Se registró movimiento en la zona céntrica, pero los comerciantes aseguran que “viene muy tranquilo”
Las calles del microcentro reflejaron la circulación de personas, que aprovecharon la soleada tarde del sábado para hacer sus compras. En algunos locales hubo colas al aire libre y la mayoría circuló con tapabocas. Los comerciantes esperan que las ventas remonten en las próximas dos semanas.
En plena vigencia del Estadio Amarillo, el movimiento por las calles de la ciudad se hizo notar. Ayer, con una jornada soleada pero fresca, los vecinos recorrieron el microcentro, aprovechando la extensión del horario hasta las 20 de los comercios esenciales y no esenciales, en una escena a la que se suman locales vacíos y promociones que buscan atraer a los compradores.
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La reacción de los ciudadanos parece ajustarse a las restricciones que impuso el Estadio Rojo, con el horario permitido hasta las 18, aunque los comerciantes esperan que, con el correr de los días, el público se adapte a las nuevas condiciones.
Con el cambio de temporada, los representantes del sector apuestan a remontar las ventas en los próximos días, con el Día de la Madre como fecha fuerte. Sin embargo, mantienen incertidumbre frente a la situación epidemiológica que pueda presentar la ciudad.
En principio, se percibe un cumplimiento en las medidas sanitarias en los locales, que ofrecen alcohol en gel a sus clientes, a los que obligan a ingresar con tapaboca colocado y miden el espacio disponible para el ingreso de personas, circunstancia que generó algunas filas al aire libre.
Como se informó en estas páginas, desde el jueves pasado y hasta el miércoles 7, la ciudad permanecerá en el Estadio Amarillo, que habilitó el funcionamiento de todas las actividades económicas y rubros con protocolos autorizados al 21 de agosto, pero al 25 por ciento de su capacidad ocupacional.
Para ello, el Comité de Seguimiento del Covid-19 se basó en la desaceleración del crecimiento de la curva de casos positivos, en la estabilidad en la ocupación de camas, la disponibilidad en el mercado de kits de testeo rápido y la posibilidad de utilizar una nueva aplicación para gestionar y controlar del cumplimiento de los aislamientos de contactos estrechos y casos positivos de asistentes a locales comerciales y otros establecimientos.
Los comercios y rubros esenciales y no esenciales quedaron autorizados a abrir de lunes a sábado, de 8 a 20.
“Viene muy tranquilo”
El titular de la tienda de ropa de 9 de Julio y Sarmiento, Mariano Abait, compartió su opinión en cuanto al movimiento comercial y nivel de ventas, en el tercer día de extensión horaria para los no esenciales.
En principio, indicó que el movimiento aún se presenta “irregular”, dado que los vecinos todavía no se acostumbraron a la nueva modalidad, luego de funcionar durante varios días hasta las 18.
“Ahora no se nota el beneficio, viene muy tranquilo”, alertó el comerciante, que aseguró que septiembre fue un mes “muy malo” en cuanto a las ventas, que arrastró una caída desde agosto, por lo que apuntó las expectativas a las próximas dos semanas, especialmente por el Día de la Madre.
Abait consideró que hubo un buen movimiento durante la jornada de sábado, especialmente por la mañana, como parte de una modalidad que se convirtió en rutina para muchos. “Vienen al supermercado, después compran ropa y se van para sus domicilios. La gente se acostumbró al horario corrido y entre las 17 y 18 ya no queda movimiento en el centro”, detalló.
La perspectiva en términos de potenciar las ventas y recuperar la caída de los meses en los que no hubo actividad, dependerá de la situación epidemiológica que presente la ciudad. “Hay incertidumbre y el termómetro será en los próximos días”, enfatizó.
“El comportamiento es excelente”
En tanto, destacó que tanto los comerciantes como los clientes cumplen con las medidas recomendadas para evitar el contagio y la propagación del virus, en medio de un escenario epidemiológico actual que sigue con atención el incremento en la curva de casos.
“El comportamiento es excelente”, destacó Abait, que indicó que “una minoría” no respeta las medidas. En general, la mayoría observa la ocupación de los locales para decidir si ingresa o no, a la vez que circula con tapaboca y se desinfecta las manos.
De todos modos, observó que “hay un porcentaje muy grande” de vecinos que evita salir de sus domicilios y que eso repercute en el movimiento de la ciudad si se lo compara con la situación anterior a la pandemia.