Tras la repercusión por el inminente desalojo de un matrimonio, se realizará una audiencia de conciliación
Luego de que Cristina Cejas y Abel Uranga expresaran su preocupación en una nota publicada por El Eco de Tandil porque su hermana lo había estafado y pretendía desalojarlo de su casa en Patagonia al 100, se hizo una pausa para intentar llegar a un acuerdo entre las partes. En ese marco, a fines de agosto se llevará a cabo el encuentro en el que se busca solucionar el conflicto por el cual el matrimonio casi queda en la calle.
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Tras la nota publicada en El Eco de Tandil sobre el inminente desalojo de un matrimonio mayor de su vivienda situada en Patagonia 175, se calmaron un poco las aguas y la medida quedó en suspenso a la espera de que se lleve adelante una audiencia de conciliación entre las partes a fines de agosto.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailCabe recordar que vecinos de Patagonia al 100 salieron a expresar su repudio públicamente por el desalojo de Cristina Cejas y Abel Uranga, un matrimonio mayor que vive en la cuadra hace 45 por considerarlo “injusto”. Con diversas pancartas colocadas en el frente de la propiedad situada en Patagonia 175, los frentistas expresaron su indignación por la situación que atraviesa el matrimonio ya que, según denunciaron, la hermana de Abel Uranga lo estafó e inició acciones legales para desalojarlos de la casa.
Cristina Cejas explicó a El Eco de Tandil que si bien se suponía que el 1 de julio se iba a presentar en su vivienda el escribano para llevarse las llaves de la propiedad, tras la nota que publicó este medio donde se veía el contundente apoyo vecinal hacia esta familia, eso finalmente no se llevó a cabo.
“Desistieron de venir a buscar la llave porque vieron todo tan alborotado, y se pidió directamente el desalojo, pasaron los días y mi abogado, el doctor Tiscornia, pidió una audiencia de conciliación entre las partes para fines de agosto, que será virtual por la pandemia”, afirmó. Por tal razón, el desalojo por el momento no tiene fecha, a la espera del resultado de ese encuentro.
“Nos dio un poco de tranquilidad”
“La expectativa es ver si se puede llegar a un arreglo de alquiler de la casa o de compra más allá de que es de mi marido, pero lamentablemente ella tiene el título. Nosotros tenemos todos los testigos y gente que nos conoce y sabe que la casa mi suegro la hizo para mi marido, pero el desalojo ya lo pidió”, afirmó.
Y agregó que “intervino el doctor Tiscornia y consiguió que se haga esta audiencia de conciliación para ver qué se puede arreglar. Nos dio un poco de tranquilidad, relativamente, porque hasta que no llegue el momento y ver lo que se habla y lo que se puede llegar a arreglar no vamos a tener una tranquilidad realmente”.
“Por lo menos hay una posibilidad de llegar a un arreglo, esto se hace para ver si podemos seguir acá (en la casa) y de qué manera. De la audiencia van a participar solamente las partes y cada cual con su abogado y será a fines de agosto”, indicó.
La historia del desalojo
A fines de junio vecinos de Patagonia al 100 salieron a expresar públicamente su repudio ante el inminente desalojo de un matrimonio mayor que vive en la cuadra hace 45 años por considerar que se trata de algo “injusto”. Según denunciaron, la hermana del dueño lo estafó para quitarle la casa que le pertenece y busca dejar a la familia en la calle.
Con diversas pancartas en el frente de su propiedad ubicada en Patagonia 175, los vecinos expresaron su repudio e indignación por la situación que atraviesan Abel Uranga y su esposa Cristina Cejas, quienes fueron intimados a desalojar la vivienda el 1 de julio. Cerca de 20 frentistas se congregaron en la vivienda con el matrimonio afectado por esta situación para contarle a El Eco de Tandil la compleja situación que atravesaban, ya que si no se encontraba una solución, en pocos días quedarían en la calle.
Cristina Cejas contó que la hermana de su marido en 2008 al morir su suegro comenzó a reclamar la casa donde ellos viven hace 45 años como de su propiedad.
“Comenzó a reclamar la casa de manera abrupta, mandándome a retirar el medidor, después tuve una agresión por parte del marido de ella en la calle. Ella reclama la casa porque la escritura está a nombre de ella, porque cuando el padre sacó el crédito en el banco lo puso a su nombre porque mi marido era menor con la condición de que le hiciera la transferencia a su mayoría de edad. Como en las mejores familias, los años pasaron, y eso no sucedió porque se ve que ella ya tenía en mente hacer esta trastada a su hermano”, lamentó.
A su vez, explicó que “yo tenía un abogado que, en verdad trabajó para ellos, me llevó una carta que no tiene ninguna validez legal y me la hizo contestar con una carta documento. Y de esa forma me hizo perder mi casa porque de esa manera interrumpió el proceso de ley de usucapión, porque con la carta documento le dimos validez a la otra carta”.
En la carta (completamente informal) se intimaba a la familia a restituir el inmueble en el plazo de 48 horas.
“Nosotros llegamos a este punto porque este abogado no hizo lo que correspondía, actuó de mala fe, yo le pagué, confié en él y lo hizo con total intención, no me quedan dudas”, señaló.
A pesar de que apelaron la sentencia, volvió desfavorable para ellos.
“Yo estoy pidiendo justicia y que esto se revea de acuerdo a los 45 años que llevamos acá, y el trato de su hermana para con su hermano y su padre, porque se quedó con una escritura que no es de ella, tenemos todos los vecinos de testigos más los testigos que presentamos en la causa que se los desestimó”, indicó.
Por su lado, Abel Uranga puntualizó que “la casa era mía, lo que pasa es que ella empezó mintiendo diciendo que compró este terreno cuando no es verdad. Y en segundo lugar, ella como es una delincuente esperó que se muriera mi padre para empezar el juicio porque sabía que si él hubiera estado vivo hubiera dicho que la casa era mía y se terminaba todo”.