Tassara desmintió las declaraciones de Rébori y puso paños fríos en la discusión por la toma del Campus universitario
Con el objetivo de zanjar el debate por la toma del Campus universitario, el rector de la Universidad Nacional del Centro negó haber propiciado la medida de fuerza y rebatió los dichos del decano de Ciencias Económicas. Resaltó que el conflicto se destrabó rápidamente y que no hay una "guerra interna" entre quienes defienden diferentes métodos de protesta.
El debate por las metodologías de protesta y visibilización del conflicto que atraviesan las universidades públicas generó posiciones encontradas entre quienes forman parte de la comunidad universitaria.
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La semana pasada, la sede del Campus permaneció ocupada por estudiantes durante dos días, que bloquearon el acceso al predio de Arroyo Seco. Desde el momento en que decidieron tomar el lugar, los alumnos contaron con el apoyo de no docentes y dirigentes gremiales, quienes garantizaron la seguridad de la medida de fuerza.
Mientras mediaba el conflicto, la Facultad de Ciencias Económicas rechazó a través de un comunicado público la decisión adoptada por la asamblea que determinó la medida de fuerza.
El rector de la Universidad Roberto Tassara desmintió las declaraciones del decano de dicha casa de estudios, Alfredo Rébori, quien señaló que en la reunión del Consejo Superior se habló del apoyo del rector Roberto Tassara a través de alimentos a los estudiantes que se encontraban llevando adelante la toma.
En diálogo con un móvil de ECO TV, la máxima autoridad de la Unicen expresó que existieron discrepancias respecto de la metodología con las que se puede defender la universidad, pero aseguró que de ninguna manera incentivó para que la toma ocurriera.
“En el Consejo Superior quedó claro que estábamos todo de acuerdo en la necesidad de defender la universidad, hubo disenso de Rébori, que leyó un documento en el que consideraban ilegal la toma. La propia decana de Derecho le dijo que no era ilegal, a lo sumo ilegítima si se considera que está mal”, aseveró Tassara.
El contador recordó que el edificio del Rectorado, emplazado en Pinto y Chacabuco, se salvó de ser rematado porque los estudiantes y jóvenes docentes de esa época, entre los que se encontraba él, lo tomaron para evitar que sucediera. No obstante, alegó que no tuvo vinculación alguna con los hechos que se le endilgaron, tendientes a propiciar la ocupación del predio y explicó que “sería ilógico que cualquier rector favoreciera esto, si es un problema para quien conduce la institución tratar de resolver un conflicto entre los que se enojan”, a la vez que mencionó que las tomas de edificios de las universidades públicas se replicaron en diversos puntos del país como estrategia de visibilización de la crisis que afecta al sector.
Con respecto a la afirmación vertida por Rébori acerca de que facilitó alimentos para los alumnos que se hallaban sosteniendo la medida de fuerza, aclaró que “alimentos no, se habilitó el comedor el primer día supervisado por el jefe y ellos llevaban sus alimentos para comer ahí, no se preparó ni nada, de ninguna manera eso existió”.
En su discurso instó a analizar por qué ocurren los hechos, poniendo en eje los motivos que posibilitaron que algo así ocurriera en la Unicen. “No salgo a oponerme necesariamente por oponerme, hay que moverse con tranquilidad. ¿Íbamos a mandar a la policía? Algunos querían, a mí me parece demencial, si a algún chico le pasa algo sería terrible. Además, es algo que concluyó, duró dos días y terminó”, sostuvo.
“Esto no ocurre de la nada, hay condiciones objetivas que generaron esto, son los problemas presupuestarios y financieros de la universidad pública, que son los de la educación pública en general, a los cuales queremos ayudar a defender, a nosotros nos ayudan los demás sectores y en la sociedad tenemos muy buena imagen. La universidad tampoco es un convento, las condiciones se restablecieron al cabo de dos días. Ningún rector va a estar fogoneando algo que le genera un enorme problema”, añadió.
La universidad pública en disputa
“Nuestra universidad en los últimos años ha dado muestras de cómo funciona y no cambia su forma de ser porque un determinado grupo de estudiantes está cambiando la forma de manifestarse. Es una cuestión menor, incentiva los peores instintos de mucha gente el hablar mal de la universidad, que ha dado sobradas muestras de cómo trabaja con la sociedad y de lo que hace, como para sospechar que cambió su forma de ser o su imagen”, afirmó, restándole importancia al suceso y las repercusiones que tuvo no solamente al interior de la comunidad universitaria, sino en la sociedad y dio por terminado el debate al esgrimir que no hay una guerra interna en la Universidad del Centro.
Tassara dejó en claro que una toma prolongada hubiese sido completamente innecesaria, pero destacó la inmediata resolución que tuvo el conflicto en Tandil y que cumplió, en última instancia, con su cometido de mostrarle a la sociedad los problemas que envuelven a la universidad estatal.
El plan de lucha en defensa de la educación pública continúa y las casas de altos estudios de todo el país se encuentran abocadas a resolver el problema presupuestario para el año entrante. “Nuestra toma fue una incomodidad interna, pero es producto de una efervescencia que se vio muy fuerte y sirvió para lo que se pueda conseguir para el sistema universitario, que fue la marcha del 30 de agosto en Capital Federal. Después de eso el Presidente nos convocó, eso quiere decir que el tema preocupa al Gobierno nacional y se está trabajando con diferentes sectores para dar respuestas”, finalizó.
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