Ángeles, mozos y gendarmes

El problema es el siguiente. Aunque en realidad no es un problema. No sé bien cómo definirlo: una falla en la matrix –como les gusta decir ahora-, una extraña sucesión de coincidencias, un fenómeno paranormal o místico o qué se yo.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailNo soy una persona de mucho viajar. Muy de tanto en tanto, agarro el auto y enfilo para algún lado. En este receso invernal encaré para el norte. Hay que ver lo lindos que son esos paisajes, pero sobre todo la gente de Salta, Jujuy, Catamarca… Pero hoy no me voy a centrar en eso, sino en un asunto que se me vino a confirmar ya en la instancia de retorno hacia Tandil.
Hice un alto en Córdoba capital. No fue una decisión acertada. Pasar de la calma de una Tafí del Valle o una Cafayate, al vértigo de una ciudad muy grande no es aconsejable. Pero ya estaba ahí, de manera que guardé el auto en un estacionamiento y me dispuse a buscar el primer bar para tomar un café.