Un plan integral ambiciona reducir la cantidad de perros en las calles mediante un censo y caniles nuevos
Tandil está en una situación complicada con respecto a la cantidad de caninos en la vía pública y desde Bromatología el director Federico Sánchez Chopa advirtió que están trabajando arduamente para revertir la problemática. Si bien aún no cuentan con un número certero de la cantidad de perros que viven en las calles de la ciudad, en el segundo semestre pondrían en marcha un proyecto que tiene como objetivo hacer un recuento de estos animales para tener una cantidad más real.
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Hace más de un mes atrás, en una reunión con miembros del Colegio de Veterinarios de Mar del Plata, ya fue planteada la necesidad de conocer esta estadística, ya que les brindaría la posibilidad de delinear un plan de trabajo sobre las distintas necesidades y aspectos a mejorar. De hecho hay un estimativo dando vueltas, que supone que hay un perro cada cuatro habitantes lo que arroja un aproximado de 35 mil caninos.
Sin embargo, Sánchez Chopa aseguró que asumiendo este índice se estaría tomando a la ligera la realidad y eso no le sirve. Necesita una cifra que sea lo más exacta posible, y a partir de ahí tomar medidas de mejora como levantar perros de la calle, colocarlos en los caniles comunitarios, avisar a los dueños, comenzar con el concepto de “tenencia responsable”, incluir y aplicar “la pata de la justicia” a modo de multas en caso de incumplir con ciertos requerimientos, adopción responsable, educación en las escuelas y refuerzo del plan sanitario.
“El plan integral que estamos desarrollando es grande y lleva tiempo”, dijo, sobre todo porque es imperante avanzar en un protocolo de muestreo para determinada cantidad de canes sin hogar, teniendo en cuenta también que la sectorización de la ciudad es diferente. El director indicó que muchos de estos animales en realidad tienen dueños, pero muchos de ellos no se hacen responsables de sus mascotas, lo que se transforma en otra problemática en la cual trabajar.
Principalmente se trata de levantar a los caninos que están en la vía pública, porque además hay una cantidad significativa de denuncias que llegan a casi dos mordeduras por día, más un porcentaje que probablemente no radica acusaciones. También referidas a accidentes de moto, autos y bicicletas, rotura de bolsas, materia fecal en las veredas y enfermedades, entre otras.
Un censo canino
En estos días Sánchez Chopa mantuvo una reunión con estadísticos de la facultad de Ciencias Veterinarias para trabajar en pos de un método que resulte funcional y eficiente para el relevamiento que quieren hacer. Allí se propusieron contar con una metodología definida para la recolección de datos hacia finales de este semestre. Ya en la segunda parte del año la intención es buscar gente que colabore como ser proteccionistas, agrupaciones, Boy Scouts, el Rotary, la misma facultad de Ciencias Veterinarias y todos aquellos particulares que se comprometan a recorrer las calles. La cuestión es organizarse de tal manera que no tengan que duplicar esfuerzos.
Una vez que se cuente con un número más aproximado se podrá proceder a controlar la situación y lograr mayor eficiencia en cuanto a las castraciones, ya que la intención es superar las cinco mil operaciones anuales que se registran actualmente.
En cuanto a las vacunaciones aclaró que vienen bien, con más de doce mil dosis aplicadas. En referencia dijo que lo ideal es que todos los centros privados se acerquen a Bromatología buscar las vacunas que están entregando, oficiando así de “brazos extensores” en todo el ámbito de la ciudad.
Mudanza de caniles
“El gran problema que tenemos y a mí me encantaría poder resolverlo de raíz y de manera inmediata tiene que ver con las dificultades de los tiempos del sistema, que no suelen ser los mismos que uno quisiera tener”, enfatizó el director de Bromatología.
Uno de los proyectos más ambiciosos apunta a trasladar el predio de los caniles. La intención es moverlo al lugar donde alguna vez funcionó el relleno sanitario, pero a un área lindante que no fue utilizada con ese fin, lo que le permitiría construir sobre esas tierras espacios comunitarios para los perros. Mientras que parte de la zona que habría contenido desechos serviría como extensión para actividades recreativas de los animales. El concepto es ampliar la capacidad de contención de canes y mejorar la calidad de caniles a los que hay actualmente disponibles.
La carpeta ya fue alcanzada por Obras Públicas, pero el detalle es que la mudanza significaría el desembolso de casi tres millones de pesos, pero como no estaba proyectado dentro del presupuesto 2018 para Tandil automáticamente se transforma en la necesidad de salir a buscar fondos a Provincia o Nación. Hay que encontrar el ámbito que esté dispuesto a poner dinero en esto, si lo consideran inversión o gasto frente a otras necesidades, ya que “siempre el Estado tiene la sábana corta”, advirtió.
Parvovirus y otras enfermedades
Está claro que la importante cantidad de perros en la calle genera un riesgo sanitario importante. El principal problema que existe es la rabia, porque se trata de una enfermedad que tiene el cien por ciento de letalidad. A continuación se destacan el moquillo y el parvovirus, que es una infección grave que ataca mayormente a los cachorros, aunque los adultos no están exentos. Si bien su rebrote por esta época es normal debido a la humedad y el cambio de temperaturas, no es un hecho menor ya que se contagia muy rápidamente y puede alcanzar tanto a perros de la calle, sin vacunas, como a mascotas con la libreta sanitaria al día.
Puntualmente afecta al sistema gastrointestinal, a los glóbulos rojos de la sangre y, en los casos más extremos, al músculo cardíaco. Esta también es de alta mortalidad porque el sistema inmune de los más pequeños todavía es débil, sin embargo también puede presentarse en perros adultos, sobre todo si no fueron vacunados y desparasitados. Este virus está en el ambiente, como todos los demás, sin embargo según informó el veterinario Daniel Sappia puede incrementarse como consecuencia de los cambios de temperaturas. Entonces, es común que cada año para esta altura haya un pico de parvovirus, casualmente en su centro de atención está tratando a dos perros que habían sido vacunados y padecen de esta afección. Clarificó que la vacuna no es una barrera inviolable, sino que tiene relación con el sistema inmune del animal, aunque los casos más graves se da en aquellos que no han recibido el anticuerpo.
Hidratarlos es fundamental porque los principales síntomas son vómitos y diarreas muy frecuentes, algunas con sangre, de hecho Sappia manifestó que generalmente los animales se terminan muriendo por deshidratación. Los plazos son muy cortos para este tipo de enfermedades, ya que un perro se salva o se muere en un plazo de tan solo tres días.
Cabe destacar que el mejor camino es la prevención, ya que pueden implementar un tratamiento pero no hay cura inmediata. Lo recomendable es internación, suero, antibiótico, antiinflamatorio y antiespasmódico y estimulante de las defensas, entre otros cuidados.
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