Unión de colectividades de Tandil : Lituania
Esta colectividad se formó en 2010. Las familias activas lituanas que la integran son Banilis, Czelno, Czop, Díaz Gruzauskas y Pecelis. Aquí nos dejan las historias de los inmigrantes lituanos llegados a Argentina, cuyos hijos y nietos viven hace años en Tandil.
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Sobre cuando llegaron sus predecesores al país nos cuentan:
“Mi papá Kazimieras –apunta Jorge Baniles- llegó en 1930, vino con un hijo, Konstantinas, de quien hemos perdido el rastro. Sí, hace pocos años supimos que formó familia en Buenos Aires y viven hijos y nietos. Mi papá nació en Aukštelkai, cerca de Radviliškis, al norte de Lituania”.
Narra Héctor Czelno: “Mis padres vinieron a fines de los ’30. Mi papá, Alfonsas, vino solo con amigos en 1938 y mi mamá Marija Kaločkite, vino sola en 1938, pero ya tenía un hermano en Argentina. Mi papá era de Vilnius, la capital y mamá de Kaunas”.
Y nos cuenta Gustavo Czop: “Mi abuela, Apolonija (Palute) Petrikaite, vino a la Argentina en 1930 con 25 años de edad y soltera, era de Baubliai, Ukmerge, embarcando en el puerto Alemán de Hamburgo en el barco Monte Sarmiento, el 6 de enero de 1930. Vino con primas y amigos de su pueblo y de la zona de Ukmerge. En Lituania dejó a hermanos y padres”.
Mauricio Díaz Gruzauskas expresa: “Mi abuelo Petras llega a la Argentina con 27 años el 7 de Julio de 1929, viene solo, en un barco que parte del norte de Alemania, un viaje de unos tres meses que hizo escala en Francia y Brasil. Nació en una aldea, Vainiunai, provincia de Alytus, al sur de Lituania.
Y Mario Pecelis también cuenta lo suyo: “Proveniente de un pueblo llamado Kregsdziat, llegó a Buenos Aires, mi padre, Kasimieras Pecelis en septiembre de 1931. Verónica, esposa de Gasciunas –quien había invitado a mi padre- tenía una hermana, Marija, en Lituania en Varzukaunas, mi madre”.
Esas personas dejaron
familiares en el terruño
Jorge: -Creemos que vino con su única familia, su hijo. Siempre se habló de que luego de la guerra solo encontró ese hijo.
Héctor: -Dejaron hermanos, padres, amigos.
Gustavo: -Hermanos y padres.
Mauricio: -En su casa quedaron los hermanos Jorge y José, cuñadas y sobrinos.
Sobre si alguna vez volvieron a
Lituania, todos contestaron que no
-¿Por qué eligieron Argentina? ¿Cómo organizaron su vida aquí?
Jorge: -El porqué no lo sabemos. Mi papá llegó a Santiago del Estero en los ‘30, a Sumampa, conoció a mi mamá Clara Yriarte, y formó familia. Allí nacimos y crecimos con mis 6 hermanos. Falleció en Sumampa en 1952.
Héctor: -Sabemos que buscaban un futuro mejor. Bien el porqué no lo sabemos, pero siempre hablaban de la guerra (recordemos que en 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial). Acá se conocieron, se casaron y tuvieron a sus hijos. Iban a los clubes lituanos, de Lugano y Lanús, tenían familias lituanas amigas.
Gustavo: -No se sabe con certeza porqué puntualmente a la Argentina, pero sí por la situación de Europa entre guerras, hizo que haya una importante emigración de la juventud europea, buscando nuevos horizontes y un poco escapando de la inminencia de una nueva guerra.
Mauricio: -Originalmente su intención era ir a Canadá, él pensaba que allí no tendría problemas de aclimatarse, solía decir que se quería instalar en un lugar que le recordara a la geografía de su país, que tiene muchos arroyos, ríos y colinas. Por eso eligió Canadá, pero al llegar al puerto le dijeron que para los barcos hacia Canadá debía esperar unas semanas y, con poco dinero, decide tomarse un barco a la Argentina en donde ya estaba su hermano mayor, llegado 4 años antes que él. Ya en la Argentina se casó con mi abuela, argentina ella, bien criolla (casi diez años menor que él) a los 51 años y de ese matrimonio nace mi madre, luego de convivir casi diez años. Mi madre nace cuando él tenía 42 años.
Mario: -Kazimieras, fue llamado por don Juan Gasciunas, lituano también, quien trabajaba en Astra, Compañía petrolera en Comodoro Rivadavia. Verónica, esposa de Gasciunas tenía una hermana María, en Lituania en Varzukaunas, la invitaron para que viniera a Argentina, estuvo un tiempo en Buenos Aires y luego viajó a Comodoro. A Marija la invitaron para que viniera a Argentina, estuvo un tiempo en Buenos Aires y luego viajó a Comodoro. Conoció a Casimiro y al tiempo se casaron. Tuvieron 2 hijos varones Mario César y Osvaldo Roberto.
Sobre costumbres y gastronomía
transmitida a los descendientes
Jorge: -Lamentablemente, mi papá murió cuando era muy chico.
Héctor: -Sí, las fiestas se bebía en chupitos licores a granel (risas). Las comidas típicas, el kopustas (chucrut), el kugelis, los varenikes como le llamábamos. Además frecuentábamos los clubes lituanos.
Gustavo: -Virtiniai, masa de forma de pequeñas empanadas, hervidos, con relleno de carne, o ricota. Se mantuvieron a lo largo de los años y con sus descendientes, muchas tradiciones y costumbres, comidas típicas, Desayuno del domingo de resurrección luego de asistir a la misa en la Iglesia Lituana de Avellaneda, costumbres navideñas.
Mauricio: -De las comidas típicas de Lituania mencionaba la papa y la panceta, a la que él llamaba tocino. De esta última siempre se compraba en la casa y el único que la consumía era él, a mí me daban arcadas de solo verlo comer esa grasa. Además, tocaba el acordeón y la armónica, pero sobre todo le gustaba bailar, el vals y pasodobles, eran sus preferidos.
Mario: -La comunidad lituana era muy unida. Constituida por unas 20 familias que conservaban sus costumbres, tradiciones, cantos, bailes y comidas, El chucrut, blinas, tortas de manzana.
¿Cómo llegaron ustedes a Tandil?
Jorge: -Los hermanos Banilis (nuestros apellidos son Bañiles, Baniles y Bañilis, cosas de los registros civiles de esa época, llegaron a Tandil en los años `40 por intermedio de una persona que organizaba cuadrillas para trabajar cosechando papa, primero llegaron los mayores, Juan, Humberto y César a la zona de Fulton. Luego llegamos los hermanos restantes Atilio, Emilia José y yo. Además de trabajar nuestra principal actividad era el fútbol, de modo que comenzamos a jugar en equipos de la zona. Después de algún tiempo cada uno fue encontrando trabajo estable y la mayoría formaron familia aquí en Tandil.
Héctor: -Yo llegué a Tandil en 1966, era militar y me dieron el traslado a Tandil. Acá formé familia, nacieron mis hijos y nietos que forman, hoy, la colectividad.
Gustavo: -Con respecto a la venida a Tandil, en mi caso fui yo el que vino a radicarse en el año 1985 por razones de trabajo y lo hice solo. Posteriormente conocí a mi esposa que no tiene nada que ver con ascendencia lituana, con quien formé mi familia. Ella y mis hijos, se sumaron a la comunidad lituana de Tandil, sobre todo el menor que participa activamente en la colectividad, en el cuerpo de baile junto a otras actividades con la juventud.
Mauricio: -Llegué a la universidad en Tandil en 1984 hasta 1990 que me recibí. Soy médico veterinario, me casé en Tandil donde nació mi primer hijo. Regreso a mi pueblo, en Chubut, estoy cuatro años allí y nace mi segundo hijo. Vuelvo a Tandil en 1995 y desde ese entonces vivo aquí y nacieron dos hijos más. Soy de allá, de mi pueblo, pero vivo en Tandil. Creo que esto último es lo que sintieron los inmigrantes, añorar su tierra.
Mario: -Al terminar el bachillerato fui a La Plata a estudiar medicina en 1960, el 1961 hice la conscripción en Río Gallegos, y terminada esta volví a La Plata. Ese año hice un curso de técnico radiólogo porque no pude cursar. A partir de allí trabajé como técnico y seguí estudiando. Cuando me recibí ingresé al Hospital de Niños como médico radiólogo. Estando de guardia un domingo llegó el doctor Pedro Estein de Tandil, preguntando por un médico radiólogo y le dijeron que yo trabajaba allí. Así nos conocimos. Yo ya había formado mi familia, mi esposa María Angélica, bioquímica, que también hacía guardia el domingo en el Hospital y mis dos hijos platenses y ya faltaba poco para volver a Comodoro. La propuesta fue muy interesante: La Clínica Chacabuco necesitaba un médico radiólogo. Al finalizar la guardia quedé en que viajaría a Tandil. Lo hice, me pareció que no podía desaprovechar esta oportunidad. Tandil me recibió con toda su luz. A la semana siguiente estaba aquí y viajaba para la guardia del domingo en el Hospital. A los dos meses ya vivíamos en Tandil y mi dedicación a la Clínica fue total. A su vez la familia fue creciendo, tuvimos dos hijos tandilenses. Los 3 varones estudiaron en el Colegio San José y me hija en Sagrada Familia primaria y secundaria. De a uno se fueron a La Plata y hoy ejercen su profesión aquí en Tandil, mis tres hijos médicos y mi hija farmaceútica.
¿Cómo es el presente de la colectividad lituana en Tandil?
“En realidad cuando formamos la colectividad nunca pensamos en los logros que hemos tenido, para nosotros fue llegar bastante lejos: tener cuerpos de danzas, hacer fiestas, tener proyección fuera y dentro de la ciudad. Actualmente contamos con actividades como cuerpos de danzas de adultos, juveniles e infantiles; un grupo de canto lituano; telar lituano; tuvimos en 2017 curso de idioma y dimos cauce al 2do. ciclo de cine lituano. Nuestra colectividad no solo se compone de familias de ascendencia lituana, sino también, de muchas que disfrutan de nuestras actividades. Las mismos se suman tanto para bailar como para otras actividades, por ejemplo actualmente la secretaria es Clarisa Rodríguez, quien hizo todos los cursos, sus niños bailan, su marido canta. En infantiles también, varios niños no son de origen lituano pero están y sus padres trabajan como cualquiera de nosotros. Hay ´un no sé qué´ que invita a sumarse”.
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