Tras el fallo de Cámara, la vicedecana de Humanas presentó su renuncia ante la denuncia por plagio
La Cámara de Apelaciones emitió su sentencia y ratificó el fallo de primera instancia. María Cecilia Di Marco, docente y vicedecana de la Facultad de Humanas presentó este lunes la renuncia a su cargo.
Con la sentencia de la Cámara de Apelaciones se cerró un capítulo en relación a una polémica que sacudió al ámbito universitario a raíz de la denuncia que oportunamente presentó una docente contra una colega por plagio en dos trabajos académicos, con un reclamo de resarcimiento por el daño moral y patrimonial.
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El proceso se inició en 2014 cuando la profesora de Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro, Nancy Pastor, promovió una demanda por daños y perjuicios contra María Cecilia Di Marco, docente y vicedecana de unidad académica aduciendo que “copió numerosísimos párrafos” de su libro “Aportes para una Historia de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires”, publicado por el Departamento de Impresiones y Publicaciones en 1999.
Sin arribar a un acuerdo en instancias previas, avanzó la acción legal hasta conocerse el fallo del juez de Garantías en lo Civil y Comercial 2, Martín Zárate, que hizo lugar a la demanda por plagio impulsada y condenó a María Cecilia Di Marco a abonar a Nancy Pastor una suma de dinero en concepto de daño moral.
La demandada apeló lo resuelto y días atrás la Cámara Civil y Comercial 2 de Azul dio a conocer su fallo, en el que confirmó la sentencia de primera instancia.
Frente a este escenario, la vicedecana presentó este lunes la renuncia a su cargo, tal cual lo confirmó el rector de la Unicen Roberto Tassara.
El caso
En diálogo con El Eco de Tandil, el abogado defensor de la profesora Nancy Pastor, Alejandro Tiscornia, hizo un repaso sobre las distintas instancias por la que atravesó el proceso desde la denuncia por daños y perjuicios y daño moral presentada en 2014 y que recientemente llegó a un cierre al conocerse la resolución de la Cámara 2 de Azul.
En primer término recordó que todo se inició en el marco de la corrección de un trabajo presentado por Di Marco en el que Pastor observó que había párrafos en los que detectó “una copia textual a los de su libro”.
Frente a lo sucedido, la profesora pidió en la Biblioteca del Campus una copia de la maestría de Di Marco “y se da cuenta que hay una infinidad de párrafos copiados”, situación parecida a la de un artículo del RAES, donde “también había una serie de párrafos copiados de su libro”, que “estaba inscripto y con todos los requisitos legales correspondientes”.
Pese a los intentos por llegar a un entendimiento y aclarar la situación, finalmente la damnificada impulsó una presentación por daños y perjuicios por estas dos obras en las que “existen más de 30 párrafos extensos copiados en forma textual, sin estar debidamente referenciados, más otros que sí lo estuvieron con el nombre de la autora al pie”.
Las pruebas
El libro fue “fundamental” como elemento probatorio de la existencia de un “daño y perjuicio y para demostrar que fue copiado en forma textual, en algunos casos sí se citó en forma correcta pero en más de 30 párrafos muy largos no se había referenciado como es debido”, indicó.
Pero además Tiscornia hizo referencia al “daño moral” que le produjo a la denunciante el hecho de “no haberle reconocido en su momento que se podría haber hecho en forma normal si no de haber insistido en que no correspondía ninguna rectificación ni pedido de disculpas”.
“No hubo posibilidad de entendimiento ni de mediación y, como no hubo ninguna solución, no hubo más remedio que presentar la demanda”, justificó el abogado defensor, que además aclaró que “en ningún momento” existió un interés económico.
Por esa razón es que en el escrito inicial “no se puso un monto determinado” y que el juez Zárate cuantificó el daño moral. Después de “algunas conversaciones con Pastor, se llegó a una cifra inferior porque lo que realmente interesaba era el reconocimiento de que la obra había sido copiada”.
Para Tiscornia carecía de sentido impulsar una nueva apelación ante la corte provincial dada la contundencia de los fallos de primera y segunda instancia, lo cual dejó reflejado en la contestación a la acción legal. “El fallo del juez Zárate fue muy categórico y los peritos fueron muy determinantes”, resaltó.
En tanto, sostuvo que su clienta quedó “muy satisfecha por haber podido demostrar en un principio todo lo que me había planteado”, en una situación “compleja” por tratarse de colegas dentro de la Facultad de Ciencias Humanas. “Tuvo que tener prestancia y firmeza para poder demostrar cuál era su derecho”.
Por otro lado, y en relación a la renuncia que presentó la vicedecana, señaló que “no era lo que se pretendía” en este juicio y que se trató de una decisión “enteramente personal”.
Finalmente y como última parte del proceso resaltó que se obtuvo un reconocimiento “en cuanto a poder demostrar que se habían copiado párrafos de la obra original de Pastor” y agregó que el juez en primera instancia dispuso el envío de un oficio a la Unicen “para que tome su determinación respecto a lo que sucedió ya que está probado y que decidan qué es lo que corresponde hacer. Esa comunicación a la Universidad todavía no llegó y cuando eso suceda serán los que decidan qué corresponde hacer”.