Un joven de 19 años contrajo hantavirus cuando limpiaba un galpón en la zona rural
Permanece internado desde el lunes en el Hospital Santamarina. Está fuera de peligro y aislado, en una habitación común. Aparentemente, se infectó con el virus cuando limpiaba un galpón en el campo de su familia. Se trata del tercer caso confirmado este año.

Desde el Hospital Santamarina confirmaron un caso de hantavirus, el tercero en lo que va de 2019, que afecta a un joven de 19 años. El paciente fue internado el lunes pasado y ayer se confirmó el diagnóstico con el resultado de laboratorio del Instituto Malbrán. Si bien permaneció 48 horas en terapia intensiva, evoluciona de manera favorable y ya se encuentra en una sala general, aunque aislado para prevenir cualquier contagio.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa infectóloga Florencia Bruggesser confirmó que “se trata de un chico de 19 años, que se internó el día lunes por un síndrome febril, mialgia y algunos síntomas generales como dolores musculares, cefaleas, y algunos datos de laboratorio hacían pensar y sospechar de hantavirus y leptospirosis, y por algunos antecedentes epidemiológicos como que el paciente, semanas anteriores, estaba realizando tareas de limpieza en algunos galpones en el campo”.
Aparentemente, el joven trabajó durante varias semanas previas en un establecimiento rural de su familia, ubicado en inmediaciones de la Ruta 74, camino a Fulton, donde limpiaba unos galpones. En el lugar ya interviene la Dirección de Bromatología para realizar una inspección e indicar las medidas preventivas que fueran necesarias.
Bruggesser indicó que una vez internado, se realizaron distintos estudios y se envió una muestra para al Instituto Malbrán tendiente a solicitar confirmación sobre hantavirus y leptospirosis. En tanto, ayer les informaron desde el laboratorio del centro de investigación que los resultados son positivos.
“Se vino haciendo todo como sospechando esta enfermedad. El paciente estuvo 48 horas en terapia intensiva por una progresión de sus síntomas respiratorios, pero que por suerte no requirió asistencia respiratoria mecánica ni ninguna otra medida de sostén mayor que estar un poquito más controlado y ya ahora está en sala general, y probablemente en los próximos días con mejoría de laboratorio, ya no tiene requerimiento de oxígeno, probablemente se vaya de alta”, explicó la doctora.
Luego de recibir la confirmación, informaron al paciente y a su familia el diagnóstico. “Cuando uno lo dice, la verdad es que da un poco de miedo, pero para el paciente la etapa en que puede haber complicaciones ya pasó. Obviamente lo vamos a seguir controlando, pero va a evolucionar bien”, pronosticó.
El entorno
En cuanto a la investigación del caso, confirmó que la lleva adelante Bromatología, que deberá evaluar el establecimiento rural para determinar si hay proliferación de roedores y tomar las medidas pertinentes.
Por otra parte, ya informaron a las personas que trabajaron con el joven para que estén en alerta ante síntomas como fiebre, dolores musculares y cefalea, y les recomendaron que consulten por guardia, de manera inmediata, e informen que estuvieron desarrollando actividades vinculadas con la zona rural.
La prevención
“El hantavirus es una zoonosis, que la transmisión es más que nada con la orina y la saliva de los roedores que infectan el polvo y distintos lugares, y cuando entra en contacto con el hábitat del roedor es cuando tiene riesgos de contagiarse de esta enfermedad, más que nada cuando uno va a hacer actividades de campamento y duerme en el piso o en lugares que hay mucho polvo o cuando trabaja en zona rural, o entra a limpiar galpones que hace mucho tiempo que no se limpiaban o pueden estar contaminados con orina o excretas de los roedores. Ese es el riesgo”, detalló la infectóloga.
Agregó que esta enfermedad suele aparecer en primavera y verano, y la mayoría de los casos surge entre noviembre y marzo. En tanto que la población más afectada son los varones jóvenes, lo que corresponde con la actividad laboral que realizan, en el campo, agrícolas, forestales, desmontes o de jardinería.
En cuanto a las medidas de precaución, reseñó que “si van a limpiar un galpón que hace mucho que no está abierto, lo primero que tienen que hacer es abrirlo y dejar que entre el sol, que desactiva el virus. Lo otro que hay que hacer, después de esperar una o dos horas con las ventanas abiertas, es ponerse un barbijo y rosear todo con lavandina al 10 por ciento, y después recién limpiar”.
También señaló que cuando se van a realizar tareas como el corte de pastizales altos, donde se puede aspirar polvo, hay que utilizar medidas de protección en los ojos y vías respiratorias. “Este es un virus que en la mayoría de los casos la forma de contagio es de transmisión respiratoria. La transmisión interhumana es muy poco frecuente, menos del 2 por ciento. Nosotros en esta zona no tenemos el virus de transmisión interhumana, como lo que pasó en el brote de Epuyén (Chubut) el año pasado, que fue un virus que se identificó como transmisión interhumana”, explicó.
Se registraron ocho
casos desde 2015
La doctora Florencia Bruggesser informó que en el partido de Tandil se registran, en promedio, dos casos de hantavirus por año. En lo que va de 2019 fueron tres las personas afectadas, una de ellos, un hombre de 34 años que falleció.
En tanto, en 2018 hubo dos casos, en hombres de 33 y 34 años; otros dos en 2017, en varones de 46 y 51 años, uno de ellos fallecido; mientras que en 2015 se confirmó otro, que afectó a un hombre de 32 años.
En resumen, desde 2015 hasta la actualidad se comprobaron 8 casos de hantavirus, en hombres de 19 a 51 años, seis de los cuales evolucionaron y dos fallecieron.
El período de incubación mínimo del hantavirus es de 15 a 45 días. Por ese motivo, ante la aparición de síntomas asociados, los médicos consultan sobre lo que hizo el paciente durante varias semanas atrás, para conocer si estuvo en lugares donde pudo contagiarse el virus.
El hantavirus tiene una tasa de mortalidad del 30 por ciento, que se vio reducida ostensiblemente desde la década del 90 cuando alcanzaba el 70 por ciento de los casos. Hoy las medidas de sostén y la detección temprana lograron que los fallecimientos por esta causa se reduzcan drásticamente.
La enfermedad no deja secuelas, es decir que el paciente se recupera completamente, aunque la fase de convalecencia se puede extender entre 2 y 3 meses con algunos síntomas inespecíficos.