Vecinos de Uspallata al 300 reclaman soluciones por el estado intransitable de la calle cuando llueve
En algunos casos el agua llegó a ingresar en las viviendas. En otros se acumula en los patios. Los remises no quieren entrar cuando se deteriora mucho la arteria.
Vecinos de Uspallata al 300, en el barrio de Villa del Parque, reclaman que el Municipio busque una solución a una problemática que tienen hace años y que tiene que ver con el estado intransitable de la calle cuando llueve y con el hecho de que les ingresa agua a las casas y patios con cada precipitación.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailMaría Natalia Adaro, una de las vecinas explicó que “es impresionante cada vez que llueve como se llenan de agua nuestros patios”.
Cecilia Castillo, otra frentista, señaló que luego de las lluvias llegan los camiones que llevan piedras y las colocan en la arteria, lo cual agrava la situación porque cuando vuelve a llover, el agua arrastra las piedras que entran a los patios.
“Yo hace 22 años que vivo ahí y nunca tuve problemas, pero cuando empezaron a poner piedras comenzó el problema, porque entonces el agua corre con más fuerza y lleva todas las piedras para nuestras casas”, afirmó.
Y explicó que “hace mucho que venimos reclamando que hagan algo, aunque sea una bocacalle para que desemboque el agua ahí cuando viene con fuerza. Tampoco es tanto lo que pedimos, es que el agua tenga donde desembocar y no nos lleve todas las piedras a casa, porque es piedra y mugre”.
Agua dentro de las casas
“A mí me ingresó agua en la vivienda, a María no porque hizo un paredón, que yo no hice, y a mí sí se me inundó tres veces. Una vez que estaba durmiendo, y otra cuando estuve trabajando, y la tercera cuando la máquina pasó para arreglar, subió por la vereda y rompió un caño de la vecina de al lado, y toda esa agua se fue para adentro de mi casa”, recordó.
Y agregó que “vinieron de Obras Sanitarias y todo porque tuvieron que cortar el agua”.
En tanto, la última vez que le ingresó agua, entró hasta el comedor, el jueves pasado, aún cuando las lluvias no fueron muy intensas.
“Cuando llueve pasa la máquina y lunes o martes traen las piedras, es instantáneo. Ni bien llueve se arruina todo y la calle queda en mal estado”, señaló.
Y expuso que “en la entrada de mi casa se había hecho un zanjón, llamamos un remis y no pudo pasar, me dejó en la esquina y me dijo ‘para aquel lado no paso, ni loco, rompo todo el auto’”.