Una gala que recordó los cimientos de un sueño forjado hace diez años para la salud de los chicos
El pasado viernes cumplió una década el Hospital de Niños Blanco Villegas, un sueño que lograron alcanzar desde el Municipio gracias al compromiso de Jorge Blanco Villegas. Una serie de actividades acompañaron todo el día y el broche de oro fue la Gala a beneficio del centro de salud que se llevó a cabo en el Teatro del Fuerte, con una propuesta artística que incluyó la presentación de Mujeres en Concierto, el Grupo Sonares y la participación de Enoc Girado. Además, la alegría de los Payamédicos dio el toque de humor.
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En las primeras filas se ubicaron las autoridades municipales encabezadas por el intendente Miguel Lunghi y el jefe de Gabinete Julio Elichiribehety, comandos militares y directivos del Hospital de Niños y miembros de la Fundación.
Con un nivel artístico que Miguel Roaux, director de Cultura y Educación del Municipio, calificó de “excelente calidad”, la velada atrajo a cerca de 350 personas que disfrutaron del espectáculo y de colaborar con el Hospital. Asimismo destacó que los artistas actuaron sin ningún tipo de intención económica.
La cita fue a las 21 y la algarabía de las “Payamédicas” invitaban a quienes se iban acercando a la puerta del Teatro a pasar a la sala. Al atravesar el pasillo de entrada se pudo apreciar una muestra de pintura realizada por los chicos de la Escuela de Artes Visuales Número 1. Pocos minutos después las luces se fueron atenuando para dar lugar a la pantalla gigante dispuesta sobre el escenario. Allí se proyectó un video que mostró una recorrida del camino transitado para llegar a concretar la obra. Un trayecto de sueños, convicciones y muchísimo trabajo.
Más adelante, las Mujeres en Concierto encantaron a todos, a la vez que el reconocido Enoc fue ovacionado por el público, así como los aplausos de pie a Sonares dieron cuenta de una velada más que agradable.
Lo más emocionante llegó sobre el final, cerca de las 23, cuando entonaron el clásico tema de José Luis Perales “Que canten los niños”, cuadrando a medida con el evento que agasajó a ese espacio que día a día intenta sanar a los más pequeños. “Que canten los niños que viven en paz y aquellos que sufren dolor; que canten por esos que no cantarán porque han apagado su voz”, y desde las filas también la gente acompañó con su canto y palmas.
Una esperanza compartida
“Para que los pueblos progresen necesitamos darle educación y salud”, fueron las palabras que dieron inicio al video institucional y se desprendían de la voz del mismísimo Jorge Blanco Villegas, cuando el proyecto daba sus primeros pasos. Por esos mismos días, casi en tonos de sepia, el intendente Lunghi decía: “yo sueño, pero sin Blanco Villegas no se podría haber concretado en absoluto”.
Quien fuera el primer director del Hospital, Héctor “Cacho” Equiza, también contó parte de su historia. Recordó que por aquel entonces los pediatras de Tandil anhelaban tener un servicio que fuera acorde a la cantidad de profesionales y de pacientes que tenía la ciudad en ese momento. “Es un orgullo tremendo, un regalo de la vida”, enfatizó.
Por su parte, Leticia Saligari, de la Fundación del Hospital de Niños, resaltó la participación de Eva Edjin quien fue la promotora para dar forma a esa organización. Es que al ver como las obras avanzaban a pasos agigantados empezó a contemplar las necesidades que se presentarían una vez puesto en marcha, así es que en armaron el equipo y comenzaron con la recolección de sábanas y demás artículos útiles para amoblar el lugar.
Como toda obra fundacional el Hospital necesitó de tiempo e inversión. “Llegó para reivindicar la salud pública como herramienta de justicia e igualdad”, enfatizó en el acto inaugural el Intendente, una década atrás.
La historia de un anhelo
Dicen que todo empezó hace más de diez años, porque muchos años atrás ya el Intendente se había propuesto junto a su equipo trabajar en este rumbo. Mario Civalleri, quien era secretario de Obras Públicas cuando se construyó el establecimiento, contó que de hecho arrancaron moldeando un proyecto que tuviera una escala tal que el mismo Municipio pudiera afrontar. Sin embargo los fondos no alcanzaban.
Allá por el 2004 Miguel Lunghi y Blanco Villegas, que no se conocían, fueron presentados. En ese encuentro el empresario le comenta al Intendente que quería hacer “algo” en memoria de su padre, pidiéndole que le sugiriera lo que fuera necesario para la ciudad. El funcionario, que pensaba a diario en el proyecto de salud, directamente le dijo que quería hacer un Hospital de Niños. A partir de allí comenzó un camino de intercambios, encuentros y proyecciones en conjunto.
Cuando Blanco Villegas recibió los planos por parte de la Municipalidad no disimuló su negativa ante el dibujo, por lo que pidió permiso para analizarlo con sus arquitectos, luego de que se le hiciera una lista de las áreas necesarias para el centro médico, como terapias, cirugías, internaciones de lactantes y primera infancia, entre todas las demás.
No pasó mucho tiempo para que el empresario resolviera que se llevaría adelante un edificio por el total de cuatro millones de pesos.
En el sitio funcionaba el Centro Materno y lo tuvieron que demoler. La arquitecta a cargo de la obra, Laura Vitullo, contó que fue una tarea muy difícil la de acondicionar y limpiar el predio, por las plantas, árboles y cercos que debieron removerse. “Fue una presión grande por los dos lados”, indicó, recordando la exigencia del inversor que prestaba atención a cada uno de los detalles de la construcción. Tanto que pasaba las manos por los cerámicos de pisos o paredes para que no sobresaliera ni un poco de material. Además, todo lo que se elegía había que justificar por qué era mejor o peor que otra opción.
Fue una obra que se hizo en tiempo récord, en menos de dos años y con material de primera. El Intendente afirmó que finalmente el valor total fue de doce millones de pesos, incluyendo desde las cortinas, las camas, la aparatología y la infraestructura. Esto último fue lo brindado por Jorge Blanco Villegas en honor a su padre, mientras que el entonces gobernador Daniel Scioli aportó los aparatos por un valor de 2,700 millones de pesos, más el aporte de la Fundación y todo lo referido al mobiliario que fue logrado gracias a la sociedad de Tandil.
Un antes y un después
en la medicina local
En diez años pasaron 984.600 chicos, sin contar el último mes de mayo, por lo que se podría estimar la cifra en un millón.
Para Marta Brea, la directora del Hospital, el nosocomio marcó un hito en la medicina de Tandil y ella como pediatra consideraba que tenía que ser parte. “Tuvo un crecimiento exponencial, tanto por la aceptación de la sociedad como de la medicina privada, ya que las internaciones se volcaron a la institución pública”. Asimismo destacó el crecimiento en la variedad de espacialidades y el inicio de la única terapia intensiva en la ciudad, hace cinco años.
En cuanto a los desafíos, Brea distinguió que los hay inmediatos y a largo plazo. Entre los que se destacan la necesidad de poder abrir los quirófanos, el ideal de poder regionalizar este Hospital y más adelante quizás alcanzar el propósito de hacer un Materno-Infantil y seguir acompañando el crecimiento del establecimiento, el cual consideró “infinito”
Recaudación
Lo recaudado en la Gala propuesta para celebrar los diez años del Hospital de Niños Debilio Blanco Villegas será derivado en primera instancia para cubrir los gastos que se generaron en los festejos, según explicó el director General de Cultura y Educación del Municipio, Miguel Roaux; en tanto que el saldo restante será derivado al mismo Hospital.
Si bien aún no se ha hecho el recuento total del monto colectado, porque las entradas fueron adquiridas desde diferentes puntos, desde la organización aseguraron haber cumplido con las expectativas. De todas maneras, distinguieron que lo importante era la celebración de estos primero diez años de vida del establecimiento
El incansable aporte
de la Fundación
La Fundación del Hospital de Niños de Tandil también está pisando sus diez años de vida, con incansable trabajo para la institución y aportes continuos. En esta oportunidad, como regalo de cumpleaños al establecimiento donaron 20 aero cámaras con las mascarillas y sus medicaciones para tratamientos de bronquiolitis y afines.
“Hemos hecho muchas cosas, ha sido un trabajo arduo pero que ha rendido”, dijo Leticia Saligari, quien recordó la cantidad de aportes realizados desde la organización, entre ellos el tomógrafo que fue bridando junto al Municipio y los lavarropas para el lavadero para el Sistema Integrado de Salud con las Damas del Hospital. Además, desde hace ocho años llevan adelante el proyecto “Todos leemos” de la mano de la Sala Abierta de Lectura, único y ejemplar.
Según contó Saligari, actualmente y a futuro siempre el foco está puesto en la capacitación de médicos y enfermeras, que es el objetivo más grande de este año u
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