Una mujer que está casi ciega y postrada vive en condiciones muy precarias y necesita ayuda
Hace 3 años la picó una Viuda Negra, lo cual le ocasionó graves problemas de salud. Hace poco percibe una pensión por invalidez de 6 mil pesos y vive sólo con eso. “Estoy sola con mi hijo de 15 años y la peleamos como podemos”, afirmó, pero ahora necesita ayuda de la comunidad para poner el piso en su casa y hacer algunos arreglos para poder vivir en mejores condiciones.
Muy difícil es la situación que vive María Itatí Maldonado, mejor conocida como Tati, por la gente del barrio La Unión. Hace tres años la picó una araña Viuda Negra, lo cual le ocasionó gravísimos problemas de salud, a punto tal de haber perdido la visión casi por completo y tener serias dificultades para caminar.
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Esa situación la obligó a dejar de trabajar y hoy en día vive solamente con 6 mil pesos de una pensión por invalidez. Pero su casa se encuentra en condiciones sumamente precarias y eso agrava su situación de salud. Por tal motivo, pide ayuda a la comunidad.
En diálogo con El Eco de Tandil, Tati contó que hace alrededor de tres años quedó prácticamente no vidente y que sólo ve muy poco de forma borrosa. Además tiene úlceras crónicas en las piernas y por tal motivo las tiene vendadas hasta las rodillas.
Todos estos problemas se desencadenaron a raíz de la picadura de una araña Viuda Negra.
“El chico que vive enfrente trae muchas maderas del norte, de Misiones y toda esa zona, y se ve que la araña vino desde allá y estaba entre las maderas y la leña que yo tenía. Cuando entré la leña me picó”, relató.
Y contó que “a los dos días me tuvo que llevar mi mamá al Hospital porque me notaban rara como alterada, muy acelerada para hablar. Gracias a Dios que me llevaron porque esa noche tuve dos infartos, pero resistí, me quedé internadas unos 4 meses porque se me hizo una ampolla en la pierna y tuvieron que hacerme una cirugía para sacarme todo lo que me había producido la picadura”.
“Aparte estaba descontrolada la diabetes, yo tenía diabetes con pastillas pero a raíz de eso que me pasó que me descontroló todo me pasaron a insulina, y de ahí que la insulina hizo que la enfermedad que yo tenía en la vista se acelerara. Gracias a Dios que hasta ahora fue nada más que la vista, pero los dolores en la piernas son insoportables”, explicó.
Por tal motivo, indicó que “estoy tomando metadona, que es un medicamento como la morfina. Yo tengo que cuidarme la diabetes para que la pierna no se ponga peor, tengo que estar continuamente en tratamiento para curarme las úlceras. Me lavo con suero, tengo vendas, y a veces se me complica por el piso, porque el polvillo me infecta las heridas. Por eso sería importante poder tener piso en la casa”.
Tati trabajaba como chofer de remis hacía 10 años cuando tuvo este inconveniente, y a raíz de todos los problemas de salud que sufrió, tuvo que dejar de trabajar.
En tanto, contó que luego de una larga lucha logró que le dieran una pensión de Nación, de 6.500 pesos, pero afirmó que “en la situación que está el país no me alcanza mucho, y yo estoy sola con mi nene de 15 años. Se me pone difícil para manejarme con esa plata, a veces me ayuda mi mamá, pero no es algo constante”.
“La peleamos como podemos”
Por otra parte, explicó que días atrás recibió una puerta y una ventana del Municipio, porque con el viento se le habían roto los vidrios de la ventana y la puerta y había cerrado solamente con algunas maderas.
“Gracias a lo que me dieron pude cerrar, puse un ventiluz, pero esto es de planchas y en invierno se siente el frío. Con leña me manejo en invierno pero tengo que ir a buscar al monte y en mi situación no puedo. Todo tiene que hacer el nene, que está perdiendo días de la escuela para ir a buscar leña, para ayudarme acá porque es el único que tengo para que me ayude, hace más de 3 años que estoy sola con él y la peleamos como podemos”, afirmó.
Desarrollo Social la ayuda con una bolsa de mercadería, con lo cual van “tirando”, pero como no les alcanza, su hijo va a los negocios de la zona, panadería o carnicería a pedir alimentos.
“El está creciendo y necesita alimentarse, ir a la escuela que falta mucho porque me tiene que acompañar a todas partes, se está poniendo flojito en la escuela. Casualmente me llamó a la directora para saber por qué no va a la escuela”, indicó.
Además, esta familia tiene muchas necesidades, ya que viven con lo justo, apenas les alcanza para comprar comida, no tienen prácticamente ropa, ni abrigo de cama, la instalación eléctrica es sumamente precaria, las sillas están casi todas rotas y prácticamente no tienen muebles, por lo cual toda ayuda de la comunidad será bien recibida.
Cualquier personas que pueda colaborar debe comunicarse con María Itatí Maldonado al 154-374337.