Tras el bloqueo a la reapertura de la exLoimar, el fideicomiso radicará una denuncia penal en Azul
Ayer por la mañana, 60 empleados intentaron tomar sus puestos en la fábrica del acceso a la Base. Allí, los trabajadores en conflicto con Loimar impidieron el ingreso en reclamo de salarios e indemnizaciones adeudados. Desde el fideicomiso TandilCeram, grupo inversor que pretende volver a la producción de cerámicos y ladrillos, presentarán hoy una denuncia en la Fiscalía General de Azul. Además, entregaron un listado al Ministerio de Trabajo para que cite, de manera individual, a los despedidos.
Tras trece meses de inactividad, la emblemática fábrica de ladrillos y cerámicos Loimar apostó ayer a reabrir sus puertas bajo la gestión de TandilCeram, una empresa formada a partir de un fideicomiso de inversores. Sin embargo, al igual que ocurrió la semana anterior, un grupo de extrabajadores encabezó una protesta y bloqueó el ingreso de quienes se aprestaban para volver a sus funciones.
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Tras el frustrado intento de retomar la producción, los trabajadores se dirigieron a la sede de la fiscalía y en Mesa de Entrada les informaron que, por el protocolo Covid-19, debían enviar la denuncia por correo electrónico. En esa instancia, reclamaron ver al fiscal de turno, el doctor Damián Borean, para mantener una entrevista preliminar, pero les indicaron que en primer término corresponde formular la denuncia.
Disgustados por la negativa, desde TandilCeram, con el asesoramiento del estudio de Jorge Dames, optaron por radicar una denuncia penal ante la Fiscalía General de Azul. La presentación la harán hoy y será acompañada por una constatación y fotografías de una escribana que dio fe de que el grupo de extrabajadores no permitió a sus pares el ingreso y por obstaculizar el acceso a los dueños de la planta.
Ante el actual escenario, los empleados de la nueva firma irán a la delegación del Ministerio de Trabajo a solicitar a los funcionarios provinciales que citen a cada uno de los trabajadores despedidos para negociar, de manera individual, la desvinculación de Loimar. A tal fin, acercaron un listado con nombres y datos de contacto.
En tanto, los representantes de TandilCeram adelantaron que harán “todo lo posible para que se pueda trabajar”, y advirtieron que hoy corre peligro la reapertura y con ello, las fuentes laborales de los 60 empleados que tomaron. Incluso, señalaron que de ese total, 38 corresponden al sindicato Focra que “no los está defendiendo” en su derecho a trabajar.
El escenario
Con neumáticos encendidos y algunas banderas que pregonaban “empleados en lucha”, los operarios despedidos reclamaron certezas ante este nuevo escenario, exigieron por una solución para todo el grupo que básicamente consiste en que les paguen lo adeudado desde hace más de un año, entre indemnizaciones y salarios.
En contraposición, otro número de personas aguardaba, acompañado por algunos familiares, para ingresar a cumplir sus funciones y volver a desarrollar sus tareas después de tanto tiempo. “Queremos trabajar en paz”, exclamaron en el día que esperaban que fuera una celebración.
La Policía se acercó al lugar y se quedó para prevenir cualquier tipo de incidente, pero con respecto al bloqueo advirtieron que sin una orden judicial, no podían intervenir.
La decisión de la empresa, entonces, fue llamar a un escribano para que constate, labre un acta y con eso radicar una denuncia penal, con la intención de que este problema de no poder entrar a trabajar se termine definitivamente.
Reabrir y saldar las deudas
Ayer se iba a realizar la inauguración de una nueva etapa para la planta de Loimar, donde a partir de un fideicomiso conformaron la firma TandilCeram que llevará adelante esta gestión.
Tal como especificaron desde la firma, se van a fabricar ladrillos y cerámicas que se comercializarán con el nombre de Loimar, porque ya es una marca reconocida en el rubro, pero los fondos irán a la planta ahora de TandilCeram. Esta, a la vez, estará conformada por exoperarios que generaron nuevos contratos, mientras que la sección de administración será llevada a cabo por quienes ya se desempeñaban en la gestión anterior.
Jorge Segon, el apoderado del Fideicomiso TandilCeram y fue exjefe de Recursos Humanos en lo que fue Loimar, consideró que a pesar de lo sucedido en la entrada a la fábrica, se trató de un día de felicidad, gracias a las inversiones que han permitido reabrir la planta.
De acuerdo a su explicación, del equipo serán parte exempleados de Loimar que siempre estuvieron bregando por la reactivación y no estuvieron de acuerdo con lo que indicaban desde la comisión gremial.
“Lamentablemente no podemos abrir el portón para ingresar a nuestro lugar de trabajo porque hay otras personas que lo impiden”, se quejó.
Replicó la información que ha estado compartiendo últimamente sobre el manejo que ha hecho Loimar de la situación. Aseguró que lo primero que se hizo cuando se desvinculó a la gente, en octubre de 2019, fue ofrecer el pago de la indemnización a través del Ministerio de Trabajo. En aquel momento eran 10 despidos sin causa y, según contó, “a instancias de los delegados decidieron no aceptar y rechazar el cobro”.
Finalmente, dos de esas personas arreglaron en su momento y explicó que las ocho restantes se han notificado a través del ministerio para que sean percibidas, así como las diferencias salariales o aguinaldos pendientes.
Asimismo, develó que ayer mismo presentarían otra nota en la cartera de Trabajo para informar que realizarían un depósito de dinero en una escribanía de esta ciudad, así “la gente que tiene que cobrar diferencias salariales se pueda llevar una suma importante a sus casas”.
“La idea siempre es resolver el problema, así como siempre estuvo por parte de la empresa la buena fe y la buena voluntad”, dijo Segon, que también contó del pedido realizado desde el ministerio sobre los datos para hacer las citaciones. “La idea es cerrar la deuda porque el dinero para pagar todo está”, afirmó.
Volver a encender los hornos
Por otro lado, aunque no pudo hacerse efectiva en esta oportunidad, la reactivación ya es un hecho, y como indicó el apoderado ya algunos clientes les han pedido trabajo y manifestaron su contento de volver a contar con sus productos.
Sin embargo, advirtió que a la fábrica hay que ponerla “en marcha” y que a lo largo de este tiempo de puertas cerradas han sufrido algunos robos, como de cables de media tensión, por lo que es imperante realizar primero un reconocimiento. “Tenemos para entre 30 y 45 días para acomodar todo y recién después encender los hornos y empezar a trabajar”, detalló.
A propósito de los tiempos, contempló que el bloqueo al lugar solamente atrasa la posibilidad de volver a tener un ingreso genuino, sin “tener que depender de un bolsón de comida o de la buena voluntad de alguien”.
Aquí, Segon recordó que cuando se reunieron con el intendente Miguel Lunghi solamente le pidieron dos cosas: respeto de la ley y seguridad. “La verdad es que tener que venir a nuestro trabajo prácticamente escoltados por patrulleros nos parece una situación desagradable y triste”, determinó, aclarando que no está enojado con el jefe comunal.
“Somos todos trabajadores, con distintas funciones”, aseveró sin entender cómo es que no se puede garantizar la seguridad para cumplir con su derecho. Recordó que hace 13 meses que la planta está cerrada y por eso era un día de júbilo, incluso concurrieron con las familias para compartir el acontecimiento. “Sabes cuánto tiempo esperamos para esto”, exclamó.
La oportunidad de trabajar
De acuerdo al detalle que brindó el gerente operativo de TandilCeram, Javier Leiva, que también se había desempeñado en Loimar, la intención que tienen en principio es contar con un equipo de 38 operarios en la planta, a los que hay que sumarle otros 20 entre administración y ventas que están por fuera de convenio, que daría un total aproximado de 60 personas relacionadas directamente con la firma.
Mientras que por otro lado y de forma externa, aseguró que hay talleres o empresas de montaje que están ligadas a la fábrica indirectamente, pero a quienes también se beneficia con la reactivación.
Destacó, así, esta posibilidad para Tandil de que abra la empresa y 60 familias tengan la oportunidad de trabajar. “Nosotros firmamos el contrato y vinimos a cumplir con eso”, enfatizó.
El grupo que buscó recobrar la fuente de trabajo
Algunas compañeras y esposas de los trabajadores que tienen la posibilidad de volver a sus funciones también se acercaron hasta la fábrica para ser parte de ese primer día, tras tanta espera, y manifestaron su indignación con lo ocurrido.
Susana Ferreyro contó que después de haber estado casi cinco meses en conflicto, hace ocho uno de los operarios pudo tener un acercamiento con la empresa y expresó que había una parte que tenía la intención de llegar a un acuerdo para volver a trabajar.
“En ese momento fueron totalmente agredidos y nos los dejaron hablar, por eso nos acercamos al Municipio y pedimos seguridad para volver con esta nueva empresa”, explicó.
Por aquel entonces desde Loimar aseguraban estar pasando un mal momento y apelaron a capitales inversores para reactivar, así fue que esperaron otros meses pero ya alejados del problema que veían “sin sentido”.
“Acá hay muchas familias que están pasando necesidades y este conflicto debe ser esgrimido en el Ministerio de Trabajo y no de esta manera, coartándoles la posibilidad a quienes quieren entrar a trabajar”, dijo con notable enojo, pero evitando hablar del sindicato, ya que contempló que cada uno maneja las cosas como considere correctas. En su caso, entendieron que eso era acercarse a la firma y pedirle otra vez la fuente laboral, y no prohibiendo la entrada de la gente a la planta.