Sin medidas de proyección real, las pymes tienen la ilusión de que el Gobierno empiece a apostar al sector
El nuevo paquete de decisiones económicas de Nación no alcanzó precisamente al sector, al menos local. “Son remiendos”, aseguró desde Apymet Gustavo Dacovich. Las que pueden exportar se beneficiarán en un uno o dos por ciento de su facturación. Produciendo el 40 por ciento del PBI y el 70 por ciento de empleo privado, aseguró que son la solución para el país.
Las distintas medidas económicas recientemente anunciadas por el Gobierno nacional consideraban, entre otros puntos, darle un guiño a las pequeñas y medianas empresas, sobre todo las exportadoras, como para dar impulso al sector.
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Lejos de considerarlo así, Gustavo Dacovich de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Tandil (Apymet) manifestó que le encantaría ser optimista, positivo y pensar que todo va a ser mejor, sin embargo estas decisiones que está tomando el Estado son medidas pequeñas, a las que calificó de “remiendos” para el día a día.
“No tienen futuro, no se han consensuado como para dar proyección a las pymes, porque no analizaron un beneficio real”, reflexionó el referente del sector local, asegurando que es eso lo que lo pone a la defensiva con estas resoluciones que se toman de un día para otro.
Razonó que económicamente tiene alguna repercusión para las empresas exportadoras, que en Tandil son unas cuantas, aunque no todas están pudiendo vender afuera, que podrían beneficiarse con alrededor del uno o dos por ciento en su facturación. No más que eso.
De todas maneras reiteró que desde el sector no contemplan que haya medidas importantes que los alcance, de promociones industriales, que permitan avizorar futuro, proyectar o pagar las cuentas.
“Nadie está facturando como habitualmente, está rota la cadena de pago o, al menos, con problemas muy serios, entonces se necesita gente relacionada a las pymes en la toma de decisiones y no solamente abocada a la macroeconomía”, indicó, insistiendo en un pedido que ha mencionado en varias oportunidades.
De esta manera, garantizó que las reformas que han hecho últimamente no llegan al común de las empresas y lamentó que “todo el mundo se rasga las vestiduras al hablar de las pequeñas y medianas empresas”, pero nadie se sienta a ver qué es lo conveniente para todos.
Crisis tras crisis
Por otro lado, señaló que con “las idas y vueltas de la cuarentena” también ha pasado que algunas empresas pudieron empezar a mejorar, o facturar un poco más, aunque ninguna al 100 por ciento, ya que reveló que algunas firmas como “muy bien” están registrando un 40 o 50 por ciento de lo que era normal previo a la pandemia.
“Ya veníamos los últimos años en crisis y sumado a las medidas de aislamiento generó un caldo de cultivo que hace que el sector esté muy complicados”, determinó y contó que hay personas con problema que van desde las cuentas corriente, que origina la interrupción en las cadenas de pago, y la falta de acompañamiento de los bancos.
En este sentido, consideró que si el Estado mismo no pone pautas claras, no pueden esperar que las entidades financieras les de plata, y admitió que el pyme es un sector tan rentable hoy en día como para que lo ayuden y acompañen. “Los bancos dejaron de ser entes entes crediticios, que avalaban un capital de trabajo, para pasar a ser solamente entes financieros”, analizó.
Lamentando el devenir, asumió que la complejidad de la coyuntura hará que muchos queden en el camino. Para esto dijo que lo necesario no es relajarse, sino hacer todo lo posible para perdurar, sostener las fuentes de trabajo y la empresa. “Es el sueño que muchos hemos logrado con el pasar del tiempo”, manifestó.
El sueño de mañana
Finalmente, respecto de las expectativas sobre la posibilidad de que en un futuro no tan lejano el Estado nacional pueda empezar a comprometerse con las pequeñas y medianas empresas, tomando decisiones puntuales para el sector, Dacovich se mostró un poco más optimista.
“Yo creo que el Gobierno va a reaccionar y empezar apostar a nosotros. Sueño con ese día. Somos la solución al gran problema económico de Argentina”, aseveró sin ánimo de resultar egocéntrico. Para respaldar esta afirmación, recordó que son los encargados de producir el 42 por ciento del producto bruto interno (PBI), además de contar con el 70 por ciento del personal privado.
“¿Si no apoyas a este sector, a quién vas a apoyar?”, cuestionó y planteó que el Estado es demandante para con ellos, con respecto a las cargas impositivas, sin embargo no les ofrece condiciones beneficiosas. “En vez de obligar a una doble indemnización en caso de despido, por qué no promocionan una ayuda a los que no destituyen personal”, propuso a modo de ejemplo.
Ante esto, reveló que los trabajadores del sector ganan mal, que el monto es poco porque el 66 por ciento de lo que el empleador abona se va en cargas sociales y previsionales.
En coincidencia con sus pares, indicó que es algo que ven simple de resolver, ya que son conceptos básicos, de común denominador, pero que muchos no los conocen. “No digo que haya mala fe, pero si de desconocimiento”, enfatizó.