Se realizaron en Tandil las I Jornadas de Graduados de Geografía e Historia de la Unicen
La Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen organizó un encuentro académico para que los graduados de las disciplinas sociales cuenten con un espacio de intercambio y reflexión. En el marco de esta actividad, María Elena Barral, investigadora del Conicet, brindó una conferencia sobre los cruces entre la universidad y la escuela para pensar la enseñanza de las ciencias sociales.
Durante los días 9 y 10 de agosto en el Instituto de Estudios Históricos Sociales de la Unicen se desarrollaron las I Jornadas de Graduados de Geografía e Historia de la Facultad de Ciencias Humanas con el objetivo de generar un espacio de intercambio y reflexión acerca de experiencias de docencia e investigación de graduados/as entre los profesorados y las licenciaturas en Historia y Geografía.
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La conferencia de apertura, “De la universidad a la escuela, de la escuela la universidad: tensiones y posibilidades”, estuvo a cargo de la doctora en historia María Elena Barral, docente e investigadora del Conicet. El Eco de Tandil conversó con la académica acerca de las actividades que la acercaron a la ciudad para difundir su saber y su obra.
“La conferencia trata de cuáles deberían ser las relaciones entre la historia enseñada y la historia investigada, un camino que tiene pocos momentos de contacto. No hay demasiada reflexión en los graduados de estas disciplinas sobre si son formados de una manera específica para ser docentes o investigadores. La mayor dicotomía aparece entre los institutos de formación docente y las universidades que forman profesores, porque las formaciones son muy diferentes, hay mucha más carga de materias pedagógicas y un vínculo con los saberes históricos más ligado a lo instrumental en los institutos. En las universidades los graduados tienen un conocimiento científico disciplinar más fuerte”, explicó Barral.
Las jornadas fueron organizadas para proporcionar un espacio de reflexión de sus prácticas a los docentes e investigadores, “estas jornadas permiten reflexionar sobre la disciplina, su didáctica y sobre las prácticas”, puntualizó.
El desafío de enseñar en la escuela media
Al ser consultada acerca de cómo entusiasmar a los estudiantes con la enseñanza de las ciencias sociales, la profesional refirió que “la incorporación de graduados universitarios en la elaboración de manuales para la enseñanza durante las últimas décadas se propuso desmitificar, barrer con los mitos de origen de la fundación. Estas asignaturas antaño tenían el propósito de colaborar con la formación de ciudadanos argentinos y aún quedan como rémoras de eso, pero se les da nuevos para qué”.
Para la especialista, más allá de desmitificar se deben incluir otras experiencias históricas que como país tuvimos, que merecen ser contadas y pueden emocionar a los estudiantes. “A mí me emociona una historia que tome en cuenta el papel de las mujeres, de los pueblos originarios, el papel de los trabajadores, de los pueblos africanos esclavizados, una historia social más enriquecida que permite entender mejor los procesos históricos. Si incorporamos la agencia de estos grupos en determinadas luchas contamos una historia donde nuestros estudiantes se sientan reflejados e incluidos”, manifestó.
También hizo hincapié en que una parte de la enseñanza de materias como historia tiene que ver con aprender a leer textos de ciencias sociales porque no todo es reemplazable por la imagen, sino la película reemplaza la función pedagógica del docente. “En mi experiencia esta historia contada de una manera compleja y enriquecida los emociona más. El propósito es enseñar a pensar históricamente, mostrar la historia como modo de razonamiento”, añadió.
Al ser preguntada por los enfoques a la hora de dictar un contenido dentro del aula, Barral detalló que “el alcance de los contenidos de los diseños curriculares se los da el docente y decide cómo enseñarlo, puede darle su impronta. Si vos enseñas la Revolución de Mayo podés enseñarla desde los pueblos originarios, los afro descendientes, qué papel tenían las mujeres. Es más convincente una historia que se explique a partir de la acción de estos diversos grupos”.
El Estado, la sociedad civil y la Iglesia
María Elena presentó en la Feria del Libro de Tandil su obra Curas con los pies en la tierra. El libro relata diez historias de personajes eclesiásticos muchas veces anónimos. En los textos reconstruye sus historias “desde abajo”, y su enfoque brinda una imagen novedosa de la transformación de los vínculos entre clero y sociedad en nuestro suelo a lo largo de más de doscientos años.
“Hay evidentemente una intervención social y política de la iglesia católica, tanto de la jerarquía como de los laicos y de los curas que es una constante. El tema es cómo cambia la relación con el tiempo, según la relación que establecen los estados con la iglesia católica, según las funciones que de alguna manera se hacen descansar en las instituciones de la Iglesia”, expresó.
Barral incursiona brevemente en los inicios del estado argentino y precisa que los curas eran magistrados de una monarquía. En la Revolución de Mayo se les pidió a los curas que fueran propagandistas, en las primeras elecciones fueron elegidos los curas, los primeros depositarios de las funciones legislativas. Estos hechos marcan la preponderancia de sus roles en la vida política.
“Hay flujos y reflujos, si uno piensa en la sesión del Senado vinculada a la media sanción del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo parecía que la iglesia no tenía ninguna intervención. Como dijo un historiador hoy ‘los evangelistas proporcionaron la gente y la iglesia católica el lobby’. El catolicismo es una religión desinstitucionalizada pero que está metida en la política”, se explayó la académica.
La revolución de las mujeres
En referencia a la masiva movilización que se realizó el miércoles en todo el país a favor de la legalización del aborto, Barral relató: “vos ves a las adolescentes en la calle, ahí ves que algo está cambiando. La emergencia de este sujeto político, de las mujeres movilizadas por el reconocimiento de sus derechos es algo que llegó para quedarse, más tarde o más temprano. El movimiento de mujeres en Argentina en los últimos cinco años fue una explosión, el mundo nos mira”.
Los roles femeninos ocupan una parte importante de sus trabajos e investigaciones, “siempre somos las mujeres, las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, ahora de nuevo las mujeres dentro del movimiento feminista, hay una parte de la política que pasa por ahí, sin dudas”, cerró emocionada.
“La historia escrita por vencedores, no pudo hacer callar a los tambores”. Para María Elena, este es el motor de su prestigiosa carrera como historiadora y se refleja en sus palabras, su pasión por la disciplina y en su búsqueda por darle voz a los que han sido silenciados a lo largo de más de dos siglos de historia argentina.
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