Germán Cardoso creció en un devoto hogar católico. Su padre era médico y su madre daba clases de catecismo. Él nunca pensó mucho sobre la prohibición de la iglesia sobre el aborto.Hace unos 15 años, ya con varios de práctica profesional como médico, una mujer mayor llamó a la puerta de su clínica. Le dijo que hacía décadas, Cardoso padre -ya fallecido- le había practicado un aborto. Ahora necesitaba de su ayuda para poner fin al embarazo de su nieta.El médico se sorprendió al conocer el secreto de su padre y prometió ayudar a la mujer. “Me cambió la perspectiva; desde ese momento viví en conflicto”, comentó. “Las presiones de la sociedad, mi familia católica, la ley”.El galeno decidió entonces realizar abortos para evitar que las mujeres arriesgaran sus vidas intentando poner fin a los embarazos por su cuenta. Parecía lo correcto, y se sintió aliviado al descubrir que, a pesar de la norma, era poco probable que se metiera en problemas legales.La peor situación que le tocó enfrentar fue un allanamiento en su oficina, en Buenos Aires, en 2011. Fue arrestado y detenido durante dos días antes de que el caso fuera desestimado y él volviera a realizar procedimientos.Desde entonces, trasladó su clínica cinco horas hacia el sudoeste, a la ciudad conservadora de Tandil, donde ha soportado burlas ocasionales en la prensa y hasta actos vandálicos en su clínica, pero nunca fue molestado por las autoridades.“Sabía que era malo para mi imagen como médico hacer abortos”, afirmó. ”No me gusta que me llamen ‘Dr. Aborto, pero no cambiaría lo que hago”.Ahora con 60 años de edad, Cardoso realiza alrededor de 30 de estos procedimientos por mes, y cobra $1,000 dólares -casi el doble del salario mínimo mensual en Argentina- para las mujeres que pueden pagarlo, y menos para quienes no tienen recursos. Últimamente notó un descenso en los procedimientos debido a la competencia del hospital local, cada vez más dispuesto a proporcionar misoprostol.La ley en sí proporciona un cierto espacio para los médicos que realizan abortos, ya que permite el procedimiento cuando la salud de una mujer está en riesgo, pero no define qué es “salud”. Eso posibilita a los especialistas utilizar la definición de la Organización Mundial de la Salud: “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no simplemente la ausencia de enfermedad o enfermedad”.Si una mujer está deprimida por su embarazo, o si tener un hijo pone en riesgo su bienestar socioeconómico, su aborto es legal, consideró Cardoso. Conversación con la periodistaDurante su estadía, dispuso unos minutos de su ocupado día para conversar con El Eco de Tandil y explicar el interés sobre la problemática que la llevó a emprender un viaje de miles de kilómetros.La nota publicada en el suplemento La Vidriera, del domingo 3 de septiembre, expresaba:La joven periodista llegó a Tandil especialmente para reportear al médico Germán Cardoso, conocido como el “Dr. Aborto”.–¿En qué sección del LA Times trabaja?-En una sección llamada Metro especializada en noticias de todo el estado de California. Nada nacional o internacional.-Entonces, ¿qué hace en Argentina? (Risas)-Una muy buena pregunta. La verdad es que me encanta lo internacional. Mucha gente arranca cubriendo lo local y va progresando hacia lo nacional e internacional. Solicité la posibilidad de realizar este proyecto internacional y mi jefe me dijo: “Ok, puedes hacerlo”.-¿Ha estado en algún otro país?-Es la primera vez que salgo del país con el LA Times. Mientras estudiaba, estuve en Irlanda e Irlanda del Norte, también con temas relacionados al aborto. Es un algo muy controversial que me gusta investigar y difundir lo que voy aprendiendo. “No es conocido solo en Argentina”.-¿Cómo se enteró del caso de Germán Cardoso, conocido como el “Dr. Aborto”, médico de una ciudad de 150 mil habitantes?-El aborto es un tema que he investigado por mucho tiempo. Dentro de esas investigaciones, he buscado doctores que tengan experiencia y algo para contar acerca de este tema tan controversial. El “Dr. Aborto” no es conocido solo en Argentina. Es conocido mundialmente y particularmente en Estados Unidos. Al encontrar su nombre en artículos de otras personas que también habían escrito sobre él, le envié un correo para poder concretar una entrevista. Así que por eso estoy en Tandil.-¿Fue una decisión personal la de venir a entrevistarlo a Argentina? ¿O del medio en el cual trabaja?-La decisión fue mía. Es un trabajo de investigación que estoy haciendo para el medio en el cual trabajo.-Nos decía que el aborto es objeto de su investigación desde hace tiempo. ¿El interés pasaba por el tema o la persona? ¿Tal vez ambos?-Mi interés estaba en el aborto en sí. Cómo la religión influye; la opinión y moral de la iglesia al respecto; la posición del gobierno frente al aborto. Distintas posturas que no conocía en este país.-¿Le puso reparos a la nota?-En absoluto. No tuve problema alguno para realizarla.-Considera, después de haberlo entrevistado, ¿que el médico tiene una convicción ideológica o se trata de un negocio? (Risas) -La verdad que no puedo expresar una opinión sobre eso. Lo que sí puedo decir es lo que él me dijo. Cree que cada mujer que está embarazada y no quiere estarlo, esto cuenta como un quebranto en su salud. Es, literalmente, un problema. Por ende, ideológicamente, cree que es legal por esa razón. Un embarazo no deseado altera la salud de esa persona. No sólo física sino mentalmente.-¿Y cuál es su postura sobre el aborto?-Me reservo esa respuesta, perdón.-¿En Estados Unidos es legal?-Sí, allí es legal en todos los estados, por un fallo favorable de la Corte Suprema. Aunque hay diferencias acerca de la etapa del embarazo en la cual se puede practicar el aborto. La realidad es que hay un constante debate entre los que están a favor y aquellos que están en contra. Y están muy divididos. ]]>