Vecinos del barrio Falucho XXII reclaman por las obras de pavimentación que siguen pendientes
Por ordenanza, la cooperativa Antonio Ruiz de Vivienda Limitada debía asfaltar los pasajes internos, pero aún no se hizo cargo y argumentó que no dispone de financiamiento. El Municipio recibió la urbanización especial y avanzó con la división parcelaria, aunque no se había ejecutado el pavimento. Ahora los adjudicatarios presentaron una denuncia ante la Defensoría del Pueblo de Tandil.
Las doscientas familias que habitan el barrio Falucho XXII reclaman que se concreten las obras de asfalto en las calles internas, tal como establece la Ordenanza 10376 que regula esa urbanización especial. En principio, la obra le correspondía a la cooperativa Antonio Ruiz de Vivienda Limitada, que acusó falta de recursos, responsabilizó al Instituto Provincial de la Vivienda y citó un acuerdo con el Municipio para avanzar con la escrituración de los inmuebles. Cansados de idas y vueltas, los vecinos hicieron una denuncia ante la Defensoría del Pueblo de Tandil.
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En 2016, la barriada presentó la primera nota en la Municipalidad para solicitar la pavimentación de las calles y pasajes internos del barrio, ante “la necesidad de mejorar el tránsito y acceso de las 200 familias del barrio a sus vecinos” y con el objetivo de “promover las condiciones socio sanitarias de los vecinos”, ya que “los días de buen clima es constante el polvo en el aire y en los días de mucha lluvia se producen anegamientos de accesos a pasajes por el barro”.
También marcaron la importancia de “evitar la solicitud de mejoramiento permanente de los caminos de tierra actuales”, teniendo en cuenta que la Dirección de Vialidad suele demorar el mantenimiento ya que considera que las cuadras internas no le corresponden a la comuna.
El reclamo incluía las cuadras de Argerich al 600, San Francisco al 600 y 700; Independencia al 600 y 700; Marzoratti al 2100 y 2200; Lester al 2100 y 2200; y los pasajes Interno A al 600, Interno B al 600; Interno C al 600 y 700 e Interno D al 600 y 700.
Ante la demanda puntual, el área de Pavimentación les respondió que no se preveía un plan para el ejercicio y en agosto de 2016, enviaron otra nota para que los tuvieran en cuenta al planificar el Presupuesto 2017. En esa ocasión, destacaron que en el barrio funciona hace años el Jardín de Infantes 926 (ubicado en San Francisco 701), “siendo estas instituciones educativas prioridad en el orden de análisis de solicitudes”. Y también aclaraban que las arterias cuentan con cordón cuneta y arenado.
El tercer pedido
En septiembre de 2017, con otra nota que ingresó por Mesa de Entradas, la barriada solicitó la “reconsideración” para que se incluya en el Presupuesto 2018 la pavimentación de las cuadras mencionadas. En esta oportunidad, manifestaron que era atinada la demanda, teniendo en cuenta el “incentivo y la importancia que le da tanto el Gobierno provincial como nacional a la obra pública”, al tiempo que requirieron “considerar el presente pedido por sobre las obras de mejoramiento estético que se realizan en otros barrios de la ciudad”.
Tras repasar las presentaciones anteriores, en otra misiva indicaron que la última respuesta de la Dirección de Pavimentación y Desagües Pluviales fue que “en el Presupuesto 2017 tampoco estaba previsto el asfalto solicitado oportunamente” y agregaron que si bien desde el área comunal les informaron que las partidas ya estaban asignadas, les sugirieron “realizar el reclamo del trámite, reconsideración que se realizó mediante nota el 29 de noviembre de 2016”.
Las gestiones de 2018
Durante el año pasado, las 200 familias del Falucho XXII reiteraron la petición con notas formales al Departamento Ejecutivo, que ingresaron en enero y abril. Los vecinos cuestionaron que el Gobierno municipal le diera prioridad a otras obras, como el bulevar de Avellaneda y el asfalto de Larrea entre Tacuarí y Martín Fierro, donde “las viviendas favorecidas representan menos del 5 por ciento de las que se beneficiarían en Falucho 22”.
Además, indicaron que “si la respuesta nuevamente es negativa, solicitamos una audiencia con el responsable del área para que nos explique personalmente las justificaciones de la decisión tomada”.
Por ordenanza
En mayo, la Secretaría de Planeamiento y Obras Públicas les reveló que los pasajes internos los debía pavimentar la cooperativa Antonio Ruiz, que urbanizó la zona y construyó las unidades habitacionales con financiamiento del Instituto Provincial de la Vivienda. Incluso, les adjuntó la Ordenanza 10376, sancionada el 25 de enero de 2007, que regula el subdistrito de urbanización especial en el cual está comprendido el Falucho XXII.
En el artículo 5to., la norma establece que las parcelas deberán contar con los servicios esenciales de agua corriente, desagües cloacales, pavimento (en calles interiores del conjunto), energía eléctrica domiciliaria, alumbrado público y desagües pluviales”, que “deberán estar habilitados o en funcionamiento al momento de solicitarse el visto bueno del proyecto de división parcelaria”.
Además, en el artículo 14 determina que la Municipalidad “podrá asumir la responsabilidad de la gestión y del seguimiento administrativo a cumplimentar obligatoriamente ante el Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires para la convalidación final de la propuesta urbanística”, pero aclara que “en ningún caso será responsable de la ejecución, terminación y/o habilitación tanto de las viviendas previstas como de los servicios básicos y del equipamiento requeridos para el conjunto”, que estará a cargo de la cooperativa Antonio Ruiz de Vivienda Limitada o de su continuadora, “en caso de desaparición de la nombrada”.
En principio, la comuna recepcionó la urbanización y avanzó con la división parcelaria sin exigir el asfalto, lo que permitió que los vecinos escrituraran las viviendas durante 2018.
Al conocer la ordenanza vigente, la barriada exigió la “intervención” de la comuna para que gestione ante la cooperativa la pavimentación de las seis cuadras de los pasajes internos. Al mismo tiempo, insistió con la obra de asfalto para las calles que rodean al barrio.
El traslado del Municipio
Ante esta situación, el secretario de Obras Públicas del Municipio Roberto Guadagna se dirigió al presidente de la cooperativa Falucho, Ricardo Buquete, para que “arbitre los medios necesarios para dar cumplimiento a la Ordenanza 10376” y le informó que el área que conduce “ha recepcionado el reclamo de los vecinos del barrio Falucho XXII” vinculado a la obra pendiente en los pasajes.
El secretario expuso que “solicitamos den prioridad a las acciones que permitan el completamiento de los trabaos para los vecinos que habitan el barrio Falucho XXII” y le reenvió la carta de los habitantes de la urbanización.
Con respecto a las cuadras que circundan el barrio, en julio de 2018, Guadagna comunicó a los vecinos que “ponemos en vuestro conocimiento que se encuentra previsto en el plan de trabajos de esta Secretaría, la ejecución del pavimento de calle San Francisco, considerando mejorar la accesibilidad a todos los que asisten a la institución educativa y a los vecinos que circulan a diario por dicha arteria”, aunque confirmó que “no es posible precisar la fecha de su realización hasta tanto sea provisto el fondo para el financiamiento de dicha obra”.
La cooperativa argumenta que no dispone de recursos para la obra
En agosto del año pasado, a través de una nota formal, desde la cooperativa Falucho asumieron que tienen a su cargo la construcción del asfalto, pero “no se contempla la financiación”, por lo cual la identifican como “una materia pendiente”.
Tiempo después, un grupo de adjudicatarios mantuvo una reunión con Carlos Mansilla, integrante de la cooperativa. En ese ámbito, les explicó que la pavimentación de los pasajes quedó a cargo de la Municipalidad, a partir de un acuerdo celebrado para otorgar el final de obra, teniendo en cuenta que el Instituto Provincial de la Vivienda no iba a girar las partidas.
Al mismo tiempo, el dirigente cooperativista les confirmó que “es imposible realizar la obra con fondos de la institución, ya que en la construcción tuvo que aportar más de dos millones de pesos propios para poder concretar la finalización del plan de viviendas”.
Por otro lado, descartó la posibilidad de que la barriada financie el pavimento, “dado el alto grado de morosidad en el pago de gastos administrativos y de las propias cuotas del plan en varios casos”.
El concejal mandato cumplido les recomendó que la pavimentación se tramite ante el Municipio, que cuenta con el Fondo de Inversión Vial (Ordenanza 13826), “ya que todos los vecinos aportamos al mismo a través del pago de la Tasa Retributiva de Servicios”.
Los trastornos
El barrio Falucho XXII está ubicado en una zona de caída de relieve y cada vez que llueve, se producen zanjones que impiden a los vecinos llegar en auto hasta sus viviendas. Esa situación se agrava debido a que la Dirección de Vialidad del Municipio se excusa de realizar mantenimiento frecuente de los pasajes al argumentar que la tarea no le corresponde.
En el Jardín de Infantes 926 se forma una zanja, justo en la zona de ascenso y descenso de los alumnos, que no permite que pasen dos autos a la vez por la calzada. Para el Gobierno municipal, esa cuadra debería tener prioridad ante otros pedidos, para garantizar la accesibilidad a la unidad educativa.
Por otro lado, cuando no llueve, los frentistas padecen por la tierra que permanece suspendida en el ambiente y el barro acumulado en los zanjones.