Un camino hacia la recuperación y reinserción en la vida educativa y laboral de pacientes con adicciones
Profesionales del Centro Provincial de Atención de las Adicciones (CPA) dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y del Sistema Integrado de Salud de Tandil tienen en marcha dos programas que apuestan a contener y brindar herramientas que faciliten la reinserción social, educativa y laboral a las personas que padecen de adicciones o consumo problemático de sustancias. Mediante un dispositivo terapéutico denominado por los propios pacientes “Camino a la salida”, se les ofrece una vía de recuperación a través de diversas actividades recreativas, trabajando simultáneamente con sus familias. El otro proyecto está destinado a aquellos que no han podido completar la primaria, basado en la disposición de una maestra que les da clases en el Centro de Día “Tita Brivio”, curso que realiza cada uno a su tiempo. Además, también apuntan a brindar un acompañamiento en el camino hacia la búsqueda de trabajo.
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Camino a la salida
El dispositivo terapéutico fue inaugurado hace un año y surgió por la necesidad que detectó la psicóloga María Gabriela Martínez en sus pacientes, de entre 25 y 30 años con real conciencia de enfermedad y ansias de recuperarse a los que les costaba mucho atravesar la semana en abstinencia. Entonces, cuando llegan a la consulta decididos a cambiar de vida, en general se encuentran que están muy solos, ya que han perdido sus trabajos, vínculos anteriores y hasta a parte de su familia, algunos incluso se encuentran en situación de calle. Cuando están en tratamiento, ellos necesitan usar el tiempo libre de manera productiva, ya que esa extrema soledad los vuelve aún más vulnerables.
La idea fue poder acompañarlos, sostenerlos en ese tránsito tan difícil con este dispositivo intermedio, como lo llama la Ley de Salud Mental. Si bien intentamos que las internaciones sean cada vez menos, a veces son necesarias, pero lo que hacen falta son este tipo de programas, que en la Argentina hay muy pocos. Con este fin fue que Marcelo, enfermero de Salud Mental, les ofreció el espacio físico donde funciona el Centro de Día de pacientes psiquiátricos por las mañanas, para que puedan poner en marcha los talleres.
Una vez conseguido el lugar se propusieron formar un equipo logrado con María Emilia Echegaray, psicopedagoga del CPA; Juan Gamboa, psicólogo; los operadores sociales Fabio Labriola y Fito Medina; más el área de pintura, música, biodanza y arte en general. Con esto en marcha, los pacientes pueden acceder a un espacio que funciona todos los días de la semana a partir de las 14 y dura aproximadamente dos horas.
Al ser un dispositivo de tránsito, se puede decir que en este año que lleva funcionando ya han pasado más de 40 pacientes, aunque actualmente asisten entre ocho y diez. Es un camino que los profesionales esperan que lo puedan transitar lo más rápido posible y que ellos mismos logren seguir solos. Si bien desde el programa los guían y son capaces de determinar cando están aptos para avanzar por sí mismos, lo ideal es que cada uno haga su propio aprendizaje y se sienta seguro con las herramientas adquiridas, ya que deben afrontar cambios como la reinserción laboral.
Cabe destacar que el programa está abierto a pacientes que estén en tratamiento de adicciones tanto del CPA como de psicólogos particulares, de hecho se han acercado desde otras localidades. Las afecciones más comunes tienen que ver con el alcoholismo y consumo de cocaína. Aquellos interesados deben asistir al grupo terapéutico sí o sí y después pueden participar aleatoriamente de cualquier taller de acuerdo a sus gustos y disponibilidad de horarios.
Reinserción educativa y laboral
Una vez que los pacientes se sienten más seguros de dar ese paso de vuelta a la vida social, la tarea está en manos de María Emilia Echegaray, quien articula con el área de Educación, la Oficina de Empleo Municipal y los Centros de Formación Laboral.
Hoy en día cuentan con una maestra, Ana Ricciardi, de educación primaria que da clases los lunes y miércoles de 13 a 16, por lo que estos chicos pueden acceder a finalizar este ciclo escolar en la misma sede del Centro de Día.
Este convenio comenzó a funcionar en marzo de este año y actualmente hay cuatro pacientes que recurren a esta herramienta de manera voluntaria, dos de salud mental y dos de CPA. El tiempo en que demoren en terminar el curso dependerá pura y exclusivamente de cada uno. Esta instancia resulta sumamente importante, ya que para inscribirse en los diferentes centros de formación deben contar con la primaria completa.
Una vez terminado este ciclo la psicopedagoga puede hacer la derivación a los Bachilleratos de adultos para concluir la secundaria, siempre con la ayuda orientativa de la profesional.
“Esto genera una motivación muy importante en los pacientes, ya que tener un hábito, hacer algo, les significa una nueva posibilidad para realizar otro camino diferente al que llevaban”, contaron Echegaray y Martínez. En esta línea las especialistas distinguieron que a la mayoría les cuesta relacionarse socialmente, ir a una institución donde hay mucha gente y hacer los trámites que requieren, entonces la posibilidad de asistir al mismo Centro les facilita en ese aspecto.
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