Por las quejas, reforzaron los controles policiales de Inspección y Tránsito en el Dique
Vecinos del barrio Valle del Lago pidieron respuestas frente a las molestias ocasionadas por la música a gran volumen y las picadas que se desarrollan en la zona del Playón del Dique. El Municipio y las fuerzas de seguridad intensifican los controles los fines de semana, pero sigue habiendo un vacío con respecto a la sanción de los ruidos molestos por tratarse de un espacio público.
Los vecinos de Valle del Lago, el barrio situado junto al polideportivo Eduardo Aldasoro frente al Lago del Fuerte, expresaron en las últimas semanas su descontento por las picadas de motos y los ruidos molestos en la zona aledaña, circunstancia agravada aún más durante la temporada estival.
Recibí las noticias en tu email
En una reunión que mantuvieron con el jefe de Gabinete Oscar Teruggi, el titular del Foro de Seguridad Julio Pagola y el responsable de Inspección General y Habilitaciones del Municipio Javier Camgros, los frentistas plantearon la problemática y pidieron soluciones.
En comunicación con este Diario, Camgros cercioró que hay un compromiso asumido por parte del Estado municipal para trabajar sobre el tema y que se coordinan acciones conjuntas entre la dependencia a su cargo, la Dirección de Tránsito y la Policía para efectuar los controles necesarios.
Operativos y controles
La prioridad está dirigida a la colocación de un puesto fijo de control policial durante los horarios nocturnos del fin de semana, cuando sucede la mayor concurrencia, además de los operativos realizados por el Municipio.
El funcionario explicó que dentro de la guardia se hacen recorridos en el Dique y otros puntos de interés, desde el miércoles al domingo, para evitar que haya desmanes o irregularidades, e intervenir ante cualquier inconveniente.
“Se da una concentración de los jóvenes que no entran en ningún local bailable y es un paseo que ha sido históricamente un lugar de encuentro. También están las motos con escape libre que aprovechan la recta de Zarini para hacer tiradas”, detalló.
Según refirió, el último fin de semana hubo una fuerte presencia policial en el lugar y el viernes la Policía efectuó un operativo cerrojo en el playón, que impidió el ingreso y la salida de vehículos del predio, y culminó con diversas unidades secuestradas por infringir las normas de tránsito.
Además, Camgros también se refirió al pedido de señalización sobre ruidos molestos hecho por los vecinos, que indicaron que hace siete años pusieron la cartelería en sus veredas, en vez de colocarla donde se generan las molestias. En esa línea, afirmó que se está trabajando para mejorar los carteles y señales de advertencia en el espacio correspondiente, y que seguirán reuniéndose con los residentes del barrio para mantener las conversaciones.
A todo volumen
El tema de los ruidos molestos y la música a volúmenes elevados suele ser materia de discusión y altercado entre vecinos. En este caso, al tratarse de un espacio público, el director de Habilitaciones señaló que es muy difícil poder determinar la contravención y sancionar.
En una nota publicada en este medio el día sábado, una de las vecinas explicó que “hace más de 10 años que venimos reclamando al Municipio con notas formales por los ruidos molestos en el playón, con autos con parlantes potenciados que ponen la música a un volumen excesivamente alto”.
Asimismo, afirmó que si bien la Policía va a pedirles que bajen la música o detiene las picadas cuando los vecinos se quejan, cuando los efectivos se retiran “automáticamente vuelve todo el caos”.
“El procedimiento es ir a los domicilios o a un comercio, donde se puede determinar el ruido provocado, pero en el espacio público determinarlo es complicado porque está lleno de gente. ¿Cómo determinas qué vehículo lo está ocasionando? ¿Qué puede hacerse en el espacio público y qué no?”, justificó ante la dificultad para castigar estas acciones.
La normativa vigente
En Tandil existe una ordenanza cuyo objetivo es la erradicación de ruidos molestos y vibraciones. Se considera “ruido molesto” a las emisiones sonoras que excedan en un cierto margen al ruido de fondo preexistente o cuando los mismos alcancen un determinado valor establecido. En tanto, son vibraciones, las ondas o conjuntos de ondas que transmiten movimientos oscilatorios susceptibles de provocar incomodidad o molestias físicas a las personas o involucren un peligro de daño o deterioro en las estructuras.
Una fiesta en una casa particular con volumen excesivo, motos con caños de escape libre, picadas ilegales en zonas urbanas, producen ruidos molestos, sobre todo en la noche cuando el silencio en el casco urbano es mayor y se propagan más fuerte los sonidos.
La normativa establece excepciones y marca que el Ejecutivo podrá autorizar en la vía pública el uso de fuentes móviles que produzcan ruidos molestos y/o vibraciones cuando razones de fuerza mayor o interés comunitario lo justifiquen. Tales autorizaciones deberán darse teniendo en cuenta la menor afectación a las personas y los bienes de acuerdo al horario, el lugar y las fuentes a utilizar. Por caso, eventos públicos que se lleven adelante en diferentes zonas de la ciudad. Muchos de ellos, organizados por el propio Municipio, para la recreación pública. También el uso de bocinas, alarmas, sirenas y elementos de comunicación usados con motivo de advertir y justificado en razones de necesidad, seguridad y urgencia están exceptuados de la ordenanza.