad de los tandilenses para encontrar una vivienda.
Esta mujer de 54 años alquila desde hace trece una casa en la que además lleva adelante su emprendimiento comercial de lavadero y peluquería caninos. El próximo 12 de octubre vence el contrato y no todavía no tiene a dónde ir.
“Más de 400 propiedades que estaban en alquiler mensual se fueron para el turismo”
El revisor de cuentas del Centro de Martilleros de Tandil (Cemart), Antonio Comiso, contó a El Eco que “en los últimos dos años, 410 propiedades que estaban en alquiler mensual se fueron para el turismo”.
Comiso, en permanente contacto con la Dirección de Turismo de la ciudad, sostuvo además que “esas viviendas no vuelven más”.
La problemática de los alquileres se volvió un tema central en Tandil, ciudad en la que se combinan las variables económicas introducidas luego de la sanción, en junio de 2020, de la Ley 27.551 con el hecho de que muchas propiedades que estaban destinadas al alquiler permanente pasaron a estar disponibles para la renta temporaria.
“El gran problema es la inflación. A todos los que alquilamos nos va a pasar lo mismo que a estas mujeres si no baja la inflación”, consideró Comiso sobre la situación que están viviendo Muldon y Aller.
“Por más que los legisladores le busquen la vuelta a la Ley -que si se aumenta cada cuatro meses, cada seis o cada doce- si no se baja la inflación, vamos a estar la misma”, agregó. “Y va a haber varios en la calle”, remarcó.
El referente del Cemart se refirió de esta manera a las modificaciones que por estas horas estudia la Cámara de Senadores de la Nación -que ya tienen media sanción de Diputados- y que consisten, básicamente, en una reducción de los contratos de alquiler de 36 a 24 meses y una actualización cuatrimestral de los precios.
“La Ley actual sería muy buena si no hubiera inflación”, opinó Comiso y aseguró que hay dueños que prefieren tener la vivienda ociosa hasta que cambie la legislación.
“Algunos propietarios están esperando a ver qué pasa con la Ley para poner la propiedad nuevamente en alquiler”, informó.